10/05/2024 14:54

Josué Cárdenas

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Sé que es muy fácil tirar la toalla, o al menos dejarla en el suelo un ratito. Soy consciente de lo difícil que están las cosas, de lo martirizados que estamos rodeados de malas noticias. Me da mucha rabia ver solamente rostros tristes en medio de un mundo hiper regularizado y darme cuenta de la poca esperanza que hay, más allá de algún beso que te dan de vez en cuando. Triunfan los mediocres, se salen con la suya los idiotas y tú que te crees honrado, encima con dolor en los riñones y la casa aún sin pagar. El panorama es siniestro: los cafés se sirven en vasos de plástico, los perros van abrigados, ver un fumador es como ver un terrorista, los bares cierran antes de darte tiempo a soltar la primera lágrima por tus problemas… encima nadie canta por la calle, esa chica no te llama y en lugar de la tienda de barrio de tu infancia han puesto un VIPS de esos… la comida te la traen acartonada en una mochila arrastrada por un pobre extra europeo, la sala de cine está vacía y en el super mercado no aceptan efectivo… casi lo menos malo es que gobiernen una banda de incompetentes siendo un reflejo de una sociedad que se arrogan el presunto mérito de representar. Con este panorama unos pocos optan por darse al Paternina y desafinar, más que cantar: “la vida te da sorpresas, ay Dios” y la inmensa mayoría optan por la opción más triste todavía: quedarse en casa noche sí, noche también y pegarse un atracón de Netflix para tener algo que hablar al día siguiente en el trabajo. Ese es el ideal del 90% del populacho español. Empacharse de las series del momento es el nuevo deporte nacional, solamente interrumpido por esas sesiones insufribles de Crossfit en esos mugrientos gimnasios donde uno va para no sentirse solo y poder acallar la conciencia que te recrimina una y otra vez tu soledad y tu apatía.

A pesar del pésimo panorama hay esperanza. Si el chalet de Alfredo Landa pudo acabar ardiendo en Las verdes praderas también tu vida puede dar un giro, encontrar un sentido y no dejarse llevar por la mediocridad. No nos merecemos una vida manejados por el qué dirán ni tampoco subyugados a la enorme losa de querer agradar a todo el mundo. Si después del confinamiento obligatorio te has confinado a ti mismo, si después de una mala racha has optado por lo malo conocido y tu mujer te dicta hasta que te conviene decir cuando sus padres vienen a cenar, sino sales desde que Snobissimo estaba en el número 13 de la calle Arapiles del barrio madrileño de Chamberí, creo humildemente que este artículo te puede ayudar. Aunque todo lo veas gris o del color que ves esas horrorosas fajas que se pone tu señora, hay luz al final del túnel, una luz del color de los ojos de la primera chica de la que te enamoraste. Al igual que hay una luz, hay once motivos por los cuales, a pesar de todo lo anteriormente descrito, merece la pena vivir. Voy a compararlos a los once motivos que relató pegado a un teléfono Woody Allen en la película Manhattan. Siéntanse libres de pensar los suyos, pero creo que sin estos once motivos me hubiese tirado por el viaducto o me hubiese hecho contable.

  1. Grouxo Marx: Estoy de acuerdo con Allen, Grouxo es ese actor que en medio de cualquier situación por terrible que sea, te saca una sonrisa. Sus actuaciones en Una noche en la ópera, Un día en las carreras o Sopa de Ganso pueden hacer que te rías sin parar si tienes un mínimo de humanidad. Sus frases han pasado a la posteridad, su bigote y su puro son inconfundibles. Creo sin duda que estamos ante el hombre más gracioso que ha conocido el planeta y el humor es pura inteligencia.

 

  1. Mágico González: Si yo me tengo que quedar con un deportista, este es mi referente. Salvadoreño, gaditano adoptivo y el mejor regateador, virtuoso del balón que ojo alguno haya podido vislumbrar. Maradona reconoció que Mágico era mejor que él, todo el mundo entero ha sido testigo de sus regates, sus cambios de velocidad, su juego, sus faltas, sus goles… y sobre todo de su personalidad. Un tipo que representa el talento puro, el nacer con un don, un tipo que se micciona en la meritocracia y en los que dicen: “querer es poder.” Un chico más pobre que los pavos del tío Manolo que tiene la capacidad de llegar a jugar en el Barcelona y de perder ese tren por estar con una chica. Mágico rechazó ofertas de los mejores equipos del globo terráqueo porque en sus ciudades no había pescadito frito. Llevó a jugar un Mundial a una selección como la del Salvador y marcó a toda una ciudad con su estilo y su carisma. Un tipo que valoraba la vida y que se ríe en la cara de todo este fútbol moderno de pasecitos y donde nadie se la juega. Ponte en YouTube cualquier video de este mago futbolístico y tus problemas serán menos.

  1. La cabalgata de las Valkirias de Wagner: Segunda ópera de El anillo del nibelungo, es sin duda una de las piezas que motivan en medio de cualquier situación y producen un entorno de épica que te hace afrontar los problemas con mayor entereza. Ha formado parte de la Segunda Guerra Mundial y suena en una de mis películas favoritas Apocalypse Now, pero sobre todo infunde heroicidad en un mundo de cobardes, blanditos, muermos y demás turba que nos acompaña e intenta deprimirnos. Con Wagner cualquier depresión se cura.
  1. Una noche sin ti de Burning: No veas lo que supone este tema. “Son las tres de la mañana y yo sin poder dormir” ya solo el inicio define la situación de millones de españoles que se ven abocados al insomnio por sus preocupaciones y sus problemas morales. Esta banda salida de la mismísima Elipa, con Pepe Rissi y Jonny Cifuentes a la cabeza, te proponen una solución: ponte ese grupo que te vuelve loco, vuelve a los recuerdos que te hicieron feliz, que te hicieron amar la libertad y no temer al día de mañana. No olvides esas viejas canciones ni a esa cantante que te retrotrae a tu mejor época, esa en la que partías la pana, vuelve a ser ese que fuiste. Es una manera brillante de afrontar la soledad, de contrarrestar la terrible sensación de sentirse solo. Una de las grandes lacras de nuestros días es esa solitaria soledad que algunos combaten con ansiolíticos, pero este grupo de rock con esta preciosa canción, te propone ponerte a los Stones y disfrutar del momento.  Yo también quiero mucho a Eric Burdon. Este tema lo ha versionado Antonio Vega y Calamaro entre otros. “Recuerdos del pelo largo,” si la calvicie te sondea cántale esta canción.
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  1. Las películas de José Luis Garci: Mi gran oasis, donde detenerme y ser feliz es en el cine de Garci. Este director de origen y condición madrileña supone una bocada de arte cinematográfico (lo de bocanada lo digo también por esos programas de cine donde le permitían fumar y que ya nunca volverán.) Garci no solo es el primer director español que consigue un Oscar sino es el primer director español que me hace llorar con una secuencia, cuestión que tiene muchísimo más mérito. Esa escena de la famosa película de El crack, cuando el coche explota con la niña dentro mientras Areta se encuentra en una cabina telefónica es una escena que me ha marcado de por vida. El cine de Garci es un autentico regalo, un tesoro. No hay subvenciones suficientes para agradecer a Garci su cine y películas como El abuelo. Fernando Fernán Gómez y Alfredo Landa son joyas en manos de un director como Garci. Si José Luis hubiese nacido en Nueva York seguro que sería encumbrado en cada esquina, ¿cuál es su delito? nacer en España. Sus películas son la paz que necesito, la escena donde me gustaría estar, el Madrid que algunos añoran, derrocha cine por sus cuatros costados. Desde Volver a empezar hasta El crack cero, todo es bueno.

  1. Corazón: Diario de un niño de Edmundo Amicis: Uno de los libros que marcó mi infancia y que recurro a él en ciertas ocasiones. Elegir un libro infantil, no sé en que me convierte, pero creo firmemente en el poder emotivo de esta hermosa obra. Esos valores que se han perdido quedan realmente reflejados y pone de manifiesto la importancia del patriotismo en las escuelas. No solo me encanta porque el famoso cuento de Marco y su mamá aparezca en este libro, sino por esa vuelta al colegio, esa relación entre compañeros y el profesor, la importancia de quedarse con un buen recuerdo de la vida y como sin familia y amigos, no somos nada. De esta manera finaliza esta historia de colegio:

Dicho esto, algunos dijeron a coro: Hasta la vista, sr. Maestro.
Cuando salió estaba contento.
A Garrone fue el último a quién abracé; después corrí hacia mis padres, y mi madre dirigió la última mirada a la escuela y dijo conmovida:
– ¡Adiós!
Yo…no pude decir nada.

Simplemente excelente. Un libro que me ayuda a valorar más la amistad.

  1. Robert de Niro: No he visto actor como él. Polifacético a más no poder, te clava a un mafioso como a un suegro toca narices. Sus papeles en Taxi Driver, Uno de los nuestros, El Padrino II, Casino, Erase una vez en América… son para enmarcar cada uno de ellos, pero es que el famoso “Abogado, ven ratita y asoma la colita” en su interpretación en El cabo del miedo ha pasado a la historia. Su papel en Los padres de ella con su gato y su animadversión a su yerno también forman parte de todas nuestras vidas. Aunque mis interpretaciones favoritas son en Toro Salvaje de boxeador frustrado con una vida turbulenta y sobre todo en El rey de la comedia, junto a Jerry Lewis hace un papel de pobre marginado, pero con una ilusión por cumplir un sueño que es digna de admiración. No me quiero olvidar de uno de los papeles de su vida que es su interpretación en La Misión. Es el actor que más momentos buenos de cine puede hacer pasarte. Siempre he querido ser De Niro en alguno de sus papeles.

  1. Joaquín Sabina: Si me tengo que quedar con un cantante, el Dylan español tiene que ocupar el primer puesto. No hay situación vital que no refleje en una canción este profeta del vicio. Rey de los suburbios, juglar del asfalto, bala pérdida y enamorado de Madrid, un auténtico poeta capaz de tocar la guitarra. Es el viajero más agradable que me ha acompañado, sus canciones son pura calle, un alegato contra la rutina. “Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción” “más triste que un torero al otro lado del telón de acero” “con Simón de Cirene hice un tour por el monte Calvario” “el agua apaga al fuego y al amor los años” “en mi declaración alegué que llevaba tres copas” “de estufa corazón te tengo a ti” “si tu película es vivir 100 años no vivas como vivo yo” “tu vieja apura el vino que has mercao y nunca preguntao, ¿de dónde sale todo ese parné? “tiene nombre de mujer como la soledad como el olvido” “era una noche cualquiera puede ser que fuera trece, que más da pudiera ser que fuera martes” “en la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor” “y si te vas me voy por los tejados como un gato sin dueño” “siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta” “de pronto un día pasaste de pensar que pensarían” “era tan pobre que no tenía más que dinero” “ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor” “damas de noche que en el asiento de atrás de un coche, no preguntaban si las querías” “la más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras” “pero ya no era ayer, sino mañana” “si dos no se engañan mal puede tener desengaño” “hay que espabilarse si eres trapecista y saltar sin red” “el barrio donde habito no es ninguna pradera” “aquí he vivido aquí quiero quedarme”

Creo que no es necesaria mayor explicación.

  1. Las patatas bravas de el Rocafría. No he probado ración de bravas como esa. Soy un enfermo de la patata, me gusta todo lo que lleve patata, mi dieta se sustenta en la patata, pero las bravas están en una categoría mayor, qué delicia, un manjar en la Calle Barquillo de Madrid. Los camareros de este establecimiento son españoles, agradables, bromistas y ponen unas bravas con la mejor patata y la mejor salsa del mundo. Ni te abrasas, ni pican demasiado ni demasiado poco, son ideales para una charla con amiguetes. Para un amante de la patata y de la forma de servirla en Madrid, tiene que conocer este local y su ración de bravas para probar esta ciudad y su fundamento.
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  1. El arroz recién sacado de el caldero del restaurante El Caldero: Situado en la Calle Huertas de Madrid es el mejor arroz del mundo. No hay otra cosa igual. Como si de Murcia se tratase, ese arroz tiene espíritu. Tiene alma, tiene vida propia, la sensación de comerlo es la de saber que estás comiendo algo espectacular. Puedes ir en pareja y quedas como un señor y pruebas de una amabilidad y de un plato típico, muy nuestro y recién sacado de el caldero murciano. Te trae a la memoria a tu abuela. En momentos de crisis personal, una visita a El Caldero siempre es una nueva oportunidad de empezar de nuevo con un plato de lujo.

  1. El rostro de Fátima: He sido incapaz y mira si he visto caritas, de ver otra igual. La cara de Fátima es la más guapa que he observado en todo Madrid, España y seguro que el mundo. Todo son facciones que trasmiten bondad, dulzura, paz, armonía, belleza. La cara es el espejo del alma y su cara denota un alma absolutamente pura y generosa. Es el rostro de quién te ofrece sinceridad, humildad, paciencia y comprensión. La miro y sé que veo a una mujer que no quiero perder nunca. Su pelo rizado parece sacado diariamente de la peluquería, sedoso, cuidado, precioso al fin al cabo. Sus ojos destilan una cristalina mirada que ofrece sosiego en medio de cualquier situación, no puede dar malas noticias porque sus ojos solo pueden demostrar empatía y cariño. En su ceja derecha tiene un lunar muy característico que encima la convierte en especial. Su nariz está tallada a la perfección, su forma es clavada, justamente proporcionada y todo lo huele bien. Sus labios me darían para un artículo exclusivo. No he visto boca igual, se la quiero robar y no puedo, a ella le queda muchísimo mejor que si me la llevase yo. Es una boca suave y bondadosa, muy agradecida y cargada de sensibilidad. Es la cara de una princesa. Es pura preciosidad. Es su cara un motivo para ser feliz y no parar de serlo. La cara en la que pienso es la de Fátima, cada uno pensará en su amada. Seguro que no es tan perfecta como el rostro de Fátima, pero intenten igualarla, pongan el listón alto.

Estos son los 11 motivos por los que gobierne quién gobierne merece la pena vivir. Hay razones para aún emocionarse y gritar al cielo: ¡gracias Dios por haber nacido! Creo que la amargura solo nos corrompe si nos arrebata la capacidad de reírnos de aquello que nos amarga. Con esos once motivos ya puedo decir aquello de: me puedo morir tranquilo, pero no quiero morir, quiero seguir disfrutando de cada uno de ellos, quiero seguir emocionándome con la comida, con la música, con el cine, con la bebida, con la lectura, con el deporte y con el rostro de mi amada… quiero no parar de ser diferente, atrevido e intrépido, con los pies en la tierra, pero con la mente en los bares. Quiero disfrutar cada momento sin que me interrumpa ni este gobierno; ni los que se preocupan por los impuestos; ni las que a la primera canción se quitan los tacones por aquello de la comodidad es lo primero; ni los que se sienten ministros sentados en el asiento de atrás de un Uber; ni los que denuncian alterados a la policía a unos chavales que están de botellón a varios km de su casa; ni los que se quejan de la LOGSE; ni los que me dicen súbete la mascarilla en el metro; ni los desalmados que nos cerrarían todos los cines con tal de no pagar subvenciones; ni los que dicen excuse me en lugar de perdone o hándicap en lugar de desventaja.  Todos esos no me van a interrumpir ni van a quitarme las ganas de vivir. Tengo 11 motivos para ser feliz y disfrutar de esta vida, ¿tú cuantos motivos tienes?

Autor

Josue Cardenas
Josue Cardenas
Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.

Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.

Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Jesús Atman

Gracias Josué por conocerte y por ser como eres.
Se nota que, aunque tan joven, tienes madera suficiente para moldear una obra de arte.
Excente repaso del Madrid, y de la historia reciente, de los sentidos y las sensaciones lúdicas. Consigues en tu oda a la felicidad trasmitir optimismo, y lo que para mí es aún más importante, ensalzar el tesoro más preciado inaudito y sagrado: la VIDA.
Un abrazo!

Hakenkreuz

No se puede ser feliz sin vivir en presencia de Dios. Sin Dios nada podemos, como bien nos enseña Dios Espíritu Santo por medio de San Juan y San Pablo.

La felicidad en este mundo es muy parcial, pero la hay, son los siete dones y los doce frutos del Espíritu Santo, que el Señor desea otorgarnos, pero que pocos los aceptan y la inmensa mayoría los desprecia, y esa es la desdicha mayor, no aceptar las innumerables gracias que Dios nos otorga.

La verdadera felicidad es la Vida Eterna, el Reino de los Cielos en eterna e inseparable compañía de Nuestro Adorado Señor Jesucristo, la comunión de todos los santos en la Iglesia Triunfante del Cielo, lo que ni ojo vio, ni oído oyó, ni la mente pudo concebir.
Y para llegar al Cielo no hay otra que negarse a sí mismo (cuanto más destruyamos nuestro yo, menos tendrá que quemar las llamas del purgatorio), tomar la cruz aceptándola por amor a Dios uniendo nuestro dolor y sufrimiento al del Señor en el calvario (los actos de amor puro son los que más agradan a Dios Nuestro Señor y por los que más gracias concede), e incluso amándola (algo que suena a locura, pero que es así. Incluso los ateos más soberbios saben que no hay amor verdadero sin sufrimiento, por paradójico que ello resulte) y seguir a Jesucristo Nuestro Señor en un camino de donación a imitación de Él mismo, a pesar de nuestra inconstancia e imperfección, a pesar de nuestros pecados, amarle con todo corazón sobre todos y todo, recurrir a la oración (el rezo diario del Santo Rosario hace milagros, especialmente si se reza en familia y aunque al principio cueste. Uno llega a no poder vivir sin hacerlo cada día. También la Coronilla de la Divina Misericordia, especialmente al filo de las tres de la tarde, la corona de los siete dolores de la Santísima Virgen María y el santo Trisagio, entre otras muchas, poniendo la mente todo el tiempo que se pueda en el amor que tenemos al Señor y a la Virgen María, por ejemplo, mentando las muchísimas cosas por las que les debemos agradecimiento eterno, pidiéndoles también perdón, compartiendo nuestras preocupaciones y día a día, depositando poco a poco cada vez más confianza en Dios, viviendo el abandono en la divina Providencia. Así lo enseñan todos los santos y santas y es la pura verdad), a la acción de gracias (no comer nunca sin agradecer a Dios los alimentos, pues de Él nos viene todo), acudir a los sacramentos, especialmente la penitencia (que es un regalo, no una vergüenza a «evitar». La humildad lleva a Dios, la soberbia al infierno) y la Eucaristía (con el máximo fervor y veneración en ésta. Comunión de rodillas y en la boca, como un niño, pues ante Dios oculto en el pan del Cielo consagrado, toda rodilla ha de doblarse. Ante Dios no se puede ser soberbio ni acomplejado. Además, ha de recibirse al Señor como un niño, humillándose, pues no podemos ir al Cielo si no nos hacemos como niños. Y un niño come de la mano de su padre y madre. A Dios le agrada que confiemos plenamente en Él. De ahí lo de Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío o lo de Jesús, en Tí confío dicho de corazón siempre), los sacramentales (no hay medicina más potente que el agua bendita, no se busque), la lectura y meditación diaria de cortos o largos pasajes de las Sagradas Escrituras en silencio y retirados, especialmente Evangelios y Nuevo Testamento (los salmos ayudan una barbaridad también) y ese inmenso tesoro al alcance de cualquiera que es el magisterio de la Iglesia de Jesucristo, la Católica Apostóica, transmitido por sus santos, santas y mártires. La lectura, por ejemplo, de Imitación de Cristo de Thomas Kempis, es un diamante de valor incalculable. También san Luís María Grignon de Monfort, santa Faustina Kowalska (su Diario tiene un valor incalculable, especialmente para los más empedernidos y abyectos pecadores, incluso para los que creen falsamente que no tienen salvación posible. Jesucristo mismo les espera para restaurarles del todo. Y Jesucristo se lo mandó escribir a la santa, llamada apóstol de la Divina Misericordia, y a todos los católicos conocer, especialmente los sacerdotes), santa Teresa de Jesús de Ávila (su poesía sobrepasa incluso a la de Becker o cualquier otro. Pura música celestial), san Jose María Escrivá de Balaguer (para la vida profesional teniendo en cuenta el valor redentor del trabajo), el santo cura de Ars (espiritualidad accesible a todos), el P. Pío de Petrelcina (sobre la importancia que tienen los milagros en la vida cristiana. Hasta el Señor afirmaba a los que les oían que si no creían en su Palabra, que creyesen al menos en sus obras, que los ciegos ven, los sordos oyen, los leprosos quedan limpios, etc. El Evangelio hubiese muerto de no haber sido por los innumerables milagros que cada hora hace el Señor por intercesión de fieles y santos), etc.

Todos estos, básicamente, son los elementos esenciales para la plena felicidad, no las cuestiones materialistas ni los reclamos de placer y hedonismo citados por el autor de éste artículo, bastante desafortunado. Si Dios está con nosotros, ¿a quién o a qué habremos de temer? ¡Quién como Dios!

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