09/05/2024 13:31
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Avisados estáis progres, esto no os va a gustar.

Uno – o una – que no tenga hijos, no bebería ni tener derecho a votar, ni mucho menos, a formar parte de un gobierno.

Yo mismo, no tengo hijos ni estoy casado, por lo que yo ni debería poder votar, ni  tampoco, formar parte del gobierno de una nación. La explicación es muy simple, y es que la concepción del mundo y de la vida de un padre – o de una madre – , es distinta a la de alguien que todavía no lo sea; y aún más alejada de alguien que no quiera tener hijos.

El que se convierte en padre – o madre -, tiene que pensar en el futuro de sus hijos y por ende, tiene un horizonte mucho mayor que alguien que no contempla esa posibilidad.

Él ( o la ) que no quiere tener hijos,  es egoísta por naturaleza. Simplemente, tiene que cuidar de sí mismo y cuando él – o ella – muera, se acabaran todos sus problemas y preocupaciones. Por lo tanto, su nivel de preocupación sobre el estado de las cosas, tan solo abarca hasta donde su vida llegue.

En contraposición, quien quiere tenerla o ya tiene prole, debe reflexionar,  preocupase y planificar el futuro de su familia, ergo su consciencia y responsabilidad es , indiscutiblemente, superior.

Un padre de familia – o madre -, quiere para sus vástagos el mejor mundo posible.

Un homosexual ha decidido conscientemente -o no-,  o debido a un trastorno genético o psicológico, no tener hijos. Se pongan como se pongan, dos hombres no pueden crear vida de manera natural. Obviamente, adoptarlo no cuenta.

Las bolleras, tres cuartos de lo mismo. Se pongan en la posición que se pongan, ellas no tienen espermatozoides para embarazarse. Por lo tanto, ya no pueden ser madres.

Que alquilen a un maromo para que las preñe o que les hagan una inseminación artificial, tengo yo mis dudas de que les otorgara la misma capacidad que a una madre natural orgullosa de su rol femenino y heterosexual.

Así mismo, cualquier mujer desnaturalizada que no quiera tener hijos, tampoco debería formar parte de los ciudadanos con capacidad para votar – elegir -, ni de los políticos con posibilidad de gobernar.

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Las feministas locas esas, tampoco pueden tener hijos. Aunque biológicamente si serían capaces, el trauma que las genera esa inseguridad y ese odio hacia el hombre, las convierte en seres no aptos para el rol de madre.

Y es que los niños, necesitan ser protegidos por una familia que los quiera, que los eduque y que los prepare para ser personas equilibradas, buenas y fuertes.

Una familia consta de la parte masculina (padre) y de la parte femenina que es la mujer. Cualquier alteración de esto, no proporcionará el equilibrio necesario para el buen desarrollo del niño.

Una familia normal es eso, un padre y una madre. Lo es y lo ha sido en todas las culturas del mundo desde el principio de  la humanidad.

Te vayas a la tribu que te vayas, siempre es la misma combinación. Lo de crear “familias Frankenstein” es mera ingeniería social moderna que no tiene más que el objetivo de fracturar la sociedad, destruir la familia tradicional y desintegrar la psique de los pobres diablos que se tragan semejante anzuelo de gusano eugenésico.

Algún progre exaltado te lo discutirá, pero mediante la lógica se terminará sulfurando y perderá el control con facilidad. Pero puedes probarlo:

A ver, progre:

– ¿Dos señores pueden ser una familia? Porque no, bla, bla, bla…

– ¿Dos señoras pueden ser una familia? Pues si, porque, bla, bla, bla…

– ¿Dos señores y una señora pueden ser una familia? Uy, pues, ¿por qué no?, porque bla, bla, bla…

– ¿Cinco señores y dos señoras, pueden ser una familia? Bueno, es que si, porque…bla, bla, bla…

– ¿Cinco señores (uno de cada color), dos de ellos gays (maricones en cristiano) con tendencias sadomasoquistas y al «fisting anal», dos más bisexuales, el que queda, «voyeur» aficionado al onanismo, más 5 señoras (también de cada color), tres lesbianas, dos bisexuales aficionadas a la asfixiofilia, la otra aficionada a la coprofagia, pueden ser una familia?

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Bueno…

Vale, y si le añades otras variantes como la zoofilia y pones dentro de la licuadora familiar, a cuatro caniches, un dóberman, un asno de pene juguetón y una pitón albina, ¿pueden ser considerados todos ellos, una familia?

… El progre ya se habrá largado refunfuñando e intentando olvidar lo expuesto hasta aquí…

La cosa se puede ir ampliando, pero no hay progre que llegue a conseguir la cordura suficiente para mantener una discusión sobre esto. Se cabrean pronto y salen huyendo.

Lo dicho, los padres tienen una concepción de la vida a mucho más largo plazo que los que no son padres, por lo tanto, deberían ser ellos y tan solo ellos – junto con las madres – los que pudieran diseñar el futuro de un país y por ende, de los componentes futuros de esa nación.

El resto ya han decidido durar tan solo su existencia que será breve (si están kakunados, aun menos).

Valga como excusa que si yo no he sido padre hasta ahora, no ha sido por falta de ganas, ya que adoro los niños.

El problema es que encontrar a mi dulcinea, equilibrada, femenina, buena y sin vacunar, me cuesta lo mío.

Ahora tengo una preciosa ukraniana que parece cumplir los requisitos. Ya veremos…

Mientras tanto, la paranoia actual continua su aciago tránsito hacia el paroxismo de la enajenación.

Lo más nuevo es promocionar el amor interdigital, o sea, una relación entre un desgraciado esclavo moderno -humano-  y una especie de egregor en forma digital y personalizado.

Un holograma delicioso y sensual que por un módico precio (19,99 €) substraiga el corazón, la mente y el alma,  a los solitarios e incautos seres del distópico futuro dispuesto.

Frenopatía global programándose de manera predictiva, aquí:

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Pedro

Todo lo que dice es el sentido comun.
La pura y dura realidad.
Y precisamente por eso repugnará a los pijoprogres, homosexuales y lesbianas, que verán en sus afirmaciones, que comparto, «un delito de odio».
¡El mundo al revés!

Carmen

Y los extranjeros a los que les «regalamos» la nacionalidad, con un cupón de compra en cualquier supermercado, y poco más, no deberían tener derecho a voto, por lo menos si no trabajan y aportan a Hacienda y a la Seguridad Social, pues ESPAÑA ES DE LOS ESPAÑOLES, Y PARA LOS ESPAÑOLES.
Así de claro.

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