22/05/2024 03:44

Pie de foto: Exposición de Nebrija en la Biblioteca Nacional

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Vaya por delante que la exposición merece la pena en cualquier caso, aunque solo sea por echarle una ojeada a las páginas expuestas de algunos libros antiguos. Por ejemplo, podremos ver una edición de mediados del s. XV de la Ilíada o esta página de la Biblia Políglota de Alcalá:

 

Más aún, ofrece una experiencia de realidad virtual con unas gafas en las que se simulan la audiencia de Nebrija con la Reina Católica y la de Colón con los dos soberanos. No es que las simulaciones sean nada especial, pero permiten conocer eso de “la realidad virtual”, el metaverso y demás.

Aquí está la información oficial de la exposición, en la que leemos esto:

Cuando le presentó a la reina Isabel un adelanto de la que luego sería su Gramática de la lengua castellana (Salamanca, 1492), la soberana se sorprendió y no entendió la utilidad de un tratado que enseña las reglas de una lengua que se aprende de manera natural. Pero el docto profesor supo defender la novedad y oportunidad de su ocurrencia, pues las lenguas, incluso las naturales, necesitan gramáticas descriptivas y normativas para que no anden desbocadas. A esta ventaja se añade que la comprensión de los principios gramaticales del castellano puede ayudar a entender los de otras lenguas, el latín (al que dirigía sus esfuerzos) entre ellas. Las paradojas del destino han hecho que esa gramática del castellano sea hoy su obra más conocida. Nebrija, no obstante, merece ser recordado por otras muchas razones.

¿De verdad pretenden decirnos que la intención de Nebrija era meramente didáctica? Eso parece. De hecho, nos están ocultando -porque hay que descartar que haya sido ignorancia- la primera y principal razón alegada por el propio Nebrija para la composición de su Gramática: un imperio necesita de una lengua. Por cierto, estamos en 1492, así no se trata del Sacro Imperio alemán que después ostentaría el nieto, sino del verdadero fecho del imperio español: España se sentía ya entonces imperial.

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Esa ocultación culpable no puede ser mera ignorancia, porque es la primera razón que expone Nebrija en el prólogo de su gramática:

Prólogo Ala mui alta y assí esclarecida princesa doña Isabel. la tercera deste nombre. Reina y Señora natural de España y las islas de nuestro mar. Comiença la Gramática que nueva mente hizo el maestro Antonio de Lebrixa sobre la lengua castellana. y pone primero el prólogo. Lee lo en buen ora.

 

Cuando bien comigo pienso mui esclarecida Reina: y pongo delante los ojos el antigüedad de todas las cosas: que para nuestra recordación e memoria quedaron escriptas: una cosa hallo y saco por conclusión mui cierta: que siempre la lengua fue compañera del imperio: y de tal manera lo siguió: que junta mente començaron. crecieron. y florecieron. y después junta fue la caída de entrambos…

Nebrija desarrolla esa idea, con ejemplos históricos de judíos, griegos y romanos, a lo largo de más de la mitad de la introducción. Y solo bien pasada la mitad se refiere a que aquella gramática castellana ayudará, además, a entender la lengua latina:

Porque después que sintieren bien el arte del castellano: lo cual no será mui difícile porque es sobre la lengua que ia ellos sienten: cuando passaren al latín no avrá cosa tan escura: que no se les haga mui ligera: maior mente entreveniendo aquel Arte de la Gramática que me mandó hacer vuestra Alteza contraponiendo línea por línea el romance al latín.

Curiosamente, el folleto de la exposición reproduce la primera página con la frase famosa que incomoda a sus organizadores.

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Ese es el tono de esta exposición de la Biblioteca Nacional: Nebrija fue un filólogo humanista intelectualmente atrevido, rompedor. Solo falta decir que si viviera hoy votaría a las izquierdas, pero a buen entendedor…

Estas son fotos de las frases que vemos aplicadas sobre las paredes de la exposición, en la que por supuesto brilla por su ausencia la primera y principal. Repitámosla: siempre la lengua fue compañera del imperio.

Y aquí tenemos a los responsables del desaguisado. Al frente, como es tan habitual hoy en día, dos empoderadas.

 

 

FOLLETO DE LA EXPOSICIÓN

Para quitarse el mal sabor de boca: Siempre la lengua fue compañera del imperio. Antonio de Nebrija.

 

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