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A los que no alcanzaron el éxito máximo

Estamos acostumbrados a referirnos a los que triunfan, a los que han destacado en alguna actividad en los grados máximos, a los que han conocido el éxito. Pero, pocas veces dedicamos unas líneas a los que se quedaron en el camino, sin conocer las glorias del triunfo supremo.

Pues hoy vamos a referirnos a alguien que no triunfó, porque no quiso, o no pudo o porque no le dejaron. Un tipo con don de gentes y personalidad carismática. Muy aficionado a cantar. Decían que estaba dotado de una excelente voz y que cantaba tan bien, o mejor que el propio Pepe Blanco, el del Cocidito madrileño, o de Marchena en el flamenco.

Vino al mundo en La Rioja, como el mismo Pepe Blanco. Nació en 1929 y nos dejó en la Semana Santa de 2007. La Hemeroteca riojana ha sido una de las principales fuentes informativas para nosotros, así como el testimonio de algún admirador logroñés y de Cristina, su hija. Nos referimos a un representante comercial que cantaba: Genaro Uzuriaga.

Decían los cronistas riojanos: “desde sus primeras actuaciones en Logroño causó sensación y le consideraban la nueva revelación del flamenco”. El miércoles, 21 de enero de 1953, triunfó rotundamente, a las 10,30 de la noche en el Cine Avenida con el Club Taurino Logroñés.

Con motivo de las Bodas de Oro de la Sociedad Artística Riojana, en los salones del Gran Casino, se constituyó la nueva Junta, que presentó José Luis Domingo Muro. Ya en otra fiesta, 13 de abril de 2007, intervino también con éxito nuestro Genaro Uzuriaga.

Fueron numerosas sus intervenciones artísticas en la noche logroñesa: tablaos del Café Moderno, Ibiza, Correos, Comercio, La Habana o El Bistró.

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En una entrevista para la Prensa local, el Ruiseñor de La Rioja hacía estas declaraciones: “me crié con unas tías a las que les gustaba la zarzuela. Al oírlas cantar me fui aficionando al cante. Con el tiempo aprendí del flamenco y de la canción española”.

Estuvo en Barcelona para presenciar el espectáculo Saritísima. Así lo contaba el mismo Genaro: “Ella bajó al público y fue a sentarse en mis rodillas, pidiéndome que le llamara Mimosa; y lo hice cantando. Al terminar me dijo: qué bonito cantas”.

Pero antes había intervenido en un espectáculo en el Teatro Ideal Cinema de Calahorra, en 1946. Allí hablaron de él a Juan Carcellé, el descubridor de Pepe Blanco. Le propusieron que cantase en el Price madrileño, pero sus tías no le dejaron; tenía 17 años.

En sus comienzos, no supo canalizar bien su miedo escénico. Tuvo que ser en el Club Taurino donde rompiera su timidez. Unas copas de manzanilla le empujaron a intervenir con seis canciones.

Otra vez le invitaron a que actuase en la Cafetería Comercio. Sus tías arreglaron un traje de su padre para que subiese al escenario. Pero al encontrarse frente al público en éste, se quedó en blanco y tuvo que suspender la intervención.

Luego estuvo en Granada para cantar en una compañía de flamenco. Allí comprendió que su vida estaba en Logroño.

Fue artista invitado en unas actuaciones organizadas en un cuartel del Ejército para animar a los aficionados al cante. Según el Brigada Ripollés, Genaro interpretó Zapatero. Gustó tanto que le pusieron varias canciones, hasta que tuvieron que echarle el alto porque se acercaba la hora de la cena. Unos días después se conocieron los resultados de las votaciones de los militares: GenaroUzuviaga 129 votos; Fernando Muga 29; Aurelio Alfaro 29 y Antonio Martínez 16. Genaro había entusiasmado y ganado en su auto estima.

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Toda una vida cantando en los escenarios locales, sin lograr alcanzar el éxito máximo en el mundo artístico de la canción. No triunfó más porque no quiso. Fue profeta en su tierra y, sobre todo, fue un hombre muy reconocido y feliz.

Autor

REDACCIÓN