07/05/2024 22:57

En las muchas horas que tengo para pensar, recordar y, en cierta forma volver a vivir el pasado -regalo de Dios de valor incalculable lo mismo que el presente y el futuro- me topo a veces de sopetón con mojones  preñados  de  recuerdos y vivenciales que me obligan a detenerme. Puede provocarlo un escrito, un libro, un monumento, un viaje… Innumerables estímulos; a veces incluso sin motivo aparente.

 Es uno de los grandes lujos  propios de quienes disfrutamos de la paz de una larga ancianidad, un privilegio de los “eméritos”,  que es como me saluda últimamente un “joven amigo” -que, lógicamente,  ya no lo es tanto-.

Hoy me ha ocurrido eso precisamente  al ponerme frente al teclado. Ignoro por qué me ha venido a la memoria  ese “instructor” y compañero desde mi juventud, pero un tanto olvidado últimamente. Quizás ha sido un toque del ángel de la guarda por el descuido. Y ya que me han puesto sobre esa pista aprovecharé  el toque.

Desde que el sabio monje Tomas Haemerken,  (siglo XV),  afirmó muy seguro de lo que decía que la mejor Reforma de la Iglesia  tenía que ser el fruto de la “Imitación de –Cristo”,   y puso manos a la obra  mostrándonos el camino con frases breves y de mucha enjundia, millones de católicos a lo largo de seis siglos han asimilado la mejor doctrina en su librito,  conocido como el “Kempis”. Yo le cogí el gusto porque mis profesores  nos leían con frecuencia  y periódicamente unas pocas sentencias  del insuperable texto del religioso agustino, 

Ante todo el librito te enseñará a pensar -a pensar bien-  y, además,  sobre los temas que más paz y alegría trasmiten al alma. En estos tiempos de ignorancia supina  difícilmente oirás a nadie hablar del Kempis… ni siquiera en las Iglesias. Les puedo asegurar que en mi parroquia  en estos sesenta y cuatro últimos años no lo he oído nunca.

Es una prueba más de cómo la Iglesia Católica  lleva arrinconando desde hace más de un siglo los instrumentos más eficaces  en la  difusión de su FE. Lo que completa la información que nos han dado estos días los media,  sobre  las “evaporización” de la Religión Católica en  Europa y especialmente en España. Mientras se multiplican las mezquitas vendemos las iglesias o se desacralizan para usos mercantiles, culturales e,  incluso,  de diversión “non santa”. Comentaba en una artículo de hace unos días  la importancia de edificar “sobre roca” como cimiento el más  sólido, pues bien, es el momento de insistir en la necesidad de amueblar nuestra mente con  doctrina del Kempis.

He recordado alguna vez que  no soy de los que se niegan a dar consejos –¡tanto respeto tienen algunos a la libertad de conciencia!- me cuento, por el contrario entre quienes  no ahorran aconsejar y promocionar cuanto considero bueno y provechoso para los demás, pues lo ha sido para mí.

¡Adquieran un “Kempis”! Es un libro muy barato y estoy seguro de que me agradecerán el consejo toda la vida. Y no se preocupen, “no hay riesgo de corrupción por comisiones” después de  medio milenio largo en el mercado.

Háganse el mejor regalo de Pascua de Resurrección y días sucesivos.

LEER MÁS:  Felipe VI a tumba abierta en defensa de España y de la Constitución. Por Rafael García Alonso

 

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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Hakenkreuz

Más de 5000 ediciones desde el siglo XV. Leído por incontables santos y santas. Una joya llovida del Cielo para todos los católicos verdaderos que de modo alguno quedarán decepcionados de leerlo, meditarlo y aplicarlo. Un libro inspirado verdaderamente por el Espíritu Santo. Dividido en 5 partes y varios capítulos de sentencias de valor inapreciable. Ayuda a conocer a Dios y trae paz, esperanza, fortaleza, alegría, sabiduría, confianza en Dios y muchas gracias, dones y frutos al que lo lea y medite con fe y perseverancia.

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