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En plena Guerra Civil española, el 13 de abril de 1937 fue un día histórico para la aviación militar no solo española sino mundial. En esos momentos tenían lugar importantes combates en el frente de Aragón, donde en los meses anteriores las milicias revolucionarias catalanas, a pesar de su superioridad numérica se habían mostrado incapaces de avanzar hacia Zaragoza y Huesca, siendo su avance frenado por las fuerzas nacionales.

Uno de los puntos más relevantes del frente aragonés era el sector Almudévar– ermita de Santa Quiteria, un punto estratégico desde donde se podía controlar la carretera Zaragoza- Huesca. En torno a la ermita de Santa Quiteria tuvieron lugar importantes combates. El 12 de abril de 1937 fuerzas revolucionarias de la llamada División «Carlos Marx»se apoderaban en un ataque por sorpresa de la estratégica ermita.

El Mando Nacional ordenó un inmediato contraataque ya que la pérdida de Santa Quiteria ponía en grave riesgo tanto a Zaragoza como a Huesca. Al día siguiente 13 de abril un contingente nacional formado en su mayor parte por fuerzas de la Legión y de Requetés organizó una operación para tomar la crucial loma donde se hallaba la ermita. Pero la solución llegó desde el cielo. 4 escuadrillas de la Brigada Aérea Hispana, con aviones biplano HE-51 y HE-46, de fabricación alemana lanzaron un contundente ataque sobre las fuerzas republicanas de la ermita. Fue la primera vez que la aviación nacional utilizó la técnica de combate conocida como » la Cadena», que consistía en que los aviones atacaban uno detrás de otro, colocándose el jefe de la escuadrilla después de la primera pasada detrás del último de la fila, repitiéndose el ciclo hasta agotar la munición. Los Heinkel nacionales atacaron la loma de la ermita de Santa Quiteria de esta forma durante casi 3 horas y causaron enormes destrozos a las fuerzas de la » Carlos Marx», que sufrieron más de 400 muertos por ametrallamiento aéreo. A continuación, atacaron las fuerzas nacionales de tierra que tomaron definitivamente la Ermita.

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Los pilotos nacionales descubrieron que atacando con esta técnica experimentada casi por casualidad ,los daños a las fuerzas enemigas se multiplicaban. Desde entonces la «Cadena» se generalizó en la aviación nacional durante el resto de la guerra. La adoptaron también y la perfeccionaron los pilotos alemanes de la Legión Cóndor, con aviones más potentes y armados, de ataque a tierra, como el JU-87 «Stuka»y más tarde se convertiría en una de las claves tácticas de la fuerza aérea alemana en la Segunda Guerra Mundial, sobre todo durante los primeros años en la llamada «»Blitzkrieg» alemana o «guerra relámpago».

La Brigada Áerea Hispana fue el embrión de nueva Fuerza aérea española, que el bando nacional tuvo que crear casi de cero ya que, al producirse el Alzamiento, la mayor parte de la Fuerza aérea se había puesto a favor de la República. Asi pues la aviación nacional durante la Guerra estaba compuesta por la Legión Cóndor, la aviación italiana y la Brigada Aérea Hispana, que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en una auténtica fuerza aérea.

El Heinkel 51 fue el primer caza que voló la Legión Cóndor en España, pero quedó en desventaja cuando la URSS introdujo en nuestra guerra sus escuadrillas dotadas de aviones » Polikarpov». Unos meses la Legión Cóndor recuperó la superioridad aérea cuando llegó a España el magnífico Messerschmitt 109. En ese momento la Legión Cóndor transfirió a los pilotos españoles sus aviones biplanos como el He-51. Los pilotos españoles no volarían el Messerschmitt hasta los meses finales de la guerra, durante la campaña de Cataluña. Pese a todo, el HE- 51 era un buen caza que además podía cargar bombas. Algunos de los pilotos que participaron en el ataque de Santa Quiteria como los capitanes Salas Larrazábal, tenientes Arístides García, Jesús Rubio, y otros se convertirían en algunos de los pilotos más destacados de la Fuerza aérea española en los siguientes años y lucharían en Rusia con las Escuadrillas Azules, junto a la aviación alemana.

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La columna Carlos Marx se formó en Barcelona en los comienzos de la guerra y estaba formada en su mayor parte por militantes de la UGT y el PSUC, la rama catalana del PCE. A partir de 1937 fue rebautizada como división Carlos Marx. Su cuartel estaba en el Parque de la Ciudadela, en Barcelona

A partir de 1937 quedó integrada en el » Exércit de Catalunya» que agrupaba a las milicias revolucionarias catalanas del frente de Aragón y que estaba bajo el mando teórico de la Generalitat de Companys aunque en realidad estuviese bajo el control del «Comité de Milicias Antifascistas», el seudo gobierno anarquista de Cataluña, en los primeros meses de la guerra. Cuando el socialista pro soviético Juan Negrín se convirtió en presidente del gobierno republicano, sustituyendo a Largo Caballero, puso fin al dominio anarquista en Cataluña y acabó con el Exércit de Catalunya, integrándolo en el Ejército Popular de la República. La División Carlos Marx fue reconvertida en la División 27 del ejército de la República. Un año más tarde participaría en la batalla del Ebro, donde también sufriría importantes bajas.

Así pues, aquel 13 de abril en el frente de Aragón, dio comienzo una nueva época en la historia militar de la guerra aérea, no sólo en España sino en Europa. Y sus protagonistas fueron pilotos españoles.