17/05/2024 06:39
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Ante el anuncio de la diócesis de Barbastro del nombramiento por parte del obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo, de un sacerdote diocesano como nuevo rector del Santuario de Torreciudad, la prelatura del Opus Dei ha emitido un comunicado aclarando la situación y a quién le corresponde nombrar rector: «No corresponde al obispo llevar a cabo este nombramiento al tratarse de un templo de la Prelatura»«

Ayer los fieles y devotos de la Virgen anochecieron preocupados por el comunicado y actuación del obispo de Barbastro-Monzón que en la práctica equivalía a intervenir el Santuario de Torreciudad nombrando al nuevo rector con un comunicado «sinodal»:

En la misma línea sinodal y corresponsable pero también con el propósito de avanzar en la actualización normativa, don Ángel nombrará rector del Santuario de El Pueyo -hasta que se reintegre el padre Pablo Di Césare, que se encuentra fuera de España atendiendo a su madre- al sacerdote José María Ferrer. Con este mismo criterio y voluntad, ha nombrado al párroco de Bolturina-Ubiergo, José Mairal Villellas, rector del Santuario de Torreciudad para que, junto con los sacerdotes Ángel Lasheras, Pedro J. García de Jalón y de la Fuente y Eduardo Martínez Ruipérez, se responsabilice del cuidado pastoral y ministerial hasta que se regularice la situación canónica existente entre ambas instituciones.

La reacción de los fieles llevó a la diócesis a través de su departamento de medios, no del obispo, a emitir un confuso y todavía más preocupante comunicado lleno de interrogantes:

Ante las consultas recibidas a propósito de los nombramientos de rector en los monasterios de El Pueyo y Torreciudad, el Obispado de Barbastro-Monzón manifiesta lo siguiente:

  1. Corresponde al Obispo diocesano, oídos los órganos consultivos debidamente constituidos, el gobierno de la Diócesis, conforme a la normativa existente, eclesiástica y civil, y siempre con la voluntad de ahondar en el camino sinodal y en la comunión de los fieles para que el Evangelio llegue a todo el territorio de Barbastro-Monzón.
  2. Según el canon 557, corresponde al Obispo diocesano el nombramiento del rector y de los sacerdotes dedicados a una iglesia o un santuario, lo mismo que los sacerdotes de los institutos religiosos que sirven a las parroquias.
  3. En lo que se refiere al Monasterio de El Pueyo, su rector, Pablo Di Césare, se encuentra en su país por causas familiares. Al dilatarse su regreso a este santuario que, además, es centro de formación, el Obispo ha valorado el nombramiento de José María Ferrer -director espiritual de la Casa Sacerdotal- como su rector, acompañado en la vicerrectoría por el monje del Instituto del Verbo Encarnado Henrique Pereira.
  4. En el caso de Torreciudad, y en orden a regularizar su situación canónica con la diócesis, se expuso a la Prelatura la pertinencia de que propusiera a este Obispado una terna de sacerdotes para efectuar ese nombramiento de rector (c. 557 &1). Con el paso de los meses, y al no recibir esa terna tras varios requerimientos, se ha optado por el nombramiento de José Mairal, párroco de Bolturina-Ubiergo, a cuya parroquia pertenece la ermita-santuario de Torreciudad.

La formación de estos equipos mixtos, en los que se combina la presencia de sacerdotes diocesanos y de las respectivas instituciones religiosas, pretende conformar unas estructuras operativas que ayuden a lograr la convergencia y deseada comunión, compartiendo el Proyecto Diocesano Mariano de Evangelización y siempre al servicio de la atención pastoral de todos los fieles de Barbastro-Monzón

Sorprendentemente en el primer comunicado el Santuario de Torreciudad se ha transformado en una nueva figura, ya no es «Santuario», ahora es «ermita-santuario».

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En la tarde la Prelatura del Opus Dei ha emitido una aclaración de la situación que deja muchas preguntas abiertas y ahonda la preocupación sobre las últimas intenciones de todos estos sucesos.

Pues tal como Mons. Ángel Pérez Pueyo conoce perfectamente el Santuario no es un Santuario diocesano, llevan trabajando meses en ese asunto, por el tanto el nombramiento no le corresponde.

También Mons. Ángel Pérez Pueyo conoce perfectamente la propiedad tanto del templo como del complejo del santuario, como de la ermita, tres entidades distintas. Con el agravante de que también es sabedor de que tanto la ermita como la imagen de la Virgen están cedidas.

Comunicado de la Prelatura del Opus Dei

Hemos recibido con sorpresa la noticia de que el señor obispo de Barbastro-Monzón ha decidido unilateralmente proveer el nombramiento de un rector del Santuario de Torreciudad. La prelatura del Opus Dei entiende que no corresponde al obispo llevar a cabo este nombramiento al tratarse de un templo de la Prelatura.

Según el derecho canónico el templo -que se construyó en los años 70 con donativos promovidos por fieles del Opus Dei, cooperadores y muchas otras personas de Aragón y del mundo entero- tiene la condición jurídica de oratorio de la Prelatura, y fue erigido en su día, como todos los oratorios de los centros del Opus Dei, con la venia del Rvmo. Sr. Obispo de la diócesis.

La propiedad del templo es de la Fundación canónica Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad.

Según los actuales estatutos de Torreciudad, del año 1980, el nombramiento del rector y la designación de los sacerdotes que se ocupan de la atención pastoral corresponde al Vicario Regional de la Prelatura. Así se ha venido procediendo desde 1975.

La Prelatura, hace más de un año, se dirigió al obispo de la diócesis, con el fin de iniciar un trabajo conjunto -que no ha concluido- para preparar unos nuevos estatutos, con objeto de erigir Torreciudad como santuario diocesano y establecer un convenio de atención pastoral con la diócesis, análogo a los convenios que la prelatura del Opus Dei mantiene para la atención pastoral de numerosas parroquias e iglesias en España y en otros países.

Ese trabajo conjunto, aunque desarrollado en un clima de mutua colaboración, no ha estado exento de dificultades de comprensión y de interpretación por parte de la diócesis.

La prelatura del Opus Dei estudiará este asunto con detenimiento y espíritu de comunión eclesial. Nuestra voluntad es la de seguir colaborando con la Diócesis en la labor evangelizadora que se realiza desde Torreciudad, un lugar tan querido por los pueblos del Alto Aragón, y en el que cada año millares de personas tienen un encuentro con la Virgen, acuden al sacramento de la confesión y se acercan a Jesús inspiradas por la vida y las enseñanzas del barbastrense san Josemaría Escrivá.

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Carmen

El Opous Dei, la Obra, como ellos gustan llamarse, es una organización mafiosa, dentro de la Iglesia, que constituye una auténtica «igelsia paralela».
Entiendo que debe actuar dentro de la Iglesia, obedeciendo al Papa y a los Obispos diocesanos, y así lo ha confirmado la última normativa papal…
Así de claro.

Hakenkreuz

El Opus Dei, Obra de Dios en latín, fue creado por San José María Escrivá de Balaguer (1902-1975), uno de los santos más grandes que ha tenido España. Entre sus beatos y santos más destacados están Álvaro del Portillo y Pedro Casciaro, entre otros. El mensaje fundamental del Opus Dei es muy evangélico, muy de Cristo, que todo hombre o mujer se santifica también por medio de su trabajo, independientemente de cual sea este, de mayor o menor rango. Es un mensaje cristiano muy esperanzador, especialmente para los que erróneamente creen que la santidad es solo alcanzable por medio de la consagración en clausura o contemplación o en el sacerdocio, nunca en la vida no consagrada. Es la aplicación evangélica de que Jesucristo Nuestro Señor llama a todos los hombres y mujeres de la tierra a la santidad, incluso a los más despreciados, pecadores y que puedan creer que no pueden tener salvación posible. Para Dios todo es posible.
San José María Escrivá de Balaguer fue un sacerdote oscense pobre, vino a Madrid con su madre, su hermana y su hermano menor. Creó una residencia de estudiantes en la que alojó a los que serían primeros miembros del Opus Dei a la que llamó DYA. Vivió la sanguinaria persecución y la guerra en Madrid, huyendo primero a Valencia, luego a Barcelona y más tarde huyendo por los Pirineos hacia Andorra. Pedro Casciaro describe muy bien su vida en un libro, «Soñad y os quedaréis cortos», en la que muestra que vivió penalidades muy grandes y que su santidad fue tal que fue confesor de obispos y quizá director espiritual del mismo caudillo Francisco Franco, con el que solía tener largas conversaciones. Su obra, que se la encomendó el Señor, el Opus Dei, se extendió por España y luego, tras la guerra, por todo el mundo, dando gran gloria a Dios y teniendo una influencia evangelizadora extraordinariamente positiva, aunque, por desgracia, no todos sus miembros han sido ejemplares y ha habido dolorosas defecciones y pecados, como los hubo en uno de los doce que se sentó en la Última Cena con el Señor, el Iscariote. Pero eso no puede desmerecer el enorme trabajo que para gloria de Dios han dado y dan los buenos miembros del Opus Dei (no me cuento entre ellos, ni he sido beneficiado en modo alguno por ellos. Simplemente me limito a dar testimonio de lo que son y hacen frente a la malvada y malintencionada opinión de muchos enemigos suyos, que lo son del Señor).
San José María Escrivá de Balaguer, beatificado y canonizado por el gran san Juan Pablo II, como muchos otros grandes santos, escribió un libro de fe cristiana católica excelente para los que somos fieles, Camino, con 999 sentencias que el Espíritu Santo le iba revelando a lo largo de su vida y que él recogía y anotaba en su libreta. Camino es al siglo XX lo que Imitación de Cristo de Kempis es al siglo XV. También escribió sus homilías en «Es Jesús el que pasa», en el que llega a afirmar que no siguió dos consejos que le dieron para hacer una «buena carrera eclesial», el de no trabajar mucho y el de no escribir mucho, porque luego todo se tergiversaba. Fue un sacerdote ejemplar, un gran santo y mucha gente pide su intercesión con éxito para curar enfermedades o lograr gracias de Dios.
Al Opus Dei se le ha acusado falsamente de «elitista», de servir a la Iglesia de los «ricos». Sin embargo, el Opus Dei está presente en países mayoritariamente pobres. Y con sus pocos recursos, contribuyen mucho a dar a conocer al Señor y su Evangelio. Muchos no consagrados forman parte del Opus Dei y hacen una gran labor para gloria de Dios y no de ellos mismos. Desgraciadamente, los que trabajan para satanás y los ignorantes que se dejan engañar por los vástagos de aquel, odian al Opus Dei como odian a toda la Iglesia Católica, especialmente si no se ciñe a sus intereses mundanos y materialistas. Pero eso es un buen síntoma para ellos. Ahí tienen la novena bienaventuranza para corroborarlo o lo que escribía el evangelista Lucas sobre los despreciados por causa del Señor.
Dios bendiga y santifique al Opus Dei, sus prelados, sacerdotes y miembros consagrados y no consagrados, hombres y mujeres, solteros y casados, y que den mucho fruto de conversiones y gloria a Dios.

Ramiro

Pienso que el señor Obispo de Barbastro-Monzón, a quien tengo el honor de conocer, es un señor Obispo que, simplemente, se ha colocado en su sitio, ejerciendo las facultades legales que le confiere el Código de Derecho Canónico.
Así de claro.

Pedro

EL OPUS DEI no tiene que aclarar nada.
Ellos son una organización dentro de la Iglesia -que hace lo que le da la gana, eso sí, con total secretismo y opacidad-, pero deben obedecer a los Obispos y al Papa.
Así de claro.
Y, si no les gusta, que se hagan una secta, y se separen totalmente de la Iglesia, que en la prácticaaa, es lo que son y hacen.
EN BÉLGICA, POR EJEMPLO, YA ESTÁN DECLARADOS COMO SECTA, y creo que en varios países más, también.

Hakenkreuz

Anda que son «católicos» en Bélgica… Madre mía. Allí acabarán declarando secta a toda la Iglesia Católica como sigan así. Hay más musulmanes en Bélgica que ateos, que ya es decir.
El Opus Dei es una congregación católica como lo son los franciscanos, los jesuitas, los carmelitas, los dominicos, los jerónimos, etc., solo que creada en el siglo XX por San José María Escrivá de Balaguer, gran santo español. Se deben a Dios, no a opción alguna política, conservadora o progresista, por eso no gusta a los políticos, que no fieles a Cristo.
El Opus Dei pidió, en la persona de su fundador, permiso a obispos y papa para su constitución y para su expansión, obteniéndola siempre. ¿Por qué habría de ser rebelde a Roma si con su consentimiento y por inspiración del Espíritu Santo tiene su razón de ser? Otra cosa es que haya irregularidades en los nombramientos y la montaña que de ese grano se quiera hacer, pero eso no oscurece en lo más mínimo su brillantísima labor evangelizadora, que tiene como eje fundamental el hecho de que todo hombre y mujer puede santificarse por medio del trabajo diario, por medio de sus obligaciones, no solo los consagrados. De hecho, Jesucristo ya salvaba y redimía al mundo desde la vida anónima ayudando en el taller de san José. Es un mensaje esperanzador y plenamente conforme a los Evangelios, en los que el Señor llama a todos a la salvación, incluso a los gentiles (ateos), pecadores, los recaudadores de impuestos o publicanos y las prostitutas. El Señor no desprecia a nadie (ni siquiera al centurión romano ni a Nicodemo o José de Arimatea, fariseos ambos), son los que le odian y odian su Iglesia los que le desprecian a Él y su Salvación. Y el Opus Dei se encarga, con mayor o menor habilidad o fidelidad, de recordárnoslo en cuanto a la faceta trabajadora de cada uno de nosotros.

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