09/05/2024 08:40

Es tanto el caudal artístico atesorado por la capital castellana a lo largo de los siglos que resulta imposible glosar brevemente sus infinitas luces en la pintura, la literatura, la arquitectura o la escultura.

Ahora bien, siendo seguramente esta última la rama menos conocida de las bellas artes, y teniendo en cuenta que Valladolid bien puede considerarse la capital de la Escultura en España, hoy trataremos sobre ella. No sólo porque albergue el Museo Nacional de Escultura, sino porque a orillas del Pisuerga pueden admirarse, casi a cada paso, piezas de excepcional factura. Así, en la Iglesia de San Miguel y San Julián, por ejemplo, podemos apreciar ¡hasta 12 obras!1 del genial escultor Gregorio Fernández; además de una de las famosa “Magdalenas penitentes” de Pedro de Mena, y sin contar el magnífico sepulcro de los Condes de Fuensaldaña, ejecutado por Gregorio Fernández y Francisco de Praves hacia 16202. Pero es que en el Convento de Porta Coeli hallamos otros dos sepulcros extraordinarios del milanés Taddeo Carlone3; la Iglesia de las Angustias alberga una magnífica “Virgen” de Juan de Juni; en la Iglesia de la Vera Cruz podemos contemplar el célebre paso del “Descendimiento”, realizado también por Gregorio Fernández… y el Museo Diocesano y Catedralicio es todo un muestrario de piezas de primer nivel. Empezando por un impresionante “Ecce Homo” (1611-15) de Gregorio Fernández; pasando por otro “Ecce Homo” (1645) y una “Cabeza de San Juan Bautista” de Juan de Juni4; siguiendo por los bustos de la “Virgen Dolorosa” y otro “Ecce Homo” (h. 1673) de Pedro de Mena; hasta las imágenes de Alejo de Vahía5, Juan de Anchieta6, Francisco de Sierra7, Pedro de Ávila8, Felipe de Espinabete9, Francisco de la Maza10 o Juan Picardo11, entre otros.

Sin ser puramente escultura, tampoco podemos dejar de mencionar una bellísima Custodia en plata del excelente orfebre Juan de Arfe y Villafañe12, ni la reja de Rafael y Gaspar de Amezúa que antaño guardaba el presbiterio de la catedral y hoy se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York13.

Dicho esto, más allá de las obras citadas –y muchas más no citadas–, accesibles al visitante en mayor o menor medida durante todo el año, debe subrayarse que Valladolid ofrece con regularidad exposiciones temporales que renuevan constantemente el interés por el arte en tres dimensiones. Y así, hoy pueden visitarse allí dos importantes exposiciones sobre escultura. Por un lado, la que presenta el propio Museo Nacional, titulada “Tiempos Modernos”, abierta del 12 de diciembre de 2023 al 17 de marzo de 2024. Y, por otro, la titulada “Venga tu Reino”, en la Catedral de Valladolid, que permanecerá abierta hasta el próximo 28 de enero.

La primera muestra permite contemplar 80 obras de calidad excepcional, principalmente relieves y piezas de bulto redondo, pero también alguna pintura como el magnífico “Descendimiento de la Cruz”14 de Pedro Machuca.

De los relieves expuestos cabe destacar una “Virgen con el Niño” –procedente del Museo de la Catedral de Badajoz– realizado en alabastro por Desiderio da Settignano15, otra “Virgen y Niño” de Diego de Siloé, y una “Adoración de los Reyes”16 de Andrea Della Robbia17. Entre las obras de bulto redondo sobresalen una “Muerte” de Gil de Ronza18, un retrato anónimo en piedra del emperador Carlos V jovencísimo, y el famoso “Sacrificio de Isaac” de Alonso Berruguete.

Por otra parte, la segunda exposición referida conmemora la finalización de la estatua del “Sagrado Corazón de Jesús” que corona la torre de la Catedral. Una escultura colosal de cemento armado de ocho metros de alto y diez toneladas de peso, que remató el templo en junio de 1923 sobre la nueva torre19 levantada en sustitución de la derruida en 1841.

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Esta muestra nos ofrece una retrospectiva de su autor, Ramón Núñez Fernández (1868-1937), que trabajó casi toda su vida en Pucela como artista y profesor20. Y desde luego merece la pena conocer su obra –ofrecemos aquí algunas imágenes–, excelente en todos y cada uno de los parámetros que evaluemos. Formado con el maestro Juan Samsó (1834-1908), su educación clásica y su dominio de la anatomía preside sus composiciones, muy estudiadas, equilibradas y armónicas. En su madurez incorporó una sutil traza modernista que, por ejemplo, en su obra “Mujer adúltera” (1912) está a la altura de un Miguel Blay, un Aniceto Marinas o un François-Raoul Larche21.

Sin duda, una oportunidad única para descubrir y disfrutar la mejor escultura.

Santiago Prieto Pérez 14-01-2024

1 Autor del retablo tras el altar mayor, Cristo yacente, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, los cuatro Padres de la Iglesia Occidental o Latina (Agustín de Hipona, San Ambrosio, San Jerónimo y San Gregorio Magno) y los cuatro de la Oriental o Griega (Atanasio de Alejandría, San Basilio el Gande, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo).

2 Según la investigadora María Antonia Fernández del Hoyo, esta obra fue ejecutada por Gregorio Fernández entre los años 1611 y 1617. La única conocida del autor de carácter funerario y la única en piedra. Véase: “La Compañía, Gregorio Fernández y los condes de Fuensaldaña”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, nº 48, Universidad de Valladolid, 1982, pp. 420-28.

3 Taddeo Carlone (1543-1615) talló en 1610 los monumentos fúnebres de Rodrigo Calderón e Inés de Vargas, y de los padres del primero, don Francisco Calderón y doña María de Aranda. Carlone también fue autor del sepulcro de Álvaro de Idiáquez y Gracia de Olaozábal, realizado en 1577 y conservado en el Museo de San Telmo de San Sebastián.

4 Juan de Juni (1506-1577). De origen francés, trabajó más de 30 años en Valladolid, donde falleció.

5 Contamos hasta nueve imágenes: “San Pedro”, “San Antonio”, “San Juan Bautista”, “San Juan Evangelista”, “San Jerónimo”, “San Ambrosio”, “San Gregorio Magno”, “San Agustín” y una “Anunciación”.

6 Juan de Anchieta (h. 1533-1588). En el Museo de la Catedral figuran de su mano una “Virgen” y un “San Antón”.

7 La saga de los Sierra abarcó tres generaciones de escultores que desarrollaron su trabajo en Castilla entre los siglos XVII y XVIII.

8 Pedro de Ávila (1678-1742). Trabajó en Valladolid toda su vida. En el Museo de la Catedral figura una “Magdalena penitente” realizada en 1719, muy similar a la que preside el retablo de la Capilla de la Magdalena en la Catedral de Valladolid. Dicha Catedral alberga también un “San José” y un “San Juan Evangelista” de Pedro de Ávila.

9 Felipe de Espinabete (1719-1799) fue discípulo de Pedro de Ávila y después trabajó con Pedro de Sierra (1702-1761), siempre en Valladolid, donde falleció. El Museo Diocesano y Catedralicio alberga la impresionante sillería del coro realizada él para el Monasterio de San Benito (Valladolid).

10 Francisco de la Maza (h. 1540-1585) trabajó con Gaspar Becerra (1520-1568) en el retablo mayor de la catedral de Astorga. En Valladolid se relacionó con Juan de Juni (h. 1507-1577) y con Juan de Anchieta (1538-1588). En el Museo de la Catedral figura el relieve titulado “Llanto sobre Cristo muerto”.

12 Juan de Arfe y Villafañe (1535-1693) fue orfebre, escultor y tratadista, escribiendo “De varia commensuración para la Esculptura y Architectura”. Autor de las Custodias de la catedral de Sevilla, Ávila y Valladolid. Hijo de Antonio de Arfe (1510-1575), reputado platero, responsable, entre otras, de la Custodia de la Catedral de Santiago de Compostela (1539-45) y de la del Convento de San Francisco, en Medina de Rioseco (1552-54). Como escultor, Juan trabajó con Pompeo Leoni y Lesmes Fernández en las figuras orantes del duque de Lerma y su mujer, doña Catalina de la Cerda (hoy en el Museo Nacional de Escultura). Sólo con Lesmes realizó también la extraordinaria estatua del arzobispo de Sevilla, Cristóbal Rojas Sandoval (1601-1603), sita en la colegiata de Lerma.

13 La reja, realizada en 1763, fue retirada para no entorpecer la visión del retablo de Juan de Juni. En 1928 fue comprada al Cabildo por el magnate y coleccionista William Randoph Hearst.

14 Realizada entre 1518 y 1520, esta pintura fue adquirida en 2021. Machuca (1490-1550) forma parte de las denominadas por Francisco de Holanda “águilas del renacimiento español”, a saber: Bartolomé Ordóñez, Alonso Berruguete, Diego de Siloé y el propio Machuca.

15 Nacido hacia 1428 y fallecido en 1464. Artista extraordinario del que podemos admirar actualmente otro relieve, “Olimpia, reina de Macedonia” (1460-64) en las nuevas Galerías de las Colecciones Reales. Maestro en la sutil técnica del “stiacciato” o “schiacciato” (aplastado en español), por la que un relieve presentaba profundidad y numerosos planos en una altura mínima. De este autor se conservan en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid dos piezas de bulto redondo, concretamente dos bustos de niños.

16 Datada hacia 1475.

17 La saga florentina Della Robbia se distinguió por sus obras de terracota esmaltada, vidriada y policromada, y muy especialmente por sus característicos altorrelieves con figuras blancas sobre fondo azul. Luca (c.1400-1482), su sobrino Andrea (1435- 1525) y los hijos de este último, Giovanni (1469-1529) y Girolamo (1488-1566) a menudo son difíciles de distinguir.

18 Gil de Ronza (h. 1480-1534) fue un escultor de origen flamenco que se asentó en Zamora. La pieza aludida, tan macabra como detallada, pone de manifiesto los conocimientos anatómicos del artista.

19 De las cuatro torres planeadas originalmente por Juan de Herrera (1530-1597) sólo se construyó una.

20 En Valladolid ocupó la cátedra de modelado en la Escuela de Bellas Artes y fue Escultor Anatómico de la Facultad de Medicina. En su taller tuvo por discípulos a José Luis Medina, Antonio Vaquero, Baltasar Lobo y Rafael Sanz. Previamente había sido profesor de modelado y vaciado en la Escuela de Artes e Industrias de Santiago de Compostela (entre 1894 y 1910) y en su última etapa (de 1930 a 1937) fue director de la Escuela de Artes y Oficios de La Palma de Madrid.

21 Miguel Blay (1866-1936), autor de “Los primeros fríos”, “Al ideal” o “Eclosión”. Aniceto Marinas (1866-1953), autor del “Sagrado Corazón” del Cerro de los Ángeles. François-Raoul Larche (1860-1912). Véase su obra “Jesús ante los doctores”.

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Raylan Anderson

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