07/05/2024 14:25
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Frida Espinosa es estudiante de Ciencias de la Familia en la Universidad Anáhuac, tiene un diplomado de Liderazgo político y administración pública, cursó un diplomado de liderazgo Internacional con la Konrad Adenauer, es cofundadora y una de los directores actuales de la asociación nacional de jóvenes Juventud y Vida.

Fue vocera de una Campaña que apoya a la mujer embarazada a nivel nacional. Es Delegada de ADF Internacional una organización que protege la libertad religiosa y los derechos fundamentales. Participó como vocera de la Campaña “La vida por delante” de apoyo a mujeres embarazadas en situación vulnerable. Es conferencista y ha sido cabeza de diversos proyectos de libertad de expresión en las universidades, labor social, defensa de la vida y más.

¿Cómo empezaste a involucrarte en defensa de la vida?

Fue cuando me invitaron a rezar afuera de una clínica abortiva, vi la desgarradora realidad por primera vez, cuando vi a las mujeres de diversas realidades entrar con miedo y salir destrozadas me partió el corazón y sentí que debía hacer algo para que no llegaran a pisar ese lugar. Tiempo después mi mamá me contó que se embarazó de mí y a los 8 meses de gestación contra todo pronóstico recibió su título de especialidad de su segunda carrera. Entendí que fui un embarazo inesperado y que ante una noticia así lo primero que sienten las mujeres es miedo, entonces comprendí que cuando le ofrecen apoyo y más opciones a la mujer se vuelve más libre y segura de salir adelante con su bebé sin importar las circunstancias.

¿Qué es lo que ha hecho que perseveres en el compromiso?

A lo largo de los años ha sido muy difícil perseverar sin duda, porque te hacen pensar que eres una minoría, que tus acciones no tienen frutos y nos hacen sentir que estamos luchando en vano contra gigantes, medios de comunicación, farmacéuticas y políticos con intereses económicos. Sin embargo lo que más me motiva es conocer testimonios de vida, que están en todas partes, vidas con circunstancias difíciles desde la gestación, que hoy están vivos, a pesar de la presión de la sociedad para el aborto. Eso me recuerda que por una vida vale todo la pena.

¿Cómo nace Juventud y Vida JUVI y con qué razón de ser?

JUVI nace en el 2017, fue cofundado por Leo Arzamendi y por mí, porque nos dimos cuenta de la necesidad que había de que los jóvenes se involucraran en estos temas, además vimos que era necesario comenzar a accionar en la cultura, la educación y la política para lograr planes a largo plazo. Nuestra meta es que a través de los jóvenes podamos lograr que el aborto se vuelva totalmente impensable en la sociedad.

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¿Por qué es importante que jóvenes como vosotros habléis de lo que es realmente el aborto a otros jóvenes?

Porque siento que hay una crisis de autenticidad y se necesita que alguien valiente rompa la espiral del silencio, hoy en día es muy fácil ser manipulado y dejarse llevar por lo que dice la aparente mayoría aunque sea sólo una minoría ruidosa, es por eso que cuando un joven decide ser diferente, se forma y es capaz de hablar con la verdad, puede animar a otros a que dejen de guardar silencio y lo más importante, puede que sus palabras ayuden a una mujer que está embarazada para que reciba el apoyo que necesita.

¿Percibes en las nuevas generaciones una mayor sensibilización en el tema de la vida?

Considero que sí aunque lamentablemente gracias a los avances de la agenda progresista ha permeado una polarización enorme entorno a ese tema, en los que es difícil buscar la verdad ante tanta manipulación mediática que existe. Sin embargo me da mucha esperanza ver cada vez más jóvenes dispuestos a unirse a la causa a favor de la mujer y la vida en gestación de su hijo.

¿Por qué trabajan en tres áreas distintas, el área social, el área política y el área educativa?

Porque desde la fundación de JUVI vimos que eran áreas en las que los jóvenes incidían poco y que había en ellas una gran oportunidad, por ejemplo en la parte cultural nuestras iniciativas se basan en proyectos para ayudar directamente a mujeres embarazadas, hacer murales, eventos y todo lo necesario para recordarle a la sociedad la importancia de la protección de la dignidad humana, en la política buscamos generar alianzas para presentar propuestas de iniciativas con perspectiva de familia, que protejan la vida y a la mujer embarazada en cualquier circunstancia que se dé su embarazo y en la parte de educación hemos incidido para brindar clases de educación sexual integral para una adecuada prevención de los embarazos adolescentes e inesperados.

De todo lo que habéis hecho hasta ahora, ¿de qué estáis más orgullosos?

Honestamente de muchas cosas, sobre todo por todos los miembros que se sumaron y se siguen integrando a JUVI, pues la gran mayoría de los proyectos que ha funcionado ha sido Gracias a ellos, a la unión de voluntades por la misma causa, aunque personalmente lo que más me alegra el corazón, son los casos de bebés cuyas mamás dijeron sí a la vida y que los integrantes de JUVI pudieron apoyar para que así fuera, con canalización, colectas y más. Esas vidas aunque no sean en cantidad, me recuerdan que vale la pena por una vida que se pueda salvar.

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¿Cuál es el principal frente que tenéis abierto en la actualidad?

Actualmente nos encontramos en una renovación interna constante debido a la necesidad de un cambio generacional y la actualización de las necesidades de nuestro entorno, pero principalmente nos estamos enfocando en un proyecto de educación para ir a escuelas a dar formación de sexualidad humana y en el tema de una escuela para jóvenes políticos para que a largo plazo tengamos representantes dignos de nuestros valores.

¿Cuáles son las principales ilusiones y retos de cara al futuro?

Creo que la cultura de la cancelación y la persecución incluso legal por decir la verdad es definitivamente un reto al que cada vez nos vamos a enfrentar más, sin embargo mi mayor ilusión es lograr un buen relevo generacional para que JUVI se mantenga el tiempo que sea necesario hasta lograr que por lo menos en mi país, México, ninguna mujer se sienta con la “necesidad” de tener que abortar, que pueda recibir todo lo necesario de una sociedad que celebre la vida y no la condene. Hacer el aborto impensable.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Geppetto

Vamos señorita o señora
Que lo que a Vd le llama la atencion es que haya mujeres normales que son madres logicas
Su terminologia es absurda, las mujeres, normalmente, no matan a sus hijos y no dicen si a la vida, sencillamente dan a luz como se ha hecho toda la vida sin tanto rollo

Aliena

¿»Conferencista»? A ver si va a resultar que yo creía que no había salido de España y resulta que he cruzado el charco. Entiendo que doña Frida ( anda que el nombrecito… ) hable de su «mamá», pero usted no tiene justificación alguna. Conclusión: se las están ustedes arreglando más que la izquierda para amargarnos la vida y para destruir la cultura española ( que no es copiar el cursi «my mom» de los estadounidenses ), Sr. Navascués. Después no le echen la culpa a los «gringos» en su eterno lamento victimista.

Última edición: 9 meses hace por Aliena
Hakenkreuz

El aborto no tiene solución política. No se apaga el fuego añadiendo gasolina.

Si una mujer fuera fiel a Dios, jamás cometería aborto aunque hubiese cometido un pecado contra la debida castidad. La solución es la evangelización o reevangelización.

Para suprimir el aborto hay que iniciar una valiente y costosísima cruzada por la castidad, no una campaña por los votos, que solo sirven para darse gloria y vanidad a los políticos. No valen excusas de tipo «eso está fuera de la realidad» o que «hoy son otros tiempos» ni los insultos gravísimos y agresiones que acarreará una postura valiente y pública en favor de la castidad.

Para que no haya abortos, primero hay que lograr que una mujer quede embarazada solo cuando está cristianamente casada (matrimonio por amor) y el embarazo es fruto natural del amor conyugal y de donación mutua entre ella y su marido, es decir, que el hijo o hija venidero sea considerado como un regalo de Dios, como lo fue siempre en el pasado en todo matrimonio. Fuera del matrimonio, debe lucharse porque ni siquiera haya ultrajes a la santísima castidad, que son ultrajes a Nuestro Señor y a la Santísima Virgen María. Por todo ello, es necesario dar a conocer al Señor, hacer meditar a los jóvenes, lograr que amen a Dios para que no quieran bajo ningún concepto ofenderle con el pecado, para que sepan valorar el bien que es el autodominio. Es necesario hacer a Jesucristo Nuestro Señor, Nuestro Adoradísimo y Bondadosísimo Señor y a la Santísima Virgen María, protagonistas absolutos de la vida de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, hasta el punto que los amen con todo su corazón y procuren vivir sin ofenderles, haciéndoles comprender que la castidad conduce a la fidelidad conyugal. Los atentados contra la castidad conducen, a la larga, a una profunda infelicidad y desdicha, pues es más probable que se produzca el rechazo o el tener que vivir en la mentira.

Para los casos en que hubiese pecado contra la castidad, entonces sí se puede recurrir a ofrecer ayuda, aunque no se debe correr el peligro de pensar que si las personas tuviesen más medios económicos, no abortarían, pues eso es contrario a la evidencia de que los pobres, en todo lugar y tiempo, son más fértiles y proclives a tener más hijos. En España, en los años cuarenta y cincuenta, con población más modesta y pobre, los hijos por mujer superaban 4, mientras que hoy, con población más rica, apenas superan 1. Y así es en todos los países pobres frente a los ricos. Es necesario desterrar esa visión materialista y economicista y llevar a los jóvenes a ver en los hijos e hijas un regalo de Dios, un gozo inmenso a pesar del trabajo de criar a una nueva criatura. Creo que lo más sensato sería idear una forma de co adopción como si los fieles en las parroquias suplieran a tíos y tías de la criatura, ayudando así a los padres a sacar adelante a la criatura. La co adopción sí podría ayudar. Pero siempre pensar que un hijo o hija no es un gasto descomunal, un «lujo» impensable o una inversión en dinero y tiempo inasumible, sino un regalo que hace feliz a padres y madres. Es preciso no incidir en la enfermedad materialista de nuestro tiempo.

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