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Traducción del artículo de Olivier Bault publicado por Remix News el pasado 22 de diciembre. Top officials warn of potential civil war in France linked to mass immigration (rmx.news)

El general Pierre de Villiers, que fue jefe de estado mayor de las fuerzas armadas francesas hasta su renuncia al comienzo de la presidencia de Emmanuel Macron, es el último de una serie de figuras destacadas en Francia que han advertido que se avecina una guerra civil debido a la inmigración masiva.

En una entrevista con Le Parisien, publicada el 5 de diciembre, el general de Villiers dijo que teme que Francia “pueda caer lenta o muy rápidamente” en una “guerra civil” que podría ser encendida por “una chispa como en 1789”. Esta vez, sin embargo, los problemas son de una naturaleza diferente. Están vinculados al hecho de que Francia se ha convertido en un país donde “un maestro es decapitado frente a una escuela secundaria y tres personas son asesinadas mientras rezaban en una iglesia”. Según De Villiers, se necesitarán “tres, cuatro o cinco generaciones” para resolver los problemas de Francia con su población inmigrante y “recuperar a esos jóvenes de 20 años que odian a Francia y que están cerca de los capos locales o de los salafistas”.

El exjefe de estado mayor de Francia ya había advertido contra el peligro de una guerra civil en Francia durante una entrevista en la radio RTL en octubre. “No entiendo cómo podemos encerrar a todos los franceses durante ocho semanas y no podemos expulsar a un imán que predica contra Francia todo el día”, dijo entonces. Hablando sobre el terrorismo islámico en Francia, De Villiers también dijo que no entendía “por qué no regulamos nuestros flujos migratorios porque cada vez, y podemos observar esto muy bien con estos ataques terroristas más recientes, se trata de extranjeros que vienen a nuestro país”.

El año pasado, el propio presidente Emmanuel Macron aludió a la posibilidad de una guerra civil en Francia, que podría ser provocada por “las confusiones entre los temas de inmigración, radicalización, comunitarismo y laicidad”. Macron reaccionaba así a un discurso del filósofo y periodista francés Éric Zemmour en la “Convención de la Derecha”. En ese discurso, Zemmour tuvo palabras muy duras contra la inmigración masiva y señaló que Francia estaba siendo el objetivo de dos ideologías totalitarias que habían firmado un nuevo tipo de Pacto Ribbentrop-Molotov: el Islam y el liberalismo.

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El presidente francés estaba reaccionando también a las declaraciones de varios líderes de la oposición de centro derecha que se referían a una “guerra de civilizaciones” en territorio francés y al Islam radical, o islamismo, actuando como una gangrena en la sociedad francesa. En opinión de Macron, Francia está sentada sobre un barril de pólvora, y parece que esto justificaría limitar la libertad de expresión para evitar una explosión incontrolada. El impulso reflexivo de Macron de frenar la libertad de expresión parece servir como un reconocimiento implícito de que la inmigración masiva y el multiculturalismo promovido por los liberales conducirán eventualmente, si no a una guerra civil, al menos a frenar las libertades de que disfrutan los europeos. Las autoridades francesas hablan ahora de la necesidad de una “Reconquista republicana” en los “distritos perdidos por la República”, que son distritos y ciudades habitados por inmigrantes o sus descendientes. Muchas de estas áreas ya no son seguras para que las mujeres caminen por ellas libremente, y muchas mujeres sufren acoso verbal e incluso agresiones por simplemente vestirse de cierta manera.

En octubre de 2018, al traspasar su cargo como ministro del Interior al primer ministro Édouard Philippe tras su dimisión por las crecientes discrepancias con Emmanuel Macron, el socialista Gérard Collomb habló de una segregación de los distritos de inmigrantes y advirtió: “Hoy vivimos uno al lado del otro y, como siempre digo, temo que mañana viviremos frente a frente”. En febrero del mismo año, cuando aún era ministro del Interior, había dicho a los periodistas del semanario conservador Valeurs Actuelles lo preocupado que estaba por la situación en Francia: “Lo que leo todas las mañanas en los informes policiales refleja una situación muy pesimista. Las relaciones entre las personas son muy duras, la gente no quiere vivir junta”. “¿Cuál es la parte de responsabilidad de la inmigración?” preguntaron entonces los periodistas. “Es enorme y por eso queríamos cambiar la ley”, respondió Collomb.

En respuesta a la observación del periodista de que el proyecto de ley al que se refería solo trataba de la inmigración ilegal, mientras que más de 200.000 inmigrantes seguían llegando legalmente a Francia cada año, Collomb asintió: “Esto es cierto. Estamos actuando paso a paso, pero eso sigue siendo un problema”. Algunas estimaciones sitúan el número total de migrantes que entran a Francia cada año en 400.000, algo que, en palabras de Nicholas Bay, diputado del partido Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, es insostenible.

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El exministro del Interior francés continuó diciendo que Francia ya no necesitaba la inmigración y que “las comunidades en Francia luchan entre sí y la situación se está volviendo muy violenta”. Dijo que temía una partición del país o algún tipo de secesión dentro de algunas partes de Francia. “¿Cuánto tiempo queda para detener ese proceso?” preguntó Valeurs Actuelles en febrero de 2018. “Es difícil de evaluar, pero yo diría que dentro de cinco años la situación podría volverse irreversible. Sí, nos quedan cinco o seis años para evitar lo peor”, respondió.

El predecesor de Macron en el Elíseo, mientras presidía el mismo tipo de políticas de inmigración masiva, también compartió sus temores de una guerra civil mientras hablaba con los periodistas. Sus palabras provienen de un libro publicado en 2016 con el título “Un presidente no debería decir eso”, y nunca las ha negado. En sus conversaciones con los dos autores, periodistas de Le Monde, de izquierda y proinmigración, Hollande habló de “una acumulación de bombas potenciales ligadas a una inmigración que está en marcha”, y a la que la mayoría de los franceses se oponen, como admitió. También habló de la actual “comunitarización, segmentación y etnicización” de Francia y dijo: “Creo que hay demasiadas llegadas de inmigrantes que no deberían estar aquí”. “¿Cómo podemos evitar una partición?” preguntó Hollande retóricamente, para responder que “esto es lo que está pasando: una partición”.