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Laureano Benítez, colaborador de AD desde el 2015, Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea, es autor de 38 libros, cuyo denominador común es la promoción de los valores y la defensa de los derechos humanos, seriamente amenazados por la maléfica Agenda 2030, contra la cual combate desde hace años con artículos, vídeos y libros.

Esta verdadera guerra, para Laureano Benítez, tiene su frente de lucha más importante en la defensa de la verdad, con la que hay que desmontar los gigantescos Himalayas de mentiras con las que el Nuevo Orden Mundial adoctrina a las masas, con el objetivo de que esta programación las persuada a la aceptación de la esclavitud con las que el globalismo quiere controlar a la Humanidad.

Desde este enfoque hay que entender la aparición de su último libro, “Climodemia: El Himalaya de mentiras del cambio climático”, del cual hablamos con su autor en la siguiente entrevista:

¿Cuál es el objetivo de este libro, la motivación que te llevó a escribirlo?

Pues el objetivo fundamental de la obra es desmontar con verdades científicas el colosal Himalaya de embustes con el que los medios de comunicación están adoctrinando a las masas, inculcando la falsaria teoría de que la vida en nuestro planeta se encuentra amenazada por un catastrófico desastre ambiental, concretado en un peligroso aumento de las temperaturas provocado por la depredadora acción humana, y concretamente por la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, entre los cuales ocupa un lugar preponderante el dióxido de carbono.

La motivación fue la misma que me llevó a escribir dos libros sobre la fraudulenta plandemia del coronavirus (“La dictadura en tiempos del virus”, y “Crónicas desde el Armageddón): echar abajo la ingeniería social basada en la mentira, con el arma de la verdad.

El título de “Climodemia” es bastante revelador y expresivo del contenido del libro: ¿Se puede decir realmente que la obsesión globalista con el cambio climático es una “demia”, es decir, una enfermedad que se contagia?

El siglo XXI está siendo sin duda el siglo de las “demias”, entendiendo bajo este sufijo aquellos fenómenos de tipo enfermizo que afectan a amplias capas de la población. Estas enfermedades pueden ser tanto físicas como mentales, de modo que una idea implantada mediante un adoctrinamiento masivo de la sociedad a través de los medios de comunicación también es una “demia”, habiéndose acuñado la palabra “infodemia” para describir este fenómeno, verdaderamente pandémico.

Mientras que la plandemia fue un fenómeno casi MK-ULTRA que ha durado unos pocos años, el adoctrinamiento salvaje sobre una falsa catástrofe ecológica creada por el hombre lleva bastantes más años, desde mediados de los 60, así que su infiltración en tejido social ha sido realmente impresionante, una verdadera “demia”.

Llamo la atención sobre el hecho de que, mientras que las plandemias tienen fecha de caducidad, la climodemia no, así que lleva muchos años con nosotros, y puede proyectarse sin problema hasta un futuro lejano, así que más nos vale estar bien informados para luchar contra ella.

Parece que todo el mundo está de acuerdo en afirmar que la Tierra está experimentando un aumento de la temperatura global, y este hecho es el que se pone como causa del cambio climático: ¿qué magnitud tiene este incremento térmico? ¿Es peligroso para la vida en nuestro Planeta?

Desde el comienzo de la era industrial, que podemos fijar en torno al año 1.850, se ha comprobado que la temperatura ha aumentado 0,6ºC, de modo que la temperatura media de la Tierra está en torno a los 14,3ºC. Para que se pueda hablar de cambio climático, los organismos internacionales –todos globalistas—dicen que el incremento térmico debe ser de más de 6ºC. En comparación con la temperatura de otras eras geológicas, estamos en uno de los momentos más bajos, con excepción de las épocas glaciales. Incluso en el Holoceno –la época que abarca desde hace 10.000 años hasta la actualidad– hemos tenido tres óptimos climáticos, superiores al actual: el minoico (6.000-2.500 a.C), el romano (siglos I-IV), y el medieval (900-1.300), surgiendo un nuevo enfriamiento llamado “Pequeña Edad de Hielo”, que duró aproximadamente el año 1850 para posteriormente surgir un nuevo  período de calentamiento.

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Es curioso y sospechoso fijarse en la manipulación del vocabulario, ya que a los incrementos térmicos de épocas pasadas (superiores al actual) se les llama “Óptimos Climáticos”, mientras que al actual se le llama “calentamiento global”, con tintes catastrofistas.

La temperatura media actual no es peligrosa en absoluto para la vida en la Tierra: si examinamos otras eras geológicas donde la temperatura era bastante superior, se descubre que en esos tiempos se vio muy favorecida la vida vegetal.

Un aumento leve de la temperatura no puede dar pie a hablar de cambio climático, y menos en una época interglaciar como en la que estamos. El verdadero cambio climático es que, como demuestro claramente en el libro, estamos entrando en una nueva era glacial, aunque suene extraño decirlo. Los datos que lo confirman los publica incluso la NASA.

¿Cuáles son las causas reales de este calentamiento global? ¿Qué factores producen este fenómeno?

El factor más importante es la radiación solar, es decir, la cantidad de insolación que recibe la Tierra. Esto, a su vez, depende de la mayor o menor actividad solar, lo cual está en función del número de manchas solares: cuando hay muchas, se produce menos radiación cósmica, lo cual obstaculiza la formación de nubes, aumentando por tanto la temperatura. Cuando disminuyen las manchas, se produce el fenómeno contrario.

Otros factores importantes son los cambios en la órbita terrestre, y el fenómeno “ENSO (El Niño-Southern Oscilation), consistente en la alternancia entre “El Niño” y “La Niña”, que se producen por el nivel de la temperatura del Pacífico a la altura del Ecuador.

La segunda gran mentira del cambio climático consiste en afirmar que ese calentamiento se está produciendo debido a la acción del hombre, cuyas actividades emiten a la atmósfera una gran cantidad de gases de efecto invernadero, y especialmente el dióxido de carbono. ¿Cuál es la verdad sobre esta afirmación, repetida hasta la saciedad por los medios de comunicación?

En primer lugar, hay que decir que el CO2 no es un gas contaminante, sino todo lo contrario, ya que es la base de la vida en la Tierra, por ser el factor necesario para la fotosíntesis de la vida vegetal. Por este motivo, un aumento en sus niveles de concentración es muy beneficioso para las plantas y la agricultura.

Es cierto que es un gas de efecto invernadero, pero su importancia es escasa en la temperatura, ya que su concentración en la atmósfera (400 partes por millón) es muy pequeña, comparada con el vapor de agua, que produce aproximadamente un 70% del efecto invernadero.

Si investigamos los niveles de CO2 en nuestra historia geológica, se descubre que precisamente nuestra época presenta los niveles más bajos de CO2 en la atmósfera, junto con el período Carbonífero.

También se habla desde el oficialismo que el cambio climático está aumentando el número de desastres climáticos (tsunamis, huracanes, fusión de los hielos y glaciares, sequías, incendios, etc.) ¿Es esto otra mentira?

Por supuesto, ya que es un hecho comprobado que los desastres naturales están disminuyendo.

En tu libro dedicas también una parte importante a denunciar la geoingeniería, que usa técnicas que pueden cambiar el clima. ¿Cuáles son estas técnicas?

Admitido ya por las instancias oficiales que actualmente hay operando técnicas de geoingeniería para cambiar el clima, en el libro demuestro los peligros para la salud y el medio ambiente de las estelas químicas (los “chemtrails”), del fatídico HAARP, de la siembra de nubes, y de las técnicas para disminuir la radiación solar.

El verdadero cambio climático es el que el globalismo está provocando mediante la geoingeniería: por ejemplo, es un hecho sabido que los perniciosos chemtrails producen sequías y calentamiento. Y en el libro también explico cómo interactúan el HAARP y las estelas químicas.

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La conclusión de tu libro es que el engaño del cambio climático tiene el objetivo de servir de pretexto para la implementación de la llamada ECODICTADURA. ¿En qué consiste esto?

En efecto, tras la dictadura sanitaria –que aún continúa en muchos aspectos– los gerifaltes luciferinos están ya empezando a implementar la ecodictadura, el ecoterrorismo, cuyo objetivo es el control total de la población, llevándonos a la ruina económica, y a una totalitaria reducción de nuestras libertades y nuestros derechos, con la excusa de ser absolutamente necesaria para la pervivencia de la especie humana en un mundo amenazado por un apocalipsis ambiental, regulando lo que comemos, descerrajando tarjetas de calorías, proclamando las maravillas del veganismo, dificultando al máximo el uso de nuestros vehículos de combustibles fósiles, intentando imponer la gran estafa de los coches eléctricos, imponiendo el crédito social mediante la “huella de carbono”, encerrándonos en las “ciudades de 15 minutos, llevándonos al suicidio económico mediante la política del “Carbono Cero”…

Y, por supuesto, afirmando la imperiosa necesidad de establecer un Gobierno Mundial que faene por evitar la supuesta catástrofe planetaria en la que estamos ya inmersos, ya que un problema global que afecta al sistema mundo requiere también de un Gobierno autoritario a escala universal que tenga autoridad para imponer sus medidas coercitivas ambientales a escala planetaria.

Esta Autoridad Mundial ejercería su acción planetaria a través de un sistema totalitario de control y dominación, donde los policías-burócratas del organismo rector internacional impondrían una «agenda verde» que controlaría todos los ámbitos de nuestra vida.

Y esta Autoridad Mundial del desarrollo sostenible tiene ya hasta su «Constitución»: la llamada “Agenda 2030”.

Por último, ¿qué podemos hacer para detener esta siniestra conspiración contra la Humanidad?

Nada de esta destrucción orquestada tiene que desarrollarse como está planeado para nosotros. Estamos permitiendo que un pequeño puñado de lunáticos, detrás de la escena, a través de una red de gobierno en la sombra que maneja los hilos del mundo avance para llevar a cabo sus planes sin obstáculos y sin competencia. Es como si acabáramos de rendirnos y nos hubiéramos asentado en un cumplimiento reticente, porque creemos que es una maquinaria demasiado compleja para detener las ruedas… cuando la verdad es que podríamos detener este monstruoso programa de la noche a la mañana si suficientes de nosotros nos unimos de todo el mundo para detenerlo, practicando la desobediencia civil pacífica. Esta actitud debe cambiar o simplemente no tenemos futuro alguno.

Enlace para comprar el libro: https://www.amazon.es/Climodemia-Himalaya-mentiras-cambio-clim%C3%A1tico/dp/B0C6BMGVZ8

Canal de Telegram del autor: https://t.me/laureanobeni

Javier Navascués

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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