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En la primavera de 2022 Marine Le Pen gana con un tercio de los votos la primera vuelta presidencial. El Frente Nacional ya había llegado a segunda en 2017 en una Francia en que para evitar la victoria de la ultraderecha los partidos tradicionales se unieron sin reparo alguno facilitando la llegada al Eliseo de un partido islamista. Cuidado, esta es la ficción narrada por francés Michel Houellebecq en su novela Sumisión publicada en 2015. No acertó en todo, pero sí en el aspecto central de ese vaticinio de política ficción: todos contra Marine Le Pen, todos contra la ultraderecha.

Esta vez en la realidad volverán a verse las caras por segunda vez, Emmanuel Macron y Marine Le Pen el próximo domingo 24 abril de 2022. ¿Por qué, a pesar de que el sentimiento aparentemente creciente de rechazo a la debilidad de un centrismo sin alma es muy poco probable que Marine Le Pen gane las elecciones presidenciales? El sambenito de la ultraderecha aún funciona. No hay una sola crónica periodística que no hable del duelo entre “Macron y la ultraderechista Marine Le Pen”, que Europa se debate entre la democracia europeísta y el totalitarismo fascista, entre el bien y el mal, entre el Cielo y el Infierno… Al final el miedo siempre saca ventaja y mucho más en la actual situación de terror institucionalizado y corrección política al extremo.

El resultado del domingo fue mejor del esperado para Macron: 27,6% contra 23,4% de Rassemblement National (Reagrupación Nacional – RN), Melenchòn, el candidato de la extrema izquierda consiguió un nada despreciable 21,9%, y Zemmour, el candidato a la derecha de RN, un 7%. La socialista Anne Hidalgo, el ecologista Yannick Jadot, el comunista Fabien Roussel y la derechista gaullista Valérie Pécresse obtuvieron los peores resultados de la historia, decretando así el fin de los partidos tradicionales. Melenchón afirmó “No debemos dar ni un solo voto a Marine Le Pen” y el resto del arco político tiene claro que una vez más, la consigna es que la líder de RN no debe ganar.

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El pueblo francés me ha hecho el honor de pasar a la segunda vuelta. Expreso mi más sincero agradecimiento a los votantes. Todos los que no han votado a Emmanuel Macron hoy están llamados a unirse a nuestra agrupación” ha dicho Marine Le Pen, convencida de la victoria. Sin embargo, en la segunda vuelta los dos aspirantes pueden intentar atraer a los que no acudieron a las urnas en la primera -el 25% del electorado- pero que según las estimaciones y salvo sorpresas, Macron tiene todas las papeletas de ganar el balotaje, ya que solo ese 7% de Zemmour podría sumarse a RN y con ello no basta. Además de otros factores de la política europea y global que no lo permitirían. En Europa una Hungría con Orbán en suficiente y hasta tolerable ya que es una pieza clave del tablero de Occidente. 

Ya lo anticipó Houellebecq en Sumisión, cualquier cosa antes de que Francia tome un rumbo soberano, patriótico, identitario o que simplemente rompa con el discurso único de la corrección política. Una cosa es el deseo y otra la realidad. En un par de semanas se verá si París bien vale una misa.

Autor

José Papparelli
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