24/11/2024 03:17
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Una forma de  anular  la capacidad de la inteligencia humana es no impermeabilizarla  contra el cáncer del sofisma, la enfermedad letal de la Inteligencia. 

Como explicaba en un artículo anterior, vivimos en la Sociedad del Sofisma y eso nos ha llevado a la sima de la degeneración imperante ahora en la política de la Comunidad Europea y,  muy especialmente,  en la de España –como nación– y en todas sus Autonomías. Estamos ahí, por culpa de otro virus mucho más peligroso, que «Covid 19».

Aparentemente no existe relación visible  entre sofisma y degeneración social,  pero   cualquiera — ¡pensando!–  puede descubrir esa dependencia…

La gente conoce la palabra  sofisma,  y la utiliza  pero ignora su contenido. Pueden si lo desean, hacer la prueba pidiendo a  quienes te rodean que expliquen con  precisión lo que significa para ellos. A lo mejor me equivoco al hacer semejante afirmación,  soy un osado y un imprudente,  pero me parece estar en lo cierto.

La Filosofía –φιλοσοφία–  encierra  el «amar» ( φιλεῖν ) a la «sabiduría» — que es lo  mismo que amar la Verdad—y, al nacer  incorporó un instrumento genial y sencillo, a su método de trabajo para buscar la Verdad. Me refiero al «silogismo: Una forma de razonar  con lógica, que consta de tres partes: La premisa mayor, la premisa menor y la conclusión.

La premisa mayor es una realidad admitida,  por ejemplo,  «los castellanos son españoles», La premisa menor  es otra realidad,  igualmente comprobada: que puede tener o no algo común con la premisa mayor, («yo soy castellano») y la conclusión es fruto del resultado de nuestra capacidad para la deducción («luego: yo soy español»). Entendido esto, se comprende perfectamente por comparación lo que es un «sofisma». Esto ocurre cuando una de las premisas es falsa,  aunque parezca verdad.

Precisamente el gran peligro del sofisma es que «cuela» por la falta de «capacidad de análisis»  en la mayoría de la gente al tener oxidada esa cualidad humana por falta de uso. Y hoy es el terrible «cáncer de la inteligencia» propagado por la profusión de medios de comunicación y promocionado voluntaria o involuntariamente al darles a los ojos y a los oídos de nuestros conciudadanos, todo mascado.

Hoy, el pueblo no piensa, se limita de «ver lo que aparece en las pantallas de los televisores, a oír lo que dicen las radios o a leer lo que aparece en las publicaciones escritas. Se da siempre por bueno, si lo dice la tele o va en letra impresa…El resultado es lo que vemos: todos «piensan lo mismo» y ese pensamiento único lo han asimilado mediante tópicos admitidos  como dogmas de fe,  aceptados sin el menor espíritu crítico.

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No puedo pasar por alto el sofisma que en el día de hoy, priva e  impera, y no solo en España también en el resto del orbe terráqueo. Tiene su lógica y su explicación. El «bichito asesino» nos lo han «regalado» quienes gobiernan ya el universo mundo,  y tan proclamado la necesidad de reducir la Humanidad a un 13% de la población actual, lo que supone mandar a la tumba nada menos que seis mil setecientos millones de seres humanos en unos pocos años. Lo que no es moco de pavo. Y ya han puesto manos a la obra.

El sofisma lo plantean así: «Las vacunas son imprescindibles para eliminar las pandemias: Pfizer, Janssen, Astra Zenea, etc. son vacuna contra el Covid; luego hay que vacunarse para acabar con él«. Parece un «silogismo perfecto» pero es un perfecto sofisma, pues la premisa menor es absolutamente falsa, Ni Pfizer, ni Janssen, ni Astra Zenea son vacunas sino simples remedios parciales que tratan de curar el Covid, pero no son vacunas puesto que, la cualidad indispensable de un medicamento para que sea vacuna, es que «inmunice», —lo que no hace ninguna de esas pretendidas vacunas–.

El silogismo correcto es: «Las vacunas inmunizan contra la enfermedad: Pfizer, Janssen, Astra Zenea no inmunizan contra el Covid 19;  luego, no son vacunas»

Es evidente que no se  puede mantener una conversación ni escribir «desentrañando sofismas». Esa misión la ejecuta automáticamente la inteligencia que está preparada para razonar –si previamente ha sido entrenada y conoce todos los resortes de esa capacidad que Dios nos ha dado–. Pero he querido resaltar la importancia  que tiene este conocimiento básico para la Sociedad. Y espero dejar de ese modo, patente la inteligencia luciferina de la Sinagoga de Satanás y el triunfo  trascendental que para el Mal supone el haber suprimido el estudio y dominio de la Lógica en la formación y educación de la mente de nuestros hijos, que llegan totalmente inmaduros a la edad adulta y por eso siempre serán presa fácil  de la manipulación de los charlatanes políticos y de quienes controlan los medios de información.

Es algo que me llena de tristeza  porque no tiene fácil remedio. Principalmente porque quienes debieran darse cuenta de las destrozas consecuencias de esa realidad no parecen enterarse o no le dan importancia. Me refiero a quienes recibieron de Cristo la orden de ser «luz del Mundo y sal de la Tierra» –en primer lugar–, y en segundo lugar,  a los catedráticos de las  Universidades que aun merecen ser tenidas por tales.

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La lógica es para la inteligencia lo que el aire –el oxígeno que respiramos– para la vida de los seres vivos.  Sin Lógica todo valor moral,  se halla indefenso.

Un ser humano que no tenga el arma de la Lógica en su arsenal es un pobre candidato a pelele o marioneta. Y el número incalculable de estas criaturas humanas explica la modorra de los pueblos  –como España–, ante los tiranuelos que llegan a los gobiernos con las mismas armas que nuestro Doctor Cumfraude,  el insigne «copia-tesis» y usuario de los «falcón». Cínico burlón capaz de nombrar de una tacada veinte ministros de género femenino, con dos masculinos, de perejil. Una «boutade» única en la Historia de la Humanidad,  para que la Sinagoga de Satanás pueda presentar a España como la nación más estúpida. Nunca Satanás se ha divertido tanto como con Jefes de Gobierno tipo Zapatero y Sánchez. Los Historiadores del futuro, sin duda alguna,  tendrán que reconocer que difícilmente un pueblo ha podido caer tan bajo, habiendo sido unos siglos antes, respetado y temido en todo el Orbe.  Y, esto ha ocurrido,  después de  un Régimen que  ochenta años antes,  inició una segunda edad de oro para nuestra Patria.

Para esto ha servido la «divina» y «maravillosa» Democracia… (¡El mayor y más letal de los inventos satánicos!)

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.