21/11/2024 15:11
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La actualidad tiene tal fuerza que suele pasar por encima de lo importante, y vemos cómo se arrincona lo que verdaderamente debería abordarse a fondo -¡e insistentemente!-  con el fin de solucionar los problemas reales y vemos, en su lugar, gastar tinta y más tinta  en comentar los llamados “partos de los montes”, hechos sin substancia a los que dedican los periodistas y escritores, su energía mental.

Me ha movido a escribir este artículo el hecho,  absolutamente irrelevante,  el ya famoso “beso de Rubiales”…    Algo,  que no merecía ni siquiera fijarse en él,  se ha convertido,  casi   en un drama nacional. Ese  conocido y popular programa sobre temas deportivos de distracción  nocturno, (que entre otros “méritos” destaca el ser  una escuela de “mala educación” donde los tertulianos ignoran la primera regla de urbanidad que es “escuchar sin interrumpir al que tiene la palabra”) lleva tres noches dedicadas a tema tan “trascendental”.

Y vemos tambalear los cimientos de la Real Federación Española de Fútbol, junto con los fundamentos de las relaciones hombre-mujer.

No sé cuántos delitos penados ha cometido el presidente del Organismo que rige el balompié nacional,  al que aguardan –me imagino–   varios años de cárcel, pues su crimen es infinitamente  peor que el golpe de Estado de los catalanistas, que han merecido indultos y  obligará –supongo– a pedir perdón, de rodillas, cubierto de ceniza  y vestido con saco de penitencia, al Juez Pablo Llerena por su sentencia.

Lo que está ocurriendo en esta España nuestra,  o lo tomas,  estúpidamente, a “cachondeo o el pueblo tendrá que decidirse a demostrar que no es un rebaño de cretinos y a toman actitudes varoniles,  como lo ha hecho siempre nuestra Patria en casos parecidos: Covadonga, Móstoles o el 18 de julio de 1936. Lo desgraciado del momento parece confirmar esta realidad: ese pueblo,  descendiente de generaciones que asombraron al mundo por su “saber hacer” y su “virilidad”, está demostrando que,  de ambas cosas, ya le queda muy poco o nada.

Si por algo siento tener noventa y cinco años es por ya no poder organizar lo que cualquier español inteligente ve necesario: despertar  y convocar a los muchos españoles que aún aman a  su Patria e impedir así, caer en la esclavitud segura,  que Pedro Sánchez y todos los que con él sirven lealmente a nuestra enemiga mortal, la Sinagoga de Satanás, está preparando,  mediante un paso previo,  o sea,  la ruina de todos nuestros negocios desde el Boletín Oficial del Estado. Y lo siento porque hacerlo sería muy fácil, dados los medios de comunicación que facilitan cualquier tipo de organización. No es necesario tener ni una inteligencia genial, ni una imaginación fuera de serie.

¿No se han dado cuenta de que los marxistas del Gobierno han visto rápidamente que el famoso “beso” les resultará muy rentable? Contemplen  cómo todos los medios de comunicación se han puesto a servirles para fomentar el odio hombre-mujer, que es la norma seguida por todos los que combaten la sociedad occidental y cristiana, que adopta en cada época una “fórmula”. La que utilizaron en  los ciento cincuenta años anteriores, con una eficiencia deslumbrante, fue la conocida “lucha de clases” que estuvo a punto de acabar con nuestra civilización. Ahora utilizan la “lucha de géneros”  o sea “la lucha de sexos”…Ciertamente, siempre hallan  la forma de provocar la guerra precisa.

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He arrinconado un texto sobre “Pisoteando España” para dar paso a este “Parto de los Montes” porque no quiero desaprovechar este ejemplo de estupidez que,  la llamada “intelectualidad”,  ha convertido a un episodio irrelevante en algo trascendental  y que, en cualquier otra nación,  ni habría sido noticia. Pero España es diferente, y ha preferido arrinconar  lo que supone para nuestro deporte que la Selección Femenina haya ganado su primer Campeonato Mundial, para aburrirnos con  un beso dado a una gran futbolista que se merece un homenaje por su historia deportiva, y  no ver como arrastran su imagen por los “media” –¡que es lo que están haciendo!–.

Cualquiera otra nación del mundo estaría en estos momentos colmando de elogios e historias sobre esas heroínas, en vez de malgastar el tiempo en  abordar un tema tan cretino.

Conozco muy bien lo que vale su gesta, porque tengo una nieta –hija de Paola, q.e.g.e.– que juega en primera División femenina desde los quince años y ha jugado de titular en las selecciones nacionales sub-17, sub-19, y sub-20, y he vivido toda su historia –y la de sus padres–. Siempre, desde los diez años,  haciendo al menos  sesenta kilómetros para ir a entrenar, y un años “doscientos ochenta kilómetros cada día”, cinco o seis veces  a la semana – 1400 Km, cuando menos–, todo un año, para entrenar…y eso, sin  faltar un día  a clases en el Instituto,… (Terminó su carrera enlaUniversidad de Vitoria, cuando jugaba con la Real Sociedad)

Destaca por su juego y el diario “Marca” le dedicó una página con este título “Paola Soldevila: La elegancia hecha futbol”.

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Algo se ha dicho sobre esa “fuerza de voluntad” de las deportistas femeninas que han traído a España el título mundial pero,  una cosa es leerlo y otra vivirlo. Por eso considero miserable el desprecio que supone,  ocuparse de una estupidez en vez de agradecerles a nuestras heroínas su éxito resaltando lo que verdaderamente es un orgullo del Deporte Español.

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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Geppetto

La gente normal no puede ver con indiferencia como las enloquecidas del SI es SI, de las que fomentan la pendencia hombre mujer, las que sacan a la calle a violadores y demás chusma dicten sus normas y hasta hagan leyes apoyándose en la presión de la calle y de los medios de comunicación.
Que Rubiales sea un grosero, un chuleta y un zafio no quiere decir que las gentes normales deban apoyar esta persecución chusmera, este linchamiento mediático y casi físico a alguien por el mero hecho de haberle dado un beso de reconocimiento a la labor realizada a una futbolista que acaba de proclamarse campeona , junto a otras varias, del campeonato del mundo de futbol.
Poco importa si el perseguido es un rufián o un ángel tutelar de hogar, sencillamente hay que oponerse a esa inicua persecución porque quien la lleva a cabo esta subyugando a la sociedad hasta hacer de ella una piltrafa acomplejada.
Es una cuestión fundamental, o se lucha por la libertad y la ley o se traga uno esta baziofia de la lucha de sexos y aplaude como a un imbecil calvo lo mandan al patibulo porque esas locas peligrosas asi lo han decidido.
Si esta gentuza triunfa la libertad habrá recibido un nuevo golpe mientras la justicia deja su lugar a los tribunales populares que son los que dictan sentencia.
Minimizar esto en nombre de la «violencia de genero» y demás mamarrachadas y apoyar esta persecución a alguien por el mero hecho de que a esta gente no les gusta o porque lo necesitan como cabeza de turco para sus repelentes políticas de enfrentamiento es demencial.

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