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Por otra parte, no podemos dejar pasar en este recorrido por la escultura italiana en la España renacentista al autor de los sepulcros de los Condestables don Pedro González de Velasco y doña Mencía de Mendoza1, terminados por Giovanni da Lugano2 según diseños de Alonso Berruguete y albergados en la Catedral de Burgos. Ni, por supuesto, podemos ignorar al responsable del extraordinario mausoleo de don Ramón Folch de Cardona3, Giovanni da Nola4 (1488-1558); un escultor napolitano que muestra a las mil maravillas la interconexión de las diferentes corrientes o escuelas italianas; pues, influido por el florentino Bennedetto da Maiano y por el veneciano Jacopo Sansovino, da Nola también recibió el influjo del español Bartolomé Ordóñez5, discípulo a su vez del florentino Domenico Fancelli6. De hecho, la presencia de Ordóñez en Nápoles y su influencia en Girolamo Santacroce y Giovanni da Nola es una de las vías, si no la principal7, por las que la maniera florentina se introdujo en Nápoles.

Igualmente, merece señalarse el apellido Carlone, ya que si el escultor Giovanni Carlone8junto a Giovanni Orsolino y al arquitecto Giambattista Castello, labró el magnífico sepulcro de los marqueses de Zenete9 (1554), sito en el monasterio de Santo Domingo en Valencia, más tarde (en 1610) su sobrino Taddeo Carlone10 (1543-1615) ejecutaría los monumentos funerarios de don Rodrigo Calderón e Inés de Vargas, y de los padres del primero, don Francisco Calderón y doña María de Aranda, ambos en el convento de Porta Coeli de Valladolid.

Así mismo, debemos subrayar que, más allá de los sepulcros, una parte notable de la escultura “genovesa” en España de este período está estrechamente vinculada al embellecimiento o aggiornamento11 de palacios españoles conforme al gusto italiano. Lo que se manifiesta en un amplio abanico de elementos tridimensionales que no son necesariamente “estatuas” sino pórticos, escaleras, ventanas, columnas, tondos, mascarones, balaustradas o fuentes con motivos y características muy reconocibles que no está de más recordar: candelieri o bandas verticales con motivos vegetales y florales, grutescos –abigarrada combinación de cornucopias, bucráneos, guirnaldas, panoplias y otros elementos–, abundancia de referencias mitológicas y una multitud de elementos decorativos como putti (niños), ninfas, sátiros, centauros, náyades, tritones, etcétera.

Aquí merece señalarse a Niccolò da Corte (c.1500-15), hijo del arquitecto y escultor milanés Francesco da Corte y originario del pueblecito lombardo de Cima da Porlezza, a orillas del lago Lugano. Niccolò se trasladó a Génova muy joven como discípulo de Antonio Maria Aprile, creando allí algunas puertas notables para el Palacio Doria12, el Palacio de Agostino Salvaggio o el Palacio de Lanfranco Cicala13. Trabajando con Aprile y su socio Gian Giacomo della Porta14 adquirió también fama como autor de fuentes, un arte en el que los principales artífices eran florentinos, recibiendo el encargo en 1535 de la “Fuente de la Tres Gracias” para el Gran Escudero de Carlos V, Jean de Hénin-Liétard. Posteriormente, Niccolò se ocupó de varios trabajos para el Palacio del emperador Carlos V en Granada, como la Puerta del Mediodía y la gran fuente o pilar de Carlos V15.

Otros ejemplos reseñables de escultura ligada a lo arquitectónico son la Casa de Pilatos en Sevilla, a cargo de los Aprile, Novo y Bissone16; el castillo de la Calahorra en Granada, en el que intervino Pace Gazini; o el palacio de Sotofermoso –en Abadía, Cáceres, a orillas del río Ambroz– con sus casi desaparecidos jardines renacentistas. Un lugar excepcional alabado por eruditos17 y cantado por los poetas18, que al parecer albergó hasta siete grandes fuentes y multitud de estatuas.

Ahora bien, de todo lo apuntado acerca de la presencia italiana en España, tampoco debe inferirse que no hubiera escultores españoles o que fueran simples artífices menores subordinados a los italianos. Porque es cierto que dicha influencia –ya fuera romana, florentina o lombarda por vía genovesa– fue relevante e incluso decisiva en autores como Vasco de la Zarza (c.1460-1524), Bartolomé Ordóñez (c.1480-1520), Alonso Berruguete (c.1490-1561), Alonso de Covarrubias (1486-1570), Diego de Siloé (1495-1563) o Gaspar Becerra (c.1520-1568); pero aparte de que no hay demérito alguno en tomar por modelo a Miguel Ángel o a cualquiera de los grandes artífices mencionados, tampoco puede hurtarse su valor a las estatuas y relieves de factura netamente hispana que sin duda lo tienen. Véase, por ejemplo, el sepulcro del obispo Luis Acuña19 (1519), realizado por Diego Siloé; el mausoleo del “Tostado”20 (1520-24), ejecutado por Vasco de la Zarza; o el del cardenal Tavera21 (1554-1561), obra de Alonso Berruguete… apenas un puñado de muestra, entre la multitud de piezas producidas por los artistas españoles del Renacimiento. En todo caso, quepa recordar los nombres de aquellos escultores patrios que, precisamente por serlo, a menudo no valoramos como se merecen. Personajes como Sebastián de Almonacid (1460-1526), Inocencio Berruguete (1520-1575), sobrino de Alonso y habitualmente eclipsado por la figura de su tío; Juan de Valmaseda (c.1487-c.1576); Isidro de Villoldo (h.1490-1560) y Juan Bautista Vázquez el Viejo (1510-1588), que también trabajaron con Alonso Berruguete; Juan de Ancheta (c.1533-1588), Esteban Jordán (c.1530-1598), Francisco Giralte (1510-1576) o Vasco de la Zarza (c.1460-1524); los discípulos de éste: Juan Rodríguez (c.1490-1544) y Luis Giralte; Gaspar de Tordesillas22 o los polifacéticos Vergara (Nicolás el Viejo23, el Joven y Juan). Nombres a los que debemos añadir los de quienes nacidos fuera de España se afincaron aquí definitivamente; véase: Felipe Vigarny (1475-1542), fallecido en Toledo tras más de cuarenta años en España; Jacopo Florentino (1476-1526), casado con la española Juana de Velasco y fallecido en Villena (Valencia); o Juan de Juni (1506-1576), casado sucesivamente con Catalina de Montoya, Ana de Aguirre y María de Mendoza y muerto en Valladolid tras más de treinta años trabajando en la capital castellana.

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Sirvan estas líneas de homenaje para todos aquellos artistas que nos dejaron un legado eterno.

Santiago Prieto Pérez 03-03-2024

1 Hija del célebre poeta Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana. Mujer sobresaliente y protectora de las artes, mandó construir en Burgos la Casa del Cordón y la Capilla de los Condestables.

2 La ciudad lacustre de Lugano, en el cantón de Tesino, pertenece actualmente a Suiza. Sobre Juan de Lugano, véase: Mercedes Gómez-Ferrer Lozano. “El taller escultórico de Juan de Lugano y Francisco de Aprile en Valencia” en El Mediterráneo y el Arte Español, Valencia, 1998, pp. 122-129.

Rosa López Torrijos y Juan Nicolau Castro. “La familia Cárdenas, Juan de Lugano y los encargos de escultura genovesa en el siglo XVI”, en el BSAA, T. LXVIII, 2002, pp.169-190.

3 Almirante y virrey de Sicilia (1507-1509) y de Nápoles (1510-1522), nacido en Bellpuig (Lérida) en 1467 y fallecido en Nápoles en 1522.

4 Autor del sepulcro del virrey don Pedro de Toledo en la iglesia de Santiago de los Españoles en Nápoles, así como de las fuentes napolitanas del Atlante y de la Civetta, y de la Puerta Capuana. Fueron sus discípulos: Giovanni Domenico d’Auria (15-1573), Annibale Caccavello (1515-1595) y Gian Giacomo della Porta (c.1485-1555). Véase: Ricardo Naldi: “Giovanni da Nola, Annibale Caccavello, Giovanni Domenico d’Auria”. Studi di Storia dell Arte, nº1, Nápoles, 2007.

5 Según el historiador Adolfo Venturi: “Nola había aprendido de Ordóñez a animar las masas arquitectónicas con la movilidad de las sombras y la intensidad del efecto pictórico”. (“La scultura del cinqueccento”, en Storia dell Arte Italiana, vol. X, Milán, 1935).

6 Bartolomé Ordóñez (Burgos, 1480 – Carrara, 1520) trabajó en distintas ciudades de Italia y falleció en el país transalpino dejando discípulos italianos. El escultor napolitano más importante del siglo XVI, Girolamo Santacroce (c.1502-1535) se formó con Ordóñez y Siloé. A la muerte del maestro Ordóñez, tanto Santacroce como Pietro da Carona y Giangiacomo de Brescia fueron los encargados de completar el monumento funerario al Cardenal Cisneros en 1522.

7 No fue la única vía, ya que la influencia de la escultura norteña en el sur de Italia debe atribuirse a varios artistas. Por ejemplo, el tesinés Domenico Gazini (c.1425-1492) desarrolló su carrera en el Mezzoggiorno, trabajando en Nápoles entre 1452 y 1458, y en Sicilia desde 1459 hasta su fallecimiento. Su hijo, el también escultor Antonello (1478-1536), heredó el taller de su padre y trabajó toda su vida en Palermo.

8 Giovanni Carlone y su hermano Battista, naturales de Rovio, cerca de Lugano, fundaron en Génova un taller de escultura en el que también trabajaron los hijos de Giovanni, Taddeo y Giuseppe. El hijo de Giuseppe, Bernardo, también siguió los pasos de su padre, pero los hijos de Taddeo, Giovanni (1584-1631) y Giovanni Battista Carlone (1603-1684) se dedicaron a la pintura. El arquitecto Michele Carlone participó junto al arquitecto español Lorenzo Vázquez en la construcción del castillo-palacio de La Calahorra, en Granada.

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9 Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza (1466-1523) y su segunda mujer, doña María de Fonseca y Toledo (c.1490-1522). Rodrigo era hijo del famoso cardenal Mendoza. Mandó construir el castillo-palacio de La Calahora para su hija Mencía de Mendoza y Fonseca (1508-1544), mujer culta y con gran sensibilidad para las artes.

10 Tadeo Carlone fue autor, además, del sepulcro de don Álvaro de Idiáquez y doña Gracia de Olaozábal, realizado en 1577 y conservado en el Museo de San Telmo de San Sebastián.

11 Contra lo que habitualmente muchos asumen, el término “aggiornamiento” no debe entenderse como “adornamiento”, sino como “actualización”.

12 También conocido como Palazzo di Fassolo, por estar situado en la localidad genovesa homónima.

13 Poeta y cónsul de la república genovesa.

14 La saga della Porta era originaria de Porlezza, municipio de Lombardía a orillas del lago Lugano en la provincia de Como. Formaron parte de ella Giacomo (1430-1481), sus hijos Antonio (el Tamagnino o chiquillo), Guglielmo –no el famoso– y Bartolomeo (1460-1514); el sobrino de Giovanni Giacomo (1485-1555) fue el conocido Guglielmo (c.1500-1577), autor en España del monumento funerario al religioso Luis I de Torres (1494-1553), sito en la catedral de Málaga, y responsable de la restauración del Hércules Farnesio que alberga la Real Academia de San Fernando. El más ilustre de la saga fue el arquitecto y escultor Giacomo della Porta (1532-1602), sobrino de Bartolomeo. Hijo de Alessio della Porta y discípulo de su tío Tommaso il Vecchio (1520-1567), Giovanni Battista della Porta (1542-1597) fue también un reputado escultor. Ver: Giovanna Ioele: Giovanni Battista della Porta (1542-1597. Prima di Bernini, Edizione di Storia e Litteratura, Roma, 2016.

15 Ver Nuria Martínez Jiménez: “Niccolò da Corte, escultor de portadas y fuentes en Génova y Granada”, revista De Arte, nº. 19, Universidad de León, 2020, pp. 61-77. El pilar de Carlos V fue encargado en 1537 y terminado en 1545.

16 Alusión a los Gazini, naturales de Bissone.

17 Sobre este mágico lugar han escrito: Bartholomé de Villalva y Estaña en El Peregrino Curioso y Grandezas de España (hacia 1577); Antonio Ponz en Viaje de España, tomo VIII, (1784); José Ramón Mélida y Alinari en Catálogo Monumental de España. Provincia de Cáceres (1918); o Tomás Martín Gil: Una visita a los jardines de Abadía, o Sotofermoso, de la casa ducal de Alba (Arte Español, Madrid, 1945). 

18 Lope de Vega, “Rimas a Don Juan de Arguijo” (1604).

19 El sepulcro del obispo Luis Acuña se halla en la Capilla de Santa Ana de la Catedral de Burgos.

20 El obispo Alonso Fernández de Madrigal (c.1410-1455) fue un gran erudito y fecundo escritor. Su mausoleo, en el que se le representa escribiendo, se halla en la Catedral de Ávila.

21 Juan Pardo Tavera (1472-1545) fue arzobispo y Gran Inquisidor. Su sepulcro se encuentra en la iglesia del Hospital Tavera, en Toledo. Tanto el Hospital como las obras que albergaba resultaron muy dañadas o destruidas por los “adalides de la paz y el progreso” durante la Guerra Civil Española.

22 Autor del sepulcro del comendador don Pedro González de Alderete, sito en la iglesia de San Antolín de Tordesillas (1550).

23 Autor del arcosolio y sepulcro del obispo Juan de Ortega, en el Convento de Santa Dorotea, en Burgos.

Escultura italiana en la España renacentista. Primera parte. Por Santiago Prieto Pérez

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