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Soy más analista que profeta, consecuentemente, prefiero escribir a toro pasado y mientras llega mi momento, disfruto viendo las “profecías” de los otros. Hay ocasiones, como es el caso de la “Moción de Censura” vivido los dos últimos días, en las que se aprende mucho mientras uno se divierte viendo las reacciones provocadas por el acontecimiento.
Los últimos quince días han sido verdaderamente especiales para confirmar mi conocida tesis sobre el “pastoreo” ejercido por la Sinagoga de Satanás sobre la generalidad de los medios de comunicación y los políticos. El hecho, motivo de este escrito, es un ejemplo luminoso de la misma y cualquier inteligencia normalilla lo puede descubrir sin gran esfuerzo.
Espero que todos mis lectores hayan podido comprobar cómo la “moción de censura” contra el Gobierno de Pedro Sánchez ha cambiado de sujeto pasivo y el censurado –o, si se quiere “los censurados”– ha sido Santiago ABASCAL y el propio Ramón Tamames.
Desde que la presidente del Congreso de los Diputados fijó la fecha para la censura, empezó una campaña en bloque contra el Presidente de Vox y se desenterraron todos los posibles argumentos, incluso el desprestigio de ese instrumento democrático utilizado en todos los parlamentos de las naciones libres. (Nunca había visto yo un ataque colectivo y general semejante y “sin motivo justificante”) Al parecer, en España, el hecho de que lo haya utilizado VOX en dos ocasiones lo ha convertido en algo “perverso”. Es aleccionador comprobar cómo la bimilenaria organización sionista “tiene comido el coco” a sus fieles siervos y cómo transforma a escritores inteligentes en pobres peleles que redactan artículos despreciables.
M e pregunto ¿cómo es posible que firmas de “reconocido prestigio” lo pierden acatando las indicaciones explicitas y sugeridas de los directores de los medios que les dan de comer? No voy a dar nombres para no buscarme líos pero articulistas que yo tenía por “libres e independientes” han demostrado ser indignos del respeto sus lectores. Se me han caído del pedestal.
En mi casa donde, tanto mi mujer como yo, estamos habituados a recibir diariamente al menos un periódico impreso, compramos ahora — a falta de prensa totalmente “nuestra”– el “menos malo” de los que aun aguantan en el mercado. Y lo considero así porque, al menos, defiende algunos de nuestros valores–, como son España y su Historia–.
Dejando de lado la parte penosa les aseguro que me ha divertido contemplar el ridículo hecho por esos personajes tan sólidamente democráticos al hablar de la “moción de censura”. Yo les creía con libertad suficiente para rechazar las sugerencias o consignas de la dirección de ese periódico en la “ofensiva general contra VOX y ABASCAL.
Con lo que han quedado demostradas dos cosas: la primera, que los periódicos llamados de “derechas” obedecen el ucase de la Sinagoga de Satanás, de “apoyar a su leal servidor el “Partido Popular” y la segunda su “independencia y valor” desaparecen cuando los que gobiernan el mundo les dan un “toquecito”.
Me encantaría ver a alguno de esos geniales articulistas exponer pública y claramente los “verdaderos motivos” por los que atacan a VOX y a ABASCAL, –con los que, por cierto, no tengo ningún lazo salvo el de ser objetivo ante lo que veo.–
Desde que ambos aparecieron “en el mercado político” creo haberme formado una idea muy clara y, ciertamente, me caen bien por el hecho de ver que de los partidos políticos –con representación parlamentaria y afiliados que ejercen de tales– VOX es el único que ha plantado cara a los rojos que nos gobiernan, ha tenido éxitos sobre ellos en los tribunales, y se ha expresado siempre con meridiana claridad. Por supuesto VOX no le llega a los zapatos a Fuerza Nueva,– ni Abascal admite comparación con Blas Piñar–, pero en cierta forma tratan de seguir “nuestros” pasos. Desgraciadamente, sus líderes son “víctimas del antifranquismo” –como todos– pues, como consecuencia del clima en que se han desenvuelto, no les ha sido posible asimilar las ideas tradicionalistas, ni las falangistas y, creen en la Democracia Liberal Partitocrática (¡Ese genial invento satánico!)
Los españoles darían una prueba de que son inteligentes aprovechando esta estupenda lección. Espero que hayan sido capaces de palpar la realidad de cómo se crea o manipula la opinión pública. Aunque mi optimismo no sea desbordante por una sencilla razón, por el hecho de ser escaso el número de quienes conocen las precisas puntualizaciones que hizo el papa Pío XII sobre la “esencia de la verdadera opinión pública” que para ser tal es indispensable que sea “espontánea” no fomentada por los manipuladores de la misma a través de los medios comunicación embusteros y teledirigidos.
En nuestros día es muy difícil conocer la “sana opinión del pueblo” sobre ningún tema, pues se precisa tener a mano una “información verdadera” y, el noventa por ciento de la información que llega a la gente que trabaja,–sin tiempo para estudiar y leer– es mentira, es falsa pujes únicamente les llega por la Televisión y los “media”, que están, prácticamente todos, en manos de “embusteros con oficio y ejercicio de tales”.
Como ven para mí sí ha sido provechos la “moción de censura” y me confirman en mis tesis tantas veces expuestas.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
Suscribo al autor de la primera a la última palabra. Enhorabuena por lo acertado del mismo. No recuerdo haber visto otro en este portal con el que me haya identificado tanto.