14/05/2024 01:45
Getting your Trinity Audio player ready...

Recientemente ha sido aprobada en el Congreso de los Diputados la Ley 7/2023 de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bien estar de los animales, que posteriormente publicaría el Boletín Oficial del Estado con fecha 29 de marzo de 2023 en sus páginas comprendidas entre la 45618 y la 45671,       .

En su introducción ya se nos advierte que “no se regula a los animales como un elemento más dentro de nuestra actividad económica a los que se deban unas condiciones por su capacidad de sentir, sino que regula nuestro comportamiento hacia ellos como seres vivos dentro de nuestro entorno de convivencia”.

Y es que esta ley es un documento que como referente y apoyo teórico tiene a la ideología animalista contraespecista.

Se llama contraespecismo a esa rama del movimiento animalista que lucha en contra de la discriminación por razón de la especie a la que un ser vivo pertenece. De ese modo, los animalistas contraespecistas rechazan dar menos peso moral o político a los intereses de un individuo por el simple hecho de no pertenecer a una especie determinada. Aseguran los animalistas contraespecistas que todas las sociedades humanas son, y han sido siempre, especistas.

 Afirman los pertenecientes al movimiento animalista contraespecista  que esto queda reflejado en nuestras actitudes y prácticas personales. Tratando de explicarnos sus puntos de vista nos aclaran que, en general, no nos parece tan mal hacer sufrir a un animal como causar un sufrimiento semejante a un ser humano.

Evidentemente hemos de dar la razón, en este último punto, a los animalistas contraespecistas, pues en la mayor parte de las sociedades humanas, incluso hoy, cuando la postmodernidad tiñe nuestros días, se ha venido teniendo como más ajustado a la moral y a las buenas costumbres, que una familia humana se reúna en torno a una mesa para comerse un cordero asado, que la misma asamblea familiar se produzca en torno al, también asado, bebé de los vecinos del piso bajo izquierda.

La ideología animalista contraespecista obedece con minuciosidad al paradigma de la ideología marxista: clase explotadora (los humanos), clase explotada (los animales).

La Ley 7/2023 al igual que la ideología animalista contraespecista define a los animales como seres sintientes.

   . Esto, más que una definición, es una indefinición.

Todos los seres vivos sienten. Sienten los animales, sienten los vegetales y sienten los que no son ni lo uno ni lo otro como los virus. Y si consideramos que es “sintiente” aquel ser que evidencia una respuesta ante las variables producidas en el entorno,  hasta los metales serían “sintientes”, pues el cambio de temperatura tiene influencia directa sobre las dimensiones de su volumen.

Está a disposición del legislador y de todos aquellos diputados que con su voto contribuyeron a la aprobación de la Ley 7/2023 en Wikipedia, sin ir más lejos,  que  una definición bien construida debería ser una determinación o delimitación conceptual de lo que es esencial en un ente.

La capacidad de sentir de un ser carece de valor determinativo y delimitacional conceptual en lo que respecta a un animal. Esta característica es compartida con todos los seres vivos. Luego es evidente, que ni determina ni delimita a los componentes del reino animal.

Meter en el mismo saco, bajo la denominación de “sintiente”  cuyo significado, además, no queda previamente definido con precisión a una lombriz de tierra, a un cangrejo, a un chimpancé y a un humano constituye una aberración.

Este hecho, científicamente comprobable, debería hacer reflexionar a los animalistas contraespecistas, Aunque no debemos olvidar que el animalismo contraespecista es una ideología; una no-verdad. Y una ideología, una no-verdad, puede contradecir, incluso, los conocimientos científicos logrados experimentalmente.

Pero el legislador, junto con los diputados que con su voto aprobaron la Ley 7/2023 si deberían haberlo hecho. Pero la realidad nos confirma fehacientemente que no lo hicieron.

Coincidimos plenamente con el eminente biólogo y afamado divulgador científico don Miguel del Pino Luengo cuando afirma que “detrás, o más bien delante de su pretendido amor a los animales y la exaltación de sus supuestos derechos se transparenta una ideología de extrema izquierda que considera al hombre un animal más, por no decir un animal de segunda categoría”.

La ideología animalista contraespecista es,  como lo es toda ideología, una no-verdad inventada por unos sujetos con el objetivo de lograr sus personales intereses.

LEER MÁS:  ¡Ojo! Con el 584 del Código Penal se le puede echar de la Moncloa. Por Julio Merino

Las ideologías son las puertas por las que la ignorancia se apodera de los espíritus  humanos. No es la primera vez que decimos que donde se cultiva el pensamientos se agostan las ideologías. Las ideologías son las herramientas más adecuadas para alienar a los pueblos. Bien decía el profeta Oseas 4-6 :”La falta de conocimiento matará a mi pueblo.

El día 22 de noviembre de 2022 publicábamos en estas mismas páginas un artículo titulado “Las Ideologías” en el que el lector podrá leer los argumentos en los que se apoyan los contenidos de los dos párrafos anteriores en torno al constructo Ideología.

.  Nosotros vemos en la Ley 7/2023  aspectos que desde nuestra humilde perspectiva convierten a dicho texto legal en un documento que habrá de pasar, sin duda, a la posterioridad. Transcurrirán  los siglos. Se mudarán las culturas. Se sucederán las civilizaciones. Pero la Ley 7/2023  seguirá ahí. Permanecerá como un  hito de referencia transcultural. Se recordará como una joya evocadora de un momento pretérito, de crucial y transcendente importancia para el correcto entendimiento del devenir de los seres humanos;  para, en definitiva, lograr una correcta interpretación de la Historia en el más rotundo y completo de los sentidos.

   Es difícil lograr un texto en cuyo seno podamos encontrar mayor fuerza hilarante. La jocosidad que produce su lectura es intensísima. El sentido del humor subyacente en su articulado es desde todo punto de vista, verdaderamente encomiable.

  No seriamos coherentes con nuestro sentir si, con estas líneas, no expresáramos nuestro más sentido agradecimiento al legislador por las risas que su producto legal-literario nos ha producido.

Quizás, bien es cierto, existen algunos pasajes en la Ley 7/2023 en los que se da especial realce al llamado humor negro,  pero eso no constituye demerito alguno en la chanza a la que el texto induce

Traigamos hasta aquí, como mero ejemplo, el artículo 22 de la Ley 7/2023 en su punto 1º

“Corresponderá a los ayuntamientos la recogida de animales extraviados y abandonados y su alojamiento en un centro de protección animal. Para ello deberán contar con un servicio de urgencia para la recogida y atención veterinaria de estos animales, disponible las veinticuatro horas del día. Esta gestión podrá realizarse directamente por los servicios municipales competentes o por entidades privadas, sin perjuicio de que, siempre que sea posible, se realice en colaboración con entidades de protección animal”.

Para descubrir la profunda vis cómica de estos textos debemos de tener en cuenta que:

  • Dos tercios de la superficie de España es conocida con la denominación de “La España vacía”. Cada uno de los miles de pueblos que la componen da albergue, tan solo, a unos cuantos ancianos jubilados, que esperan la muerte en tranquila paz sosegada, acompañados únicamente por la sabiduría que en sus almas habita, por el olvido al que la sociedad les condena, por la soledad en la que devienen sus vidas y por la pobreza que  sus misérrimas pensiones les imponen.

  • En miles de pueblos de esta España vacía, la sanidad pública-para humanos– se encuentra reducida a una visita médica a la semana, y cuando la cosa se complica el traslado a una residencia sanitaria de la Seguridad Social ubicada en la capital de provincia o en la cabecera de partido.

     Y va el legislador, en estas circunstancias, y les dice a estos ancianos -catorce en el pueblo que se muere, y que tengo en la mente cuando escribo estas líneas- que tienen que tener un centro de atención veterinaria disponible las 24 horas del día.

    Ya hubieran querido el inmortal Francisco de Quevedo, los siempre recordados Arniches y  los Álvarez Quintero, el portentoso Wenceslao Fernández Flores, el sin igual Miguel Mihura, el genial Jardiel Poncela haber producido tamaña chacota con sus obras.

¡¡¡No es proteccionismo, es fanatismo mezclado con ignorancia¡¡¡. Exclama don Miguel del Pino Luengo – catedrático de Ciencias Naturales y gran divulgador científico.

Evidentemente, don Miguel.

Ya decíamos en los primeros párrafos que la Ley 7/2023  tenía como referente la ideología animalista contraespecista. Ideología que compartía con el marxismo su paradigma teórico.

LEER MÁS:  El travestido de Canaanda. Por Patxi Balagna Ciganda

Respecto a los conocimientos científicos de los muñidores de esta Ley evidentemente son nulos, o si no es así, permanecen recatadamente ocultos, tal y como apunta don Miguel del Pino Luengo. Pero mí admirado don Miguel, ¿no constituye un mérito añadido que, personas de tan escasa formación, o de tan extremada timidez en la exhibición de los propios saberes, hayan engendrado un texto de tan profundos valores cómicos? Opino que no reconocer estos valores en la ley es entrar en el ámbito de la tacañería del elogio.

Incluso al género de la picaresca le podríamos ver representado en el articulado del texto legal que venimos comentando. No debemos olvidar que “siempre que sea posible, se realice –la tarea a la cual son obligados los ayuntamientos por la ley- en colaboración con entidades de protección animal”.

Supongamos que si los, aproximadamente, diez mil ayuntamientos españoles están “inducidos” a suscribir un “concierto” de estas características. Resulta obvio que el enorme aluvión de euros que se ha de precipitar sobre las entidades vertebradoras del lobby animalista será de dimensiones difícilmente imaginables.

Qué duda cabe que los catorce ancianos, vecinos del pueblo que se muere, habrán de retraer de sus mezquinas pensiones, el montante que devengue la entidad en virtud del concierto suscrito por su ayuntamiento.

Esto sí que es, no dar puntada sin hilo.

Permítasenos informar al lector de que la tía María, una de las vecinas del pueblo que se muere, lleva diez meses esperando que la llamen de la capital para operarla de cataratas. Ya, apenas ve. A su marido, el tío Frutos,  le han dado cita para dentro de once meses para la revisión de la trombosis que padeció hace año y medio.

Respecto a la preparación de los protagonistas de la redacción del texto legal que venimos comentando no deja de tener un trasfondo de ribetes estrámboticos. Hemos consultado en internet el curriculum de don Sergio García Torres, Director General de Derechos de los Animales en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, por lo tanto, soporte técnico de la Ley 7/2023.  A disposición del lector se encuentra dicho curriculum en google.

Quizás la designación de un director general con las peculiaridades curriculares de don Sergio García Torres haya sido un acto mediante el cual haya querido el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 30  introducir los derechos de los animales en el ámbito teatral del esperpento, tan del gusto de don Ramón María del Valle Inclán.

Pero de todos modos, todo esto linda con la tragicomedia si tenemos en cuenta que la unidad que dirige don Sergio tiene un presupuesto de seis millones de euros, y el mismo, disfruta de un sueldo de 86.108,02 euros. Según informaba El Debate en su número de 24 de diciembre de 2022.

    Cuántos muchachos biólogos, cuántos jóvenes veterinarios, cuántos ingenieros agrónomos, cuánta gente que estudia y con excelente preparación tiene que salir huyendo de España. ¡Cuántos!. Si un señor con la experiencia laboral y la formación académica que figura en el curriculun de don Sergio García Torres, puede ser Director General en un Ministerio, y dar pautas de actuación a todo un sector de actividad en un estado moderno, es urgente cerrar las universidades y los diferentes centros de capacitación.

 ¡Cierren las universidades ya! ¡Por favor! ¡Cierren las universidades! ¡No sigan engañando a tantos chavales!

Son muchos los aspectos de la Ley 7/2023 que rozan el esperpento.

Pero al fin  de no abusar del espacio que en estas páginas se nos concede, solicitamos del lector permiso para dar continuidad a los mismos en nuestro próximo artículo, que publicaremos en estas mismas páginas próximamente, bajo el título “DERECHOS DE LOS ANIMALES (II)”.

 

Suscríbete
Avisáme de
guest
1 comentario
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
Geppetto

Los derechos y deberes son los del ser humano, en el trato a los animales y en todo

1
0
Deja tu comentariox