21/11/2024 16:27
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Disfrazados de una típica superioridad moral, los movimientos, partidos o incluso gobiernos de izquierda o extrema izquierda presentan casi siempre invariables riesgos reales para la democracia de sus países.

Digo esto porque cada vez hay más casos que podemos señalar en todo el mundo como claros ejemplos de este hecho.

Lo hemos visto hace apenas unos días, en Perú, con el presidente elegido en 2021, Pedro Castillo, próximo al Bloque de Izquierdas, que se apresuró inmediatamente a felicitarle en un comunicado fechado el 11 de junio de 2021, saludando, y cito: “al pueblo peruano”, y afirmando que, y cito de nuevo: “esta elección abre el camino a la plena democratización, a una política económica solidaria y a una respuesta urgente y humanista en materia de salud pública y de vacunación contra el Covid”.

¡Hemos asistido a una democratización “a la izquierda”!

Poco más de un año después, el “demócrata” Pedro Castillo, presintiendo que podría votarse un “impeachment” en su contra, intentó dar un golpe de Estado, con la intención de disolver el Parlamento, instaurar un gobierno que denominó de “emergencia excepcional”, decretar el toque de queda y apoderarse del poder judicial, la fiscalía, el Consejo Nacional de Justicia y el Tribunal Constitucional.

¡Gracias a Dios, este holpe fue frustrado y Pedro Castillo fue detenido!

No fue en el siglo XIX ni en el XX, fue en estos días…

Pero tenemos muchos otros casos, en los que los pueblos no tienen la misma suerte, y los Jefes de Estado -casi todos, si no todos, de la misma “Familia Política”- se salen con la suya, perpetuando su poder absoluto, y bajo la llamada “moral superior”, destruyendo países, economías, familias, libertades y democracias, acabando con la separación de poderes y tomando las riendas de la Justicia para utilizarla contra voces incómodas para sí mismos y para los regímenes que instalan, como es el caso, por ejemplo, de Venezuela, Cuba, Argentina, Bolivia o Nicaragua, entre tantos otros.

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Curiosamente, en todos ellos encontramos a Lula da Silva como denominador común de la amistad y las buenas relaciones entre los líderes.

Este Lula da Silva, en Portugal, apoyado por António Costa y el PS, ¡pero también por el Bloque de Izquierda, PCP, PAN, Livre, PSD, incluso el moribundo CDS!

Y esto nos lleva al mayor peligro de esta extrema izquierda, actualmente dominante en el mundo: ¡Las relaciones institucionales y la complicidad entre ellos!

Sigamos con el ejemplo inicial:

Pedro Castillo, ahora acusado de golpe de Estado, pero también sospechoso de narcotráfico y de la vieja corrupción de siempre, además de ser felicitado como “salvador del Perú” por el Bloque de Izquierda tuvo reuniones con el Ministro de Asuntos Exteriores portugués João Gomes Cravinho, quien declaró y está en la página web del Gobierno de la República Portuguesa para consulta, que habrá y cito textualmente: “puntos de convergencia con las autoridades peruanas” reafirmando “el excelente estado de los lazos que unen a Portugal y Perú, sin olvidar el compromiso de fomentar la promoción de la cultura y el acercamiento de ambos países”.

También el socialista Pedro Sánchez, jefe del Gobierno de España, felicitó en Twitter la elección de su correligionario sudamericano Pedro Castillo en junio de 2021, diciendo textualmente: “Felicitamos a Pedro Castillo por su proclamación como presidente de Perú y a la ciudadanía e instituciones peruanas por el desarrollo del proceso electoral. Estamos preparados para trabajar con el nuevo presidente y su equipo en el marco de la relación estratégica España-Perú”.

El 1 de enero, Brasil acogerá la toma de posesión de Luís Inácio Lula da Silva. Otro socialista cercano a los partidos de izquierda y extrema izquierda portugueses, pero también lo fue de Hugo Chávez, Fidel y Raúl Castro y lo sigue siendo de José Sócrates, António Costa, el golpista Pedro Castillo, así como de Daniel Ortega, Alberto Fernández y Cristina Khrischner, además de Pedro Sánchez y Zapatero entre muchos otros.

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No preveo nada bueno para Brasil.

Y no puedo hacerlo, cada vez que cuento entre las relaciones de amistad o proximidad política de Lula da Silva cuántos son corruptos, cuántos son dictadores y cuántos son en realidad demócratas acérrimos, pero también por el papel dictatorial del STE (Tribunal Superior Electoral) y del STF, (Supremo Tribunal Federal) ¡especialmente en la persona del inefable, autoritario y prepotente ministro Alexandre de Moraes!

Ricardo Regalla Dias Pinto es Jefe de Gabinete de André Ventura, Director de Relaciones Internacionales, Relaciones Públicas y Protocolo del partido CHEGA!

Publicado en Folha Nacional.

Autor

Álvaro Peñas
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José Ignacio Herrera Badía

~Tampoco hay que intentar acojonar a la gente, un poco de socialismo bien aplicado, es miel sobre hojuelas…

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