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De entre los múltiples acontecimientos en Afganistan en 2021 destacamos los siguientes:

El 5 de Enero, en medio del repunte de la violencia, el cruce de acusaciones entre las partes por este recrudecimiento y la amenaza Talibán de responder a los ataques aéreos estadounidenses, la delegación del Gobierno de Afganistán viajaba a Doha para la segunda ronda de conversaciones de paz con los Talibán,

El Presidente afgano, Ashraf Ghani, ante la continuación de la violencia y el incumplimiento Taliban del tratado de paz de febrero de 2020, solicitaba a EEUU que extendiera su misión militar más allá de la fecha de salida de las tropas.

Por su parte los Taliban amenazaban con actuar contra las fuerzas estadounidenses y aliadas, si no cumplían el plazo para retirada en mayo de 2021.

La administración Trump completaba su reducción de fuerzas a 2.500 soldados, el número más bajo de soldados estadounidenses en Afganistán desde 2001.

En marzo, representantes del gobierno Afgano y del Talibán se reunían en Moscú en una conferencia auspiciada por Rusia, para llevar la paz a Afganistán. La primera de tres conferencias internacionales previas a la retirada de las fuerzas estadounidenses y de OTAN ante el plazo del 1 de mayo.

En este diálogo, además de representantes de Pakistán, Irán, India y China participaban el emisario estadounidense Zalmay Khalizad, además del director del Consejo de Reconciliación para Afganistán Abdullah Abdullah, el cofundador Talibán Mula Abdul Ghani y el enviado ruso Zamir Kabulov.

El 31 de Marzo los Taliban atacaban una base de fuerzas internacionales en la provincia de Jost (Este) lo que suponía otra violación del tratado de paz del 29  de febrero del año 2020. El ataque se saldo sin víctimas para las fuerzas extranjeras.

El 17 de abril, fijado por Biden, se publicaba que los EEUU, la OTAN y otros aliados se retirarían de Afganistan el 11 de septiembre del 2021, meses después del 1 de mayo, fecha fijada para la retirada en el acuerdo de paz del 2020.

El 1 de mayo comenzaba la retirada de soldados estadounidenses, aliados OTAN y demás países extranjeros, que debía culminar el 11 de septiembre de 2021; la excepción era un contingente de Fuerzas Especiales Estadounidenses, Rangers del Ejercito y equipos de artillería y aviación para responder a los posibles ataques de la insurgencia Talibán.

Tras el inicio de la retirada del 1 de mayo de las fuerzas internacionales, los Taliban lanzaban ofensivas simultáneas en varias provincias, como Baghlan, Ghazni (SE), Kandahar y Helmand (S), donde tomaban distritos.

Por otro lado se producía una tregua de tres días por el Ramadan, pero después la violencia continuaba.

En junio, Fuerzas de otros contingentes, como las españolas, alemanas e italianas, se retiraban de manera completa.

Desde fines de junio, los Taliban controlaban los puntos de paso con Tayikistán incluido el principal puesto fronterizo, y los distritos cercanos a la ciudad de Kunduz, capital de la provincia homónima, a unos 50 km de la frontera.

A principios de julio, unos mil soldados afganos tras intensos combates con los Taliban, al no recibir los refuerzos, buscaban refugio en Tayikistán. En las siguientes semanas, otros 1.200 hacían lo mismo.

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Por su parte, al ver el avance de los Taliban sobre los distritos, milicias civiles y señores de la guerra se armaban y preparaban para combatir y defender las ciudades afganas.

El 2 de julio de 2021 las Fuerzas de Defensa y Seguridad Afganas, tras la retirada completa de las tropas estadounidenses, asumían el mando y control de la base aérea de Bagram al N. de Kabul. La retirada de Bagram marcaba el penúltimo paso de la retirada completa de las fuerzas de coalición internacional de Afganistán.

El 8 de julio, Joe Biden  decía: «es altamente improbable que los talibanes se apoderen de todo y sean dueños de todo el país.”

A finales de julio, las fuerzas gubernamentales oponían poca resistencia y apenas controlaban los grandes ejes de comunicación y las capitales provinciales, algunas de ellas ya rodeadas. Los Taliban llegaban a las puertas de Herat, la tercera ciudad afgana, y entraban en Lashkar Gah, capital de la provincia meridional de Helmand, vecina de Kandahar.

Desde el inicio de la retirada total de la coalición, 1 de mayo de 2021, hasta finales de julio, los Taliban habían tomado el control de la mitad de Afganistán, algo que usarían en las negociaciones. La falta de capacidad de las Fuerzas Afganas, sin dirección ni apoyos –enablers– para hacerles frente, “suscitaba preocupación” -no debía suscitar sorpresa-.

Durante los primeros días de agosto se producían enfrentamientos esporádicos entre los Taliban las Fuerzas de Defensa y seguridad Afganas en Kabul.

El 8 de Agosto los Talibán atacaban una base aérea en Kandahar, sin que se produjeran víctimas ni daños que afectaran a las fuerzas extranjeras. Ante el ataque, condenado por EEUU, el presidente Bidense mostraba aun preocupado” por la decisión sobre si retirar o no a las fuerzas militares de su país.

Ante el avance Talibán, las fuerzas Afganas con ayuda estadounidense bombardeaban a los Taliban.

El 15 de agosto los Taliban, después de conquistar prácticamente todos los distritos y capitales del país, salvo la capital llegaban en fuerza a Kabul. Se producían diálogos y negociaciones con el Gobierno Afgano para una transición pacífica del poder. Mientras el Presidente afgano Ashraf Ghani abandonaba Afganistán y el Ministro del Interior encabezaba un gobierno interino. Por su parte, la OTAN y aliados evacuaban sus Embajadas a la carrera, olvidando documentos comprometedores sobre personal Afgano, mientras una ola de afganos trataban de huir del país.

Tras la victoria y toma del poder de los Taliban, las evacuaciones de personal diplomático y militar occidental y algunos civiles afganos continuaban.

Durante la evacuación de los países de la Coalición internacional en Afganistán, el 26 de agosto, en los accesos al aeropuerto de Kabul, un atentado terrorista con dos explosiones, dejaba cerca de 200 personas muertas, entre ellas trece soldados estadounidenses. La autoría la reclamaba el grupo Estado Islámico Khorasan. Los 13 soldados estadounidenses eran las primeras víctimas norteamericanas desde febrero de 2020. El presidente Biden declaraba que habría represalias, pero el 28 de agosto un dron estadounidense dirigido a eliminar a los responsables del grupo terrorista mataba por error a víctimas civiles.

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El 30 de agosto de 2021, EEUU llevaba a cabo su último vuelo de evacuación del aeropuerto de Kabul. En total más de 100.000 personas fueron evacuadas por los aviones de transporte de la coalición internacional. Con esta última evacuación Estados Unidos y sus aliados ponían fin a la misión militar en Afganistán. Después antiguos miembros de Fuerzas Especiales y Servicios occidentales evacuaban de forma particular antiguos colaboradores. 

Durante 20 años los Soldados internacionales y afganos, dejando Sangre, Sudor y Lágrimas, se esforzaron en ofrecer seguridad a la población frente a la medieval Dictadura Taliban. Centros sanitarios, escuelas, vías de comunicación, fueron algunas de los esfuerzos amparados.

Después de 800.000 americanos desplegados, 20.750 heridos 2.461 muertos y un coste aproximado de mas de 200 millones de dólares diarios durante 20 años, la misión de EEUU no se cumplió.

Las Fuerzas Afganas perdieron 70.000 y España perdió 104, incluidos  Guardia Civil, Policía Nacional e Intérpretes (44 en Afganistan -24 por acción enemiga-).

El empeño por crear “partitocracias” por el globo sin tener en cuenta etnias, grupos sociales, culturas, religiones y niveles de desarrollo ha resultado un fracaso en muchos de los conflictos, particularmente los post coloniales, en continentes como Africa o Asia.

La guerra es un enfrentamiento de voluntades y el triunfo Taliban en Afganistán es consecuencia de 12 años de decisiones electoralistas en los que los presidentes de Estados Unidos, y sus aliados arrastrando los pies, faltos de voluntad y haciendo caso omiso a las valoraciones sobre el enemigo, declaraban sucesivamente su propósito de retirar las tropas, dando aliento a los Taliban y debilitando la confianza del Pueblo Afgano.

La pérdida de confianza, junto al miedo, corrupción e incompetencia en el Gobierno y Ejército afganos, permitió la guerra psicológica de los Taliban que, sobreviviendo a una superpotencia durante 20 años de guerra, fueron apoderándose paso a paso del territorio, para derrocar al Gobierno en Kabul. Lo lograron a mediados de agosto de 2021, cuando declaraban la victoria y el presidente afgano Ashraf Ghani abandonaba el país -desde 1928 seis Jefes de Estado habían sido asesinados-.

El líderazgo Taliban, de rudos combatientes, aparece con débiles mentes obsesas, incapaz de combatir sus instintos ni de razonar, por lo que, amparándose en una interesada interpretación del Coran, imponen a las mujeres una esclavitud intelectual y física en un contra Dios Creador de hombres y mujeres inteligentes y libres.

En la actualidad bajo la Dictadura Taliban, día tras día, sin respetar su palabra de paz, antiguos miembros del Ejército y Fuerzas de Seguridad Afganos son secuestrados, torturados y asesinados.

Falta Amor al prójimo, lealtad, alimentación, educación libre, desarrollo,… y sobra preocupación por la barba, y la música, y las mujeres, y el negocio de la droga,…y la soberbia del diablo.

 

 

 

 

Autor

REDACCIÓN