19/05/2024 17:15

Durante siglos España ha sido considerada portaestandarte de “Nación Católica” y,  nuestra Patria, conocida como “La Tierra de María Santísima”. Y es que no hay comarca de la piel de toro sin su ermita, iglesia o catedral dedicada a la Madre Dios –y nuestra– bajo  una de las innumerables advocaciones propias de cada región,  ciudad o pueblo. Algunos de sus títulos son mundialmente conocidos como el Pilar, el Rocío, Monserrat, Guadalupe, etc. Sin olvidar que el fenómeno se reproduce en las otras veinte Españas que han continuado fieles a la Fe y Cultura heredadas…

El Imperio español  llenó los llanos, las mesetas, los valles y  las montañas,  de templos dedicados a la Santísima Virgen, que marca la diferencia con todos los otros. A nosotros, por desgracia nos toca vivir tiempos absolutamente diferentes,  como consecuencia  de haber asumido el “Poder Supremo ‘sin rostro’”  el dominio absoluto del Mundo tras la derrota de Europa –la antigua Cristiandad—en la Segunda Guerra Mundial planeada, preparada, organizada y dirigida por él, con experiencia, por haber organizado la Primera, conocida  como la “Gran Guerra”. No logro entender la razón por la cual nuestras clases dirigentes y nuestros pensadores no aceptan la realidad que llevo más de medio siglo proclamando y es una verdad tan visible como el sol del mediodía: el orden social se mueve al ritmo que marca el Poder Supremo “sin rostro” cuyos  jefes no los elige el “Pueblo soberano” y, tampoco lo hace “democráticamente». Insisto en la pregunta: ¿por qué no ven lo que aplasta sus narices? Prefieren sostener interpretaciones de la realidad sin fundamentos, que no explican nada de cuanto ocurre en el  mundo y dando por único argumento la universal aceptación.

A pesar de mis fracasos yo sigo intentando que los hombres inteligentes se sacudan el complejo nacido de la “fe en la Democracia” y en “el peso de los números” como garantía de la verdad, se olviden de dar importancia al número en la opinión pública y para el descubrimiento de la “verdad”, olvidando  que el mejor instrumento para dar con ella es el uso  de la Lógica. No conozco ningún otro y por eso el gran problema de la Humanidad del sigo XXI haber olvidado su uso,

LEER MÁS:  En vano se protesta. Por Antonio R. Peña

Nunca me cansaré de luchar porque,  el hombre,  intente  seguir el consejo de Cristo: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. En nuestro caso, si  queremos llegar a ser perfectos,  debemos demostrar con nuestra actuación que somos “animales racionales” y obrar siempre como lo pide la inteligencia (¡Ese don divino que no tiene precio!)  

Digamos que todo lo anterior es la introducción y preparación para comentar la razón que posibilitó hacer de nuestro suelo patrio la “tierra de María Santísima”, aunque sin olvidar que Jesús él dijo a sus discípulos: “No me elegisteis vosotros a mí…”. Tampoco  eligió España a María; fue Ella quien acogió a nuestra Patria…Me ha llamado siempre la atención que Dios debe querer mucho a España… si nos fijamos en su proceder… Me explicaré. El divino Maestro mostro una predilección especial por tres de sus apóstoles -Pedro, Santiago y Juan— lo que tuvo sus consecuencias, pues antes de subir a la derecha del Padre  vemos  que a  cada uno de ellos les dejo un “regalo-obligación”.

A Pedro,  le  encomendó “su Obra” -la Iglesia-  para guiar  al rebaño y a los pastores; a Juan le entrego a su Madre para cuidarla en su lugar y,  “a Santiago,  le regaló España para protegerla.

Ese gesto, habla  por sí solo, al fijar a nuestra Patria su destino. Y la Historia se ha encargado de subrayar su importancia. Aprovecho la ocasión para mostrar mi alegría al ver que vivimos un movimiento de exaltación de la Hispanidad entre un a juventud inteligente, valorando la Obra de España. Sus enemigos después de quinientos años Leyenda Negra van  a tener que tragarse la reacción de unas jóvenes generaciones de intelectuales en ambas orillas de la Mar Océano.  

Dejando claro que fue María quien eligió a España, veamos nacer y crecer esa realidad de la “tierra de María Santísima.

Todo empezó a orillas del Ebro hace casi dos mil años. Según la tradición. La Santísima Virgen le había prometido a Santiago visitarle cuando estuviera en España y es lo que hizo  en el año 40 de nuestra era. No tenía mucho éxito entre los maños y María aprovecho esa visita para animarle y prometerle un gran cambio y que nunca faltarían verdaderos discípulos de  Cristo a las orillas del Ebro, dejándole como recuerdo una columna –el “pilar”—desgastado hoy  por los besos de millones  de visitantes que se han  arrodillado ante esa columna.  Como le prometió  nuestra Madre  pronto Zaragoza -con sus innumerables mártires- y el resto de España fueron haciendo entrañablemente suya la Fe  que sembró Santiago. Desde muy pronto,  los nuevos cristianos se hicieron proselitistas y la península ibérica regaría de mártires el suelo patrio. Y estaban  tan a prueba de persecución que ni la invasión sarracena logró hacerles  separarse de su fe. Antes habían vencido al arrianismo visigodo y, tras la conversión de Recaredo España se convirtió en una gran nación católica. Durante casi  ocho siglos  lucharon para expulsar a los invasores y finalmente  Fernando e Isabel  fundieron Castilla y Aragón en la España Una,  y Libre que el pueblo español –guiado por Franco- recupero tras dos siglos de traición de sus políticos.

LEER MÁS:  Posverdad y más allá. Por Filípides

Dos super traidores han vuelto a ponernos en el camino de la miseria y la esclavitud. Confiemos en que La Reina del Cielo recuerde que somos su Tierra.

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
Suscríbete
Avisáme de
guest
0 comentarios
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
0
Deja tu comentariox