11/10/2024 08:15
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Yo lo tengo claro. Los que mejor llegaron a conocer al «hombre de la República» fueron Unamuno y  Marañón.

Unamuno, Ortega y Marañon

El primero lo radiografió cuando dijo: «Cuidado con Azaña, que un escritor sin lectores es capaz de hacer la Revolución por tenerlos» (y no le faltaba razón, porque la vida del escritor Azaña fue un fracaso total, a pesar de su calidad  literaria).

Y el segundo se inventó para él solo su teoría del resentimiento. ¿Y quién es el hombre resentido- le preguntaron un día al eminente Don Gregorio Marañón- que usted simboliza sin decirlo en su teoría? ¡Ah, pero tienen ustedes dudas? ( y se echó a reír con la complicidad de los periodistas que le entrevistaban, porque todos estaban en el secreto de que se refería a D. Manuel Azaña).

¿Y qué es el resentimiento? ¿cómo es un resentido?… ¿Tiene algo que ver el resentimiento con la soberbia, con el orgullo o con la envidia? Pues, sí tiene algo que ver porque es la madre de todos los pecados, la cúpula que los abarca y los cubre… ya que el resentido es soberbio, es orgulloso y es envidioso y les gana a todos en algo fundamental: en que no tiene cura.

El resentido es resentido de por vida, ya que por muy alto que llegue, por muchas riquezas que tenga, por mucho poder que haya alcanzado… incluso por mucha felicidad que disfrute… ¡siempre querrá más y siempre estará descontento con el mundo por no ser más!

Pues, ese era, y ese fue hasta su muerte, (bueno, al final le vio las orejas al lobo y no se fue tan contento de sí mismo) Don Manuel Azaña, el hombre de la República, el escritor sin lectores, el político sin votos y ese Azaña es el que el 14 de abril 1931 llega al Ministerio del Ejército ( y esa misma noche ya le cambia el nombre al Ministerio, él no puede ser un ministro más en la lista de Ministros, y le llama Ministerio de la Guerra, él no puede iniciar su mandato con un organigrama que le han hecho otros y crea de inmediato un «gabinete negro», olvidando la graduación militar y  la experiencia de mando de sus componentes, muy particular y muy suyo. El resentido se rodea siempre de gente sumisa que obedece sin preguntar y que aplaude como un robot. ¿Cómo? ¿quién le va a discutir al hombre que ha estudiado el ejército francés mejor que los propios franceses y sabe de estructuras militares más que nadie (como lo demuestra en sus ensayos que no lee nadie)?

–                     ¿Para el Ministerio de la Guerra? ¡Azaña! — responden a una Alcalá Zamora y los demás miembros del comité revolucionario que sale tras el Pacto de San Sebastián cuando se ponen a formalizar el Gobierno Provisional.

De los demás Ministerios o para otras Carteras puede haber varios pretendientes con mérito, para Guerra sólo puede haber uno: Don Manuel Azaña.

«El resentimiento- según Marañón-, que suele germinar en la adolescencia, es una pasión de reacciones tardías, con largos períodos de incubación desde el momento de su nacimiento hasta el de su manifestación social. El resentido (memoria contumaz, inteligencia, hipocresía, humorismo burdo y cruel) es incapaz de ser generoso y, por tanto, está mal dotado para el amor. «Es muy típico de estos hombres, no solo la incapacidad de agradecer, sino la facilidad con que transforman el favor que les hacen los demás en combustible de su resentimiento». El amigo y confidente de hoy puede convertirse sin transición en el enemigo irreconciliable de mañana. El resentimiento, que expresa una sensación de inferioridad y fracaso, no desaparece con el éxito o el poder. Es incurable. El éxito y el poder solo constituyen para el resentido una mínima compensación frente a todo lo que en su ambición cree merecer. Cedo aquí la palabra a Marañón: muchas veces, dice, «al triunfar, el resentido, lejos de curarse, empeora. Porque el triunfo es para él como una consagración solemne de que estaba justificado su resentimiento; y esta justificación aumenta la vieja acritud. Esta es otra de las razones de la violencia vengativa de los resentidos cuando alcanzan el poder’ Llegado al poder, el resentido es capaz de todo». 

***

«No lo puede resistir. La envidia es superior a sus fuerzas. Ver lo que han alcanzado sus tertulianos del Ateneo y comparando lo que él ha conseguido le corroe las entrañas. Ortega, sólo 3 años más joven que él, es Catedrático de Metafísica de la Universidad Central desde 1910. Sánchez Albornoz, 13 años más joven que él, ya es Catedrático de Historia. Salvador de Madariaga, tan sólo 6 años más joven, ya tiene plaza oficial como representante de España en la Sociedad de Naciones. Gregorio Marañón, casi a la misma edad que él, ya es Catedrático de la Universidad, Director del Hospital San Carlos y, lo que más le duele, es que le nombren Presidente del Ateneo, estando él allí que conocía la Docta Casa mejor que nadie… Y Alcalá Zamora, su viejo compañero como pasante en el despacho Díaz Cobeña, había sido ya hasta Ministro de Fomento, con 7 años menos.»

Pero, centrado el personaje vayamos al Decreto por el que establece e impone LA REVOLUCIONARIA REORGANIZACIÓN DEL EJÉRCITO:

            Decreto de 25-5-1931. (Gaceta número 146 de 26-5-1931, páginas 940 a 943) sobre reorganización general del Ejército.

 

«MINISTERIO DE LA GUERRA. -En el orden de las reformas conducentes a la reorganización del ejército, acomete hoy el Gobierno una de las más importantes, base y condición de muchas otras: es una nueva agrupación de las fuerzas militares, encaminada a las tropas se adiestren para la guerra. El problema es de tal monta que, sin resolverlo pronto y bien, no se adelantaría un paso en la renovación del ejército. Las unidades existentes son, por su número, excesivas; por su contenido. Débiles; por su costo, si hubiera de mantenerse en un punto de regular eficacia, onerosísimas. Es inevitable deshacer la organización actual y fundar sobre terreno más firme. Ligada esta cuestión con la del exceso de personal, constituyen una sola y misma dificultad, como que provienen de los mismos errores, y han de resolverse a un tiempo. Hallándose ahora en curso la primera amortización extraordinaria del personal, merced a los beneficios ofrecidos por el Decreto de 25 de abril último, es oportuno plantear inmediatamente los organismos nuevos. Por una parte, el Estado declara de esta manera cuál es el límite que las necesidades de la defensa nacional y los recursos del país ponen a los gastos del presupuesto la guerra; y otra, el personal militar, a quien afecta la forma, conocerá los datos necesarios para aceptar o no la opción que contiene el mentado Decreto.

Queipo de Llano

La reorganización comienza por establecer el tipo o modelo de la división, determinando su estructura general y la composición de las unidades tácticas elementales. Al final de la guerra europea, casi todos los ejércitos beligerantes habían adoptado como tipo la división de tres regimientos de Infantería. La crisis de efectivos aconsejó aquella reforma, que permitía conservar y aun aumentar el número de divisiones. Desde entonces, otros países han organizado también la división sobre base ternaria, acerca de cuyas ventajas las opiniones de los técnicos distan mucho de ser coincidentes. Si la división de tres regimientos es más ligera, acarrea inconvenientes de orden táctico, de tal índole, que ya se defiende con autoridad el retorno a la organización antigua, incluso en las naciones iniciadoras de la reforma. Siendo, por lo menos, indecisa la solución de este problema, se ha preferido conservar en España la división de cuatro regimientos, a fin de que, al reducirse ahora el número de grandes unidades, cada una de las subsistentes tenga fortaleza bastante para realizar empresas de alguna consideración. Dentro de la gran unidad, se atiende a la composición de las unidades tácticas elementales en perfecto acuerdo con los reglamentos y se les dota de personal en términos prudentes, de suerte que no sean tan voluminosas que resulten inmanejables, ni tan raquíticas que la instrucción del mando y la tropa se reduzcan a supuestos imaginarios. Es resolución inquebrantable del Ministro que suscribe mantener en los Cuerpos armados la integridad del efectivo legar acreditado en el presupuesto, e impedir que el ejército sifa empleando en administrarse a sí mismo una parte de su personal tan considerable como la que ahora emplea- Sin perjuicio de atender a estos propósitos con ulteriores disposiciones de Gobierno, se procura ya en la nueva organización corregir la mengua que en el efectivo útil de las unidades producen el uso y el abuso de los destinos, se crean secciones especiales para este servicio, y se fijará más tarde la responsabilidad de los Jedes que incurran, a este respecto, en tolerancia. Las plantillas del mando se han establecido con rigurosa exactitud. No se escatima lo necesario. Se quita lo demás, para que los Cuerpos no sean un plantel de destinos superfluos. Por último, la división contiene en su estructura una fuerza artillera proporcionada al volumen de la unidad, y los servicios de enlace, exploración, información, etc., que le son propios. En su nueva planta, y una vez pertrechada de material, la unidad divisionaria podrá compararse con cualquier otra similar del extranjero.

Trazado el esquema de la división, había que determinar cuántas deben subsistir. Las diez y seis divisiones existentes se reducen a ocho. Para adoptar este número se tiene en cuenta: los hombres que proporciona anualmente el servicio obligatorio a corto plazo; la carga que el presupuesto puede soportar; en relación con otras atenciones del Estado; as existencias reales de la defensa del Territorio, y el papel que le incumbe al Ejercito activo en caso de guerra nacional. Si las diez y seis divisiones actuales y las demás fuerzas no incluidas en ellas hubieran de sostenerse en el pie de utilidad y rendimiento necesario en todos los servidores públicos, y singularmente en los de guerra, sería preciso prolongar el servicio en filas, acuartelar doscientos mil hombres, gastar sumas ingentes, para, en din de cuentas, costear un Ejército en manifiesta desproporción con los fines de nuestra política exterior no menos que con los medios de la economía española. Como esto era imposible, la organización actual solo en parte ha cobrado realidad: en la cuantía del gasto, mientras que en su eficacia militar la multa triplicidad de organismos ha servido para debilitarlos todos. El nuevo sistema compagina la mayor utilidad de la fuerza armada y la reducción del gasto; establece verdaderas Escuelas de instrucción militar para el contingente anual de ciudadanos; prevé cualquier urgencia en caso de peligro, y al instituir cierta independencia o separación entre el Ejército permanente activo y la organización profunda de las reservas movilizables para la defensa nacional, introduce propósitos e ideas que gasta ahora no se habían aplicado en nuestro país.

Antes de la guerra europea, la organización militar consistía en un ejército permanente muy poderoso. De movilización fácil, merced a la incorporación de los contingentes de reservistas. El Ejercito se bastaba para la instrucción de las tropas y los cuadros, para abastecerse en la industria militar, preparar la movilización y desarrollar por sí, casi exclusivamente, una campaña. En caso necesario, se elevaban al pie de guerra los efectivos de las unidades de reserva, previstas desde el tiempo de paz en número igual a las de activo. Lo cuantioso de los efectivos de tropa y de los cuadros de mando en la paz permitía que las fuerzas así organizadas entrasen inmediatamente en campaña. En nuestros días, los pueblos no admiten un ejército constituido sobre la base de un servicio en filas de larga duración y con grandes efectivos permanentes. A este sistema reemplaza el armamento general de la Nación, que, en caso de guerra, moviliza todas sus fuerzas, combatientes o no, y exige en tiempo de paz cargas menos pesadas, tanto en el orden económico como en el del sacrificio personal. La organización nueva demanda cuadros profesionales poco numerosos, que tienen a su cargo preparar a la movilización, entretener el material, ejercer los mandos posteriores, instruir los continentes y servir de base a encuadramiento de las unidades. El tiempo de servicio no debe pasar de lo indispensable para la instrucción adecuada fuera de filas. Finalmente, no puede contarse desde el tiempo de paz con todo el material de guerra moderno necesario para la movilización, porque es complicado y costoso y se perfecciona de continuo.

Aplicar estas ideas en España lleva consigo una reducción considerable de los cuerpos y organismos activos. Ya no podrán tales cuerpos atender por sí a la movilización de los efectivos de guerra y a formar nuevas unidades. Estas operaciones se confiarán a centros de movilización repartidos por el territorio en correspondencia con los cuerpos activos. El ejército permanente quedará así reducido a instruir los reemplazos anuales a proporcionar con ellos y con los hombres disponibles llamados a sus filas una fuerza que cubra las operaciones de movilizar a la masa de reservistas y de constituir con ellos el verdadero ejército nacional.

Por el pronto, la organización del ejército se acomodará al nuevo sistema tan solo en lo que se refiere a las unidades acticas o permanentes, punto que no admite espera. Quedan para ser resueltos más adelante problemas de mucha cuantía, como son: formar los cuadros de complemento, que habrá de ejercer en gran escala los mandos subalternos; asegurar la cohesión indispensable entre los soldados y entre los soldados y sus jefes; preparar la movilización, determinando el número de unidades que gran de organizarse en caso de guerra y la forma de agruparlas; el reclutamiento e instrucción de la oficialidad; el sistema de ascensos; la selección del Estado Mayor General, y adelantarse desde ahora que el sistema vigente es poco ventajoso, porque representa una carga muy fuerte en tiempo de paz y no bastaría, ni con mucho, a las necesidades más urgentes del ejército en campaña.

En otro orden de cosas, habrán de hacerse las reformas necesarias para introducir en los cuerpos un sistema de administración compatible con las realidades de la vida militar y que al mismo tiempo se ajuste a las normas generales establecidas en la ley de Contabilidad.

Comida de hermandad de oficiales en 1936

Todo este programa, aunque se realizase en lo orgánico y administrativo, se frustraría en cuanto a la eficacia militar del Ejército, si el Gobierno, por los medios de acción a su alcance, no acertase a infundir o a fomentar en las instituciones armadas de la Nación una fuerza espiritual más alta que la estricta observancia de los Reglamentos, para robustecer y mejorar los resortes del mando y el acatamiento de la disciplina, que no pueden fundarse tan solo en el temor a las sanciones, sino en la consciente aceptación de la responsabilidad, en discernir claramente la razón de los deberes t en el sacrificio del interés personal en aras de una función cívica muy elevada.

En cuanto al efecto inmediato de la reforma en el Presupuesto, debe notarse que al pasar de diez y seis a ocho las divisiones existentes, se suprimen treinta y siete regimientos de caballería, un regimiento de ferrocarriles y dos batallones de ingenieros; se organizan dos regimientos de carros de asalto y un batallón de ametralladoras. Se conserva la división de caballería independiente, reduciéndose a diez los regimientos de este Arma, y se organizan las tropas de Cuerpo de Ejército y de Ejército estrictamente indispensables para completar el plan adoptado. Con estas reformas, las ya realizadas o a punto de aprobarse en los servicios de pendientes de la Administración central y regional y las que están en estudio para la zona de Marruecos, el presupuesto de la guerra se descargará de una suma que no sería prudente cifrar desde ahora por las alteraciones de los precios, pero que pueden calcularse no ha de ser inferior a 200 millones de pesetas.

En virtud de tales consideraciones, a propuesta del Ministro de la Guerra, el Gobierno provisional de la República decreta:

Artículo 1º. El Ejército activo permanente de la Península islas adyacentes constará, a pie de paz, de las siguientes unidades:

Ocho divisiones orgánicas.

Tropas y servicios de Cuerpo de Ejército y de Ejército.

Artículo 2º. La composición de la división orgánica será la que a continuación se expresa:

a)                 Cuartel general divisionario

b)                 Dos brigadas de infantería, a dos regimientos de dos batallones. Cada uno de éstos estará constituido por cuatro compañías de fusiles, otra de ametralladoras y secciones de especialidades. Los regimientos tendrán además armamento para un tercer batallón.

c)                 Un escuadrón de caballería, con una sección de armas automáticas y otra de infantería ciclista.

d)                 Una brigada de artillería ligera integrada por dos regimientos, uno de cañones y otro de obuses, ambos a dos grupos de tres baterías cada uno; los regimientos tendrán además el material de un tercer grupo. Cuando las disponibilidades económicas de la nación lo permitan, se reemplazarán los regimientos de cañones de cuatro divisiones por otros análogos, de obuses de montaña, de 10,5 cm.

e)                 Un batallón de zapadores-minadores, con tres compañías de esta clase y otra de parque.

f)                  Un grupo de transmisiones, formado por cuatro secciones de sus especialidades (una de telegrafía óptica, dos telegráfico-telefónica y una de radiotelegrafía).

g)                 Una sección de iluminación.

h)                 Una cuadrilla de aviación y una unidad de aerostación.

i)                  Un parque divisionario para el servicio de municionamiento, armamento y material, compuesto de un escalón pesado y dos ligeros, estando uno de estos últimos organizado y servido por personal de infantería y los demás por el correspondiente al arma de artillería.

j)                  Un grupo divisionario de intendencia, constituido, para cuatro divisiones, por una compañía montada de víveres, una automóvil de panadería y transporte y otra de plaza a pie, y para el resto de las divisiones por una compañía automóvil y otra de plaza. Cuando se reemplacen los regimientos de cañones por otras de obuses, a que hace referencia el apartado d) del artículo 2º., se hará también la oportuna transformación en sus grupos de intendencia respectivos para que pueden adoptar la nueva modalidad de dichas divisiones,

k)                 Un grupo divisionario de sanidad, con una sección de ambulancia, una columna de evacuación y un grupo de desinfección. La organización de estos elementos se considerará provisional hasta que por otro Decreto especial se organice definitivamente este Cuerpo.

l)                  Una sección móvil de evacuación veterinaria.

Niceto Alcala-Zamora conversa con Francesc Maciá

Artículo 3º. Las tropas y servicios de Cuerpo de Ejército y de Ejército estarán formadas por las siguientes unidades:

a)                 Dos brigadas mixtas de infantería de montaña, constituidas cada una de ellas por los siguientes elementos: Cuartel general; cuatro batallones de infantería de montaña, de composición similar a los de línea, pero con las variaciones propias de la especialidad, agrupados en dos medias brigadas; un regimiento de artillería de montaña, de dos grupos de obuses, de a tres baterías cada uno; una compañía de zapadores-minadores; un grupo de transmisiones, compuesto de una sección óptica y otra de radiotelegrafía; una compañía de víveres de montaña; una sección de ambulancia, con un grupo de evacuación y desinfección, y una columna de municiones, todas a lomo.

b)                 Dos regimientos de dos batallones de carros ligeros de combate y un batallón de ametralladoras, a cargo ambos del arma de infantería.

c)                 Siete regimientos de infantería de igual composición que los divisionarios: tres para las bases navales, dos para Baleares y dos para Canarias.

d)                 Una división de caballería independiente, con la siguiente composición: Cuartel general divisionario; tres brigadas de caballería, a dos regimientos de dos grupos de dos escuadrones de sables, y otro de armas automáticas; un grupo de infantería ciclista, formado por una compañía de fusiles y otra de ametralladoras-cañones; un regimiento de artillería a caballo de tres grupos a tres baterías; una compañía de zapadores; un grupo de transmisiones compuesto de una sección óptica y otra de radiotelegrafía, ambas a caballo; una escuadrilla de observación de aviación; una columna móvil de municiones; una compañía automóvil de víveres; una sección automóvil de sanidad, y una sección móvil de evacuación veterinaria.

e)                 Cuatro regimientos de caballería de cuatro escuadrones de sables y uno de armas automáticas, teniendo además afecta cada uno una compañía ciclista. Estos regimientos destacarán a las divisiones orgánicas las unidades de caballería y ciclistas que tiene asignadas.

f)                  Cuatro regimientos de artillería a pie, cada uno formado por un grupo de cañones de 15 centímetros y otro de obuses de 15,5 centímetros, y ambos a tres baterías; cuatro regimientos de costa para las bases navales y tres grupos mixtos para Baleares y Canarias.

g)                 Dos grupos de defensa contra aeronaves, compuesto cada uno de dos baterías de cañones antiaéreos y de una compañía de ametralladoras de infantería.

h)                 Un regimiento de zapadores-minadores de dos batallones a cuatro compañías.

i)                  Parque central de automovilismo, compuesto de una escuela, tres unidades automovilistas y otra de obreros y parque.

Un batallón de pontoneros con cuatro unidades.

Un regimiento de ferrocarriles, formado por tres batallones a tres compañías.

Dos grupos automáticos mixtos de zapadores y telégrafos para Baleares y otros dos para Canarias, integrado cada uno por una compañía de zapadores y una de telégrafos.

j)                  Dos compañías de intendencia para Baleares y Canarias.

k)                 Dos compañías de sanidad para Baleares y Canarias.

l)                  Escuadrillas de caza y de bombardeo.

Un regimiento de aerostación, al que pertenecerán las unidades de esta especialidad de las divisiones orgánicas.

m)               Tres grupos de información artillera, uno de ellos escuela.

n)                 Un depósito de ganado y tres destacamentos del mismo para la remonta de generales, jefes y oficiales.

Artículo 4º. Los parques de artillería divisionarios correspondientes a cuatro decisiones orgánicas, constarán además de los elementos necesarios para constituir un parque de Cuerpo de Ejército.

Artículo 5º. Las unidades de zapadores-minadores de la división de caballería independiente y de las brigadas de montaña, formarán un grupo para instrucción y administración.

Las secciones de transmisiones se agruparán para los mismos fines formando cuatro compañías de telegrafía óptica, cuatro de telegrafía eléctrica y telefonía y tres de radiotelegrafía, que constituirán tres batallones y éstos un regimiento.

Las secciones de iluminación de las divisiones orgánicas y las de alumbrado de los Cuerpos de Ejército, para iguales efectos, formarán un grupo de alumbrado e iluminación.

Artículo 6º. Los grupos divisionarios de Intendencia radicarán dentro del territorio de sus respectivas divisiones. Dichos grupos, con las unidades del mismo Cuerpo que formen parte de la división de caballería y de las brigadas de montaña, se agruparán para instrucción y administración en cuatro Comandancias, teniendo afecta cada una un parque de Cuerpo de Ejército.

Artículo 7º. Los grupos divisionarios de Sanidad y las unidades de dicho Cuerpo que formen parte de la división de caballería y de las brigadas de montaña, se agruparán para inducción y administración, provisionalmente, en dos Comandancias, hasta tanto se implante la organización definitiva a que se refiere el apartado k) del artículo 2º.

Artículo 8º. Las unidades de Infantería ciclista afectas a las divisiones y las compañías de ametralladoras de los grupos antiaéreos formarán un batallón a cargo del arma de Infantería.

Artículo 9º. Sin rebasar las cifras consignadas Enel vigente presupuesto se procederá a distribuir los efectivos entre las unidades que han de constituir el Ejército, procediéndose a refundir los Cuerpos y organismos existentes a los que afecte este Decreto, suprimiendo los que sobre y fijando a los que han de quedar el número que han de ostentar, así como su plantilla orgánica.

Artículo 10º. Dl Ministro de la Guerra dictará las instrucciones complementarias que sean precisas para llevar a efecto la nueva organización, de modo que pueda quedar implantada antes del 1º de julio próximo.

Dado en Madrid a veinticinco de mayo de mil novecientos treinta y uno. -El presidente del Gobierno provisional de la República, NICETO ALCALÁ ZAMORA Y TORRES- El ministro de la Guerra, MANUEL AZAÑA».

Y con ese resentimiento a cuestas llegó Azaña al Ministerio de la Guerra y de ahí salió la política de la «Trituración» que revolucionó al ejército. Hoy, por su importancia reproducimos el Decreto adoptando la bandera tricolor: Encarnado, amarillo y morado. 27-4-1391. (Gaceta del 28-4-1931, páginas 359-360).

«GOBIERNO PROVISIONAL DE LA REPÚBLICA. – Presidencia- El alzamiento nacional contra la tiranía, victorioso desde el 14 de abril, ha enarbolado una enseña investida por el sentir del pueblo con la doble representación de una esperanza de libertad y de su triunfo irrevocable. Durante más de medio siglo, la enseña tricolor ha designado la idea de la emancipación española mediante la República.

En pocas horas, el pueblo libre, que al tomar las riendas de su propio gobierno proclamaba pacíficamente el nuevo régimen, izó por todo el territorio aquella bandera, manifestando con este acto simbólico su advenimiento al ejercicio de la soberanía.

Una era comienza en la vida española. Es justo, es necesario, que otros emblemas declaren y publiquen perpetuamente a nuestros ojos la renovación del Estado. El Gobierno provisional acoge la espontánea demostración de la voluntad popular, que ya no es deseo, sino hecho consumado, y la sanciona. En todos los edificios públicos ondea la bandera tricolor. La han saludado las fuerzas del mar y tierra de la República; ha recibido de ellas los honores pertenecientes al jirón de la Patria. Reconociéndola hoy el Gobierno, por modo oficial, como emblema de España, signo de la presencia del Estado y alegoría del Poder público, la bandera tricolor ya no denota la esperanza de un partido, sino el derecho instaurado para todos los ciudadanos, así como la República ha dejado de ser un programa, un propósito, una conjura contra el opresor, para convertirse en la institución jurídica fundamental de los españoles.

La República cobija a todos. También la bandera, que significa paz, colaboración de los ciudadanos bajo el imperio de justas leyes. Significa más aún: el hecho nuevo en la Historia de España de que la acción del Estado no tenga otra móvil que el interés del país ni otra norma que el respeto a la conciencia, a la libertad y al trabajo. Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del siglo XIX. De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España.

Fundado en tales consideraciones y de acuerdo con el Gobierno provisional,

Vengo en decretar lo siguiente:

Artículo 1º. Se adopta como bandera nacional para todos los dines oficiales de representación del Estado dentro y fuera del territorio español y en todos los servicios públicos, así civiles como militares, la bandera tricolor que se describe en el artículo 2º.  de este Decreto.

Artículo 2º. Tanto las banderas y estandartes de los Cuerpos como las de servicios en fortalezas y edificios militares, serán de la misma forma y dimensiones que las usadas hasta ajora como reglamentarias. Unas y otras estarán formadas por tres bandas horizontales de igual ancho, siendo roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior. En el centro de la bandera amarilla figurará el escudo de España, adoptándose por tal el que figura en el reverso de las monedas de cinco pesetas acuñadas por el Gobierno provisional en 1869 y 1870.

En las banderas y estandartes de los Cuerpos se pondrá una inscripción que corresponderá a la unidad, Regimiento o Batallón a que pertenezca, el Arma o Cuerpo, el nombre, si lo tuviera, y el número. Esta inscripción, bordada en letras negras de las dimensiones usuales, irá colocada en forma circular alrededor del escudo y distará de él la cuarta parte del ancho de las bandas de la bandera, situándose en la parte superior y en forma que el punto medio del arco se halle en la prolongación del diámetro vertical del escudo.

Las astas de las banderas serán de las mismas formas y dimensiones que las actuales, así como sus moharras y regatones, aunque sin otros emblemas o dibujos que los del Arma, Cuerpo o Instituto que la unidad que lo ostente y el número de dicha unidad. En las banderas podrán ostentarse las corbatas ganadas por la unidad en acciones de guerra.

Artículo 3º.  Las autoridades regionales dispondrán que sucesivamente sean depositadas en los Museos respectivos las banderas y estandartes que hasta ahora ostentaban los Cuerpos armados del Ejército y los Institutos de la Guardia Civil y Carabineros.

El transporte y entrega de dichos emblemas se hará con la corrección, seriedad y respeto que merecen, aunque sin formación de tropas, nombrándose por cada Cuerpo una Comisión que, ostentando su representación, realice aquel acto, y formándose la Comisión receptora por el personal del Museo. 

Artículo 4º. Las escarapelas, emblemas y demás insignias y atributos militares que hoy ostentan los colores nacionales o el escudo de España, se modificarán para lo sucesivo, ajustándolas a cuanto se determina en el artículo 2º.

Artículo 5º. Las banderas nacionales usadas en los buques de la Marina de guerra y edificios de la Armada serán de la forma y dimensiones que se describen en el artículo 2º.

Las banderas de los buques mercantes serán iguales a las descritas anteriormente, pero sin escudo.

Las banderas y estandartes de los Cuerpos de Infantería de Marina y Escuela Nava serán sustituidas por banderas análogas a las descritas para los Cuerpos del Ejército.

Las astas, moharras y regatones se ajustarán asimismo a lo que se dispone para las de los Cuerpos del Ejército.

Artículo 6º. Las Autoridades departamentales y Escuadra dispondrán que sucesivamente sean depositadas en el Museo Naval las banderas de guerra regaladas a los buques y estandartes que hasta ahora ostentaban los regimientos de Infantería de Marina y Escuela Naval.

El transporte y entre de estas enseñas se hará con la corrección, seriedad y respeto que merecen, aunque sin formación de tropa, nombrándose por cada Departamento o buque una Comisión que, ostentando su presentación, realice aquel acto, y formándose la Comisión receptora por el personal del Museo.

Artículo 7º. Las escarapelas, emblemas y demás insignias y atributos militares que hoy ostentan los colores nacionales o el escudo de España se modificarán para lo sucesivo, ajustándolas a cuanto se determina en el artículo 2º.

Dado en Madrid a veintisiete de abril de mil novecientos treinta y uno. -El presidente del Gobierno provisional de la República, NICETO ALCALÁ ZAMORA Y TORRES».

Pero no contento con este siguió publicando Decretos. Más o menos por este orden:

LEER MÁS:  El túnel de la historia. Por Julio Merino

 

Una de las fotografías que se exhiben en la muestra es la que inmortalizó el nombramiento de José María Gil-Robles como ministro de la Guerra en mayo de 1935.

·                 Decreto del 3-6-1931. (Gaceta núm. 155 del 4-6-1931, páginas 1.178 y 1.179), reorganizando el Ejército de Marruecos.

·                 Decreto del 3 junio de 1931. (Gaceta del 4-6-1931, página 1.179), sobre clasificación de los ascensos en campaña.

·                 Decreto de 16-6-1931. (Gaceta del 17-6-1931, páginas 1.433 y 1.435), estructurando 8 Divisiones orgánicas que sustituyen a las Capitanías Generales de Región, que se suprimen.

·                 Decreto de 16-6-1931. (Gaceta del 17-6-1931, página 1.435), suprimiendo las dignidades de capitán general y teniente general.

·                 Decreto de 18-6-1931. (Gaceta del 19-6-1931, página 1.491), suprimiendo las categorías de Consejero togado, Intendente del Ejército, Interventor General del Ejército, Etc. 

Y otro de los Decretos que levantaron gran polvareda en la «familia militar» (y en muchos españoles de cualquier condición y clase social) fue el cambio de la Bandera Nacional. La Bandera rojo y gualda tradicional era sustituida por la Bandera tricolor…, a los trece días de República.

 

Por hoy, y por razones de espacio lo dejamos aquí. Een el próximo capitulo hablaremos del Decreto más polémico de todos: El cierre de la Academia General de Zaragoza, de la que era director el general don Francisco Franco Bahamonde.

Bueno, yo ni quito ni pongo Rey, pero ayudo a mi señor…y mi señor siempre serán la verdad y la Historia…(o la intraHistoria)

 Julio MERINO

Periodista y Miembro de la Real Academia de Córdoba

 

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