14/05/2024 07:00
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Los poderosos del planeta se reúnen en Davos para conspirar contra el resto del planeta. Sus planes han ido quedando al descubierto en los últimos años. Te han dicho que sobra gente en el mundo, que las vacunas impuestas con miedo ayudarían a controlar el crecimiento de la población. Y ya lo estás viendo. Como puedes leer esto, te consuela saber que todavía no han prescindido de ti, así que viene bien que se vayan entreteniendo con otros. Pensabas que eso del transhumanismo era una ficción exagerada, que era imposible que dejásemos de ser humanos, pero poco a poco ves a la sociedad cada vez más cobarde, menos atenta a su prójimo, cada vez más robotizada, arrodillándose ante el dios de la inteligencia artificial que emerge como paradigma de la verdad.
Así ha arrancado el 2024, con una sensación de indefensión, de abandono, de resignación a la suerte de los poderosos. Algunos se rebelan pensando que saliendo de las urbes estarán lejos de las garras de los malvados, acaso sin darse cuenta de que es uno de los escapes que dejan a los disidentes para tenerlos ubicados. Por lo menos, dicen algunos, estamos sanos. Pero, ¿ cómo andamos de moral? Porque todavía entre los despiertos, los que no han caído en el engaño, hay muchos que no se han dado cuenta del carácter espiritual de esta lucha. Siguen enzarzados en teorías de contagios y grafenos y chemtrails y hierbas intentando mantener una vida biológica lo más estable y prolongada posible. Como si el objetivo fuese mantenerse feliz, en equilibrio energético, en comunión con el cosmos,… en un mundo esclavo. Creo que quienes a estas alturas no se han dado cuenta de que está en juego el alma no han captado ni la gravedad del problema ni la seguridad de la victoria. Sin una conciencia de la trascendencia del ser humano, todo lo que hablemos será superficial, coyuntural, arbitrario, contingente. Y por eso de Davos va a surgir el ataque al recuerdo: prohibido recordar, tener conciencia del pasado.
No estará permitido que recuerdes que todos los años en invierno los hospitales se llenaban de pacientes que tosían y nadie, ni pacientes ni médicos, llevábamos mascarilla. A partir de 2020 se puso de moda y se crearon empresas para producir bozales. Ya hemos visto la naturaleza del negocio.
No estará permitido que recuerdes que las autoridades sanitarias actuaron simplemente por hacer negocio: del comité de expertos, acaso el más avispado fue el tito Berni. El ministro de sanidad desapareció tras favorecer empresas fantasma. Pero la justicia perderá papeles o se archivarán por defecto de forma.
No estará permitido que alegues los artículos científicos que esgrimieron para justificar los pinchazos: que si inmunizan, que si previenen, que si disminuyen la gravedad,… No solo no estará permitido sino que hasta es posible que no puedas recuperar esos artículos porque habrán desaparecido, borrados del recuerdo.
No te dejarán que recuerdes las veces que se apeló a la necesidad de justificar las indicaciones de los medicamentos: no podrás hacer ver el absurdo de inyectar sustancias experimentales a niños y embarazadas, porque se pincharon porque quisieron, nadie les obligó, era simplemente cuestión de «solidaridad».
No te permitirán que hagas valer tus conocimientos médicos para apelar a la autonomía del médico y del paciente a la hora de prescribir tratamiento: lo van a hacer por ti y las instituciones colegiales acatarán sin rechistar esa medida. Lo harán porque ya lo han hecho, lo que hemos vivido hasta ahora era para «probar».
No te permitirán que apagues el televisor porque lo llevarás instalado dentro de ti día y noche. Lo de las ciudades de 15 minutos se quedarán en mera anécdota porque da igual donde te muevas, han de saber de tu paradero, de tu ubicación , de tu grado de adhesión al sistema para ver si te dan o no crédito social, alpiste.
No te permitirán leer contenidos de artículos ni mensajes como este porque de inicio pueden provocar conatos de rebeldía e insumisión. Luego, tan solo serán apuntes de lo que debería haber sido y no fue, un rescoldo de nostalgia con suspiro final. Los recuerdos más recientes van a ser eliminados de las memorias de los débiles.
No te dejarán ver (ni oír) las ambulancias silenciosas que cada instante se acercan a puntos cercanos a recoger a alguien que «se sintió indispuesto» por causas » que no han trascendido». Te harán ver qué bien se puede encontrar uno en un mundo más «esponjado», sin tanta gente alrededor: es verdad, pensarás, que tenían razón y sobraban muchos.
No te dejarán que comentes la posibilidad remota de que tanto trastorno inmunológico, enfermedades tumorales, miocarditis, infecciones recalcitrantes y sobremortalidad pueda tener que ver con haber fastidiado la eficacia de nuestras defensas con productos lesivos e innecesarios. Una calumnia sin fundamento. Dejar caer esa posibilidad será peor que un atentado terrorista contra la estabilidad social.
No te dejarán que digas que la OMS no dice más que mamarrachadas con el cambio climático o con las olas que vienen y van y con las pandemias que nos piensan regalar. Y el simple recuerdo a la población de que la OMS es un organismo promovido y financiado por los laboratorios será totalmente imposible de ver en la prensa.
Porque de todo eso se van a encargar a partir del mes que viene: de prohibir que la gente recuerde. Han trabajado muy bien a base de miedo el bloqueo del pensamiento: la gente por miedo ha dejado de pensar, se ha dejado llevar por lo que decían los «miedos de información» pagados por los poderosos. Ahora que la verdad del engaño se obstina en salir, es imprescindible atacar el recuerdo: prohibir decir que aquello pasó, tirar de la hemeroteca (está siendo limpiada de documentos y vídeos) para que recordemos el encierro, la distancia social, las mascarillas, la solidaridad y otras majaderías que por desgracia proliferaron ante el silencio vergonzoso de las instituciones científicas y colegiales que tenían a su cargo la salud de unos ciudadanos que languidecen.
Señores: ¡hagan acopio del material que se ha producido en estos últimos años! Que no desaparezca ni se borre lo que cada uno dijo o dejó de decir. Porque la historia pedirá cuentas y el recuerdo, por mucho que se empeñen los poderosos llamándolo «desinformación», no podrá ser borrado. Porque Dios no tiene amnesia.

Autor

Doctor Luis M. Benito
Doctor Luis M. Benito
Luis Miguel Benito de Benito, médico especialista de Aparato Digestivo desde 2000 y Doctor en Biología Celular. Licenciado en Filosofía. Máster en Dirección Médica y Gestión Clínica por el Instituto de Salud Carlos III y Experto Universitario en Derecho Sanitario y Ciencias Forenses por la UNED. Facultativo Especialista de Área del Hospital Universitario de El Escorial y Director Médico de la Clínica Dr. Benito de Benito desde 2011. Autor del libro "Coronavirus. Tras la vacuna" ISBN 978-84-9946-745-0
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rozas45

JOJOJO…No escapareis a los planes de vuestros liquidadores, marditas alemañas!! Sólo sabeis ladrar como perrillos ratoneros a la entrada de la finca y rezar rosarios frente a los que planifican vuestro exterminio. ¿Se puede ser mas cobarde y pánfilo? Vosotros no podeis llamaros españoles, pues no teneis nada que ver con aquellos aguerridos ancestros que crearon y dominaron un imperio de ultramar, durante 500 años, sin wassap, sin putigram, sin ordenadores, sin electricidad!! lo consiguieron a base de fe, inteligencia, organización, sufrimiento y muchos cojones.Vosotros sois unos mamarrachos que perdeis vuestra energía hablando de gilipolleces, permitiendo que os roben os endeuden y expolien todo el esfuerzo y tenecidad de vuestros antepasados, para evitar «males mayores».Ahí teneis el ejemplo de vuestros dominadores y propietarios, que hablan poco y actúan invadiendo e imponiendo su ley, adueñándose de recursos, tierras y bienes que lles interesan según les conviene, pasándose las legalidades por el forro, sin ninguna verguenza y delante de todas vuestras caras de pánfilos demócratas. Los objetivos se consiguen actuando y aplicando, destruyendo al adversario si es necesario, no se consigue nada hablando y gastando valiosa energía en prolongar en el tiempo los problemas. Sois una jodida banda de nenazas meonas apañolas, vais a tener y a sufrir lo que os mereceis, por vuestra inacción, vuestra desidia e indolencia. Vuestro destino es ser erradicados del planeta como pucarachas, en un futuro cercano.

Luis Miguel Benito de Benito

¿Le sucede a usted algo? ¿Se encuentra bien?

rozas45

O dejan de hacer el ridículo con tanta cháchara y se plantan en huelgas generales masivas, insumisiones fiscales y busca y captura de los tiranos o tienen ustedes y sus intereses los dias contados. Defiéndan sus intereses como gato panza arriba o mueran.

Luis Miguel Benito de Benito

Empiece usted, por ejemplo, por mostrar lo que dice que hay que hacer.

rozas45

Lo hago desde hace mucho. Solo mereceis seguir parasitados por esos arcontes que dominan este pais bajo un embrujo satánico…Jodidas nenazas cobardes acomodadas, acomplejadas y sometidas, no mereceis tener nacionalidad apañola. Cualquier subsahariano que se juega el tipo escapando de sus estercoleros, tiene mas dignidad que vosotros.La gran mayoria de la chusmaza que contamina este otrora pais solo se limita a cumplir ordenes y a ser solidario. Gentuza bienquedista que volverán a repetir los mismos mantras y las mismas acciones cuando los que manejan sus vidas les ordenen rendir pleitesía. Sobran 40 millones de goyinazos en este estercolero. Bienvenida sea la gran limpieza.

Luis Miguel Benito de Benito

Empiece. Salga de su ratonera.

Dufresne

Que si quiere bolsa, señora

snoozie

Tengo bastante material a buen recaudo. Yo tampoco me olvido.

Fernando Rodríguez

» Dios no tiene amnesia»
Y Davos es un espejo roto.
Dr., brillante escrito.

Alfredo Gamboa Fernández

Muy bien dicho querido Dr Luis Miguel, ole 👏👏👏👏👏👏

Hakenkreuz

Dr. Benito.

1º No sé si usted ha dado o es lo suficientemente valiente para darnos una valoración médica, una explicación verosímil de porqué se actuó de modo totalmente diferente ante la posible pandemia perfectamente contenida y controlada del ébola hace años y con la expansión deliberada del covid procedente de China roja macro asesina. Ahí está la clave del asunto. Y no entiendo porqué en este medio nadie analice este diferente proceder mundial entre ébola y covid. Y siguen ustedes mareando la perdiz y echando balones fuera. No dan ustedes explicaciones. Eso también es prohibir RECORDAR. ¿Por qué con el ébola se procedió de modo correcto y con el covid se permitió su propagación? Si no contestan a esto de modo coherente y verosímil, ustedes son parte INTERESADA de la mentira generalizada y mentirosos también.

2º Eva primero, y Adán después, fueron engañados por el demonio en el Paraíso. Prefirieron confiar en el Mentiroso a confiar en Dios. La crisis de confianza en Dios se paga con las llamas del infierno. El demonio no les obligó a comer del fruto prohibido, NO. Como tampoco se ha obligado a la gente a votar a los políticos, imagen de la Bestia y falsos profetas, NO. Hoy ya no hay sacrificios de personas que no adoren al emperador (gobernante) de turno. De momento, aunque la idolatría de la democracia está desbocada. Lo que hizo el demonio es mentirles, tentarles políticamente: «seréis como dioses». Eva no pudo pecar si su ingenua intención era ser infinitamente buena y misericordiosa, cosa totalmente imposible. Ni siquiera pecó de ingenua pretensión al querer ser infinitamente sabia, caso imposible también para una criatura, además de eternamente perjudicial, pues el hombre solo ha de saber lo que conviene a su eterna salvación (medítese esto). Y Eva atendió la mentira, desconfió de Dios (el pecado mayor, el que más hiere a Dios mismo), aceptó el engaño y trajo la caída de la humanidad y la muerte y la corrupción con ella. Esa es la revelación intrínseca a la caída de la humanidad. No habrá segunda caída, pues todo el creyente sabe perfectamente lo que significa la segunda muerte (véase el libro de San Juan del Apocalipsis). Para Eva no hubo excusas posibles de haber sido engañada, aunque se trató de excusar ante Dios. La VERDAD solo es una, DIOS NUESTRO SEÑOR, PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, en el único en el que podemos y debemos confiar, pues Él quiere nuestro bien eterno incluso más que nosotros mismos. No se puede confiar en los que mienten. Al árbol se le conoce por sus frutos. Sirva esto para lo sucesivo y para los lectores.

3º ¿Estamos ahora ante los últimos tiempos, ante la prueba definitiva que precede a la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo de la que solo Dios Padre Celestial conoce el Día? Quizá la mejor respuesta a ésta pregunta esté en el discurso escatológico del Evangelio de San Mateo, capítulo 24, que nos ayuda a discernir, y en las revelaciones que Jesucristo Nuestro Señor ordenó transmitir por escrito, en los años treinta del siglo pasado, a su Apóstol de la Divina Misericordia, Santa Faustina Kowalska, canonizada por san Juan Pablo II, en la que afirma que quiere a Polonia de un modo muy especial, que de ella saltará la chispa que preparará al mundo para su última venida (algunos han querido ver al propio san Juan Pablo II como esa chispa. Solo Dios lo sabe). Además afirma en reiteradas ocasiones, apremiando al mundo entero para que se acoja a su Infinita Misericordia en el sacramento de la penitencia o confesión, independientemente de lo abyectos que sean sus pecados, que para el Señor no hay nada imposible, que nunca es tarde para los que se arrepienten y se acogen a Él, y rece la Coronilla que enseñó a la santa polaca, que da a conocer que el día de la Justicia se aproxima, que está cerca.
La mentira está tan generalizada en nuestros días, en todos los órdenes de la vida (por desgracia, ni los mismos elegidos están exentos del engaño), que no sería de extrañar que el demonio, consciente de que su tiempo se acaba, quiera arrastrar con él al infierno eterno, a la gehenna de fuego, al lago de fuego y azufre, a cuantas más almas pueda. Por eso parece que hoy se desmoronan todos los bastiones morales que forjaron la civilización cristiana que tanto bien ha hecho en el mundo durante dos milenios, a pesar de la oposición de los infieles. Por eso parece hoy el triunfo absoluto del mal sobre el bien, pero es justamente ahora cuando hay que tener más esperanza que nunca, pues hasta en los Evangelios se nos conmina a que cuando veamos todas estas señales pasar, que cobremos ánimo, pues nuestra liberación se acerca.

4º El Bien y la Justicia vienen de mano del Todopoderoso, no de políticos. Intentar instrumentalizar la fe en Cristo en beneficio electoral de otra opción supuestamente antiglobalista es propio de satanás y sus vástagos. No es la acción política, sea del signo que sea, la que traerá el Bien y la Justicia, sino Dios mismo y sus santos y santas. Que pierda el demonio y todos sus vástagos la esperanza en un triunfo por más que dominen el poder político, económico, financiero, militar y policial. Su destrucción total será inminente. Dios no olvida a los suyos. Dios no se va a dejar arrebatar las almas amadas. La confianza plena ha de darse en Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero. Nunca en políticos, por muy dulces, seductoras y bien sonantes palabras o sloganes que predique en público. Confiar siempre en Dios y desoír a los vástagos de satanás políticos y adláteres, por mucho poder que tengan.

5º El martirio, es decir, el asesinato de hombres y mujeres por oponerse al poder al mantener su fidelidad a Cristo, lleva las almas de los mártires directamente al Cielo, a la Felicidad Eterna, la Dicha incomparable de la Visión Beatífica de Dios. Los propios santos de todos los tiempos nos lo han revelado. El martirio no es un castigo para quien lo padece, sino la mayor gloria y acto de amor que un hombre o mujer, al fin y al cabo pecadores, puede dar a Dios. Así que un fiel verdadero, no pude tener miedo de nada ni de nadie, pues nada nos separará del Amor de Dios. El temor a la muerte es propio de los que no creen en Dios, ni esperan, ni le aman, ni le adoran. Es lógico que los no creyentes estén muertos de miedo y confíen en pócimas, vacunas, drogas medicamentosas y demás engaños médico farmacéuticos de embusteros de la sanidad que pretenden enriquecerse con la enfermedad.
El martirio es un privilegio que Dios da a los que le aman. El martirio colma de caridad el mundo y cubre multitud de pecados, sobre la sangre de los mártires convierte a innumerables personas alejadas e incluso anteriormente enemigas de Dios. Y a Dios, lo que le importa más que nada, es la salvación eterna de las almas, no que gane las elecciones tal o cual partido, preocupación propia de falsos profetas. Recuérdese que la Santísima Virgen María reveló en Fátima que muchas almas se condenan al infierno porque no tienen quién se sacrifique por ellas, por eso pedía el rezo diario del Santo Rosario y las mortificaciones (la renuncia a lo que nos gusta y agrada más) a los tres niños de Fátima, para salvar las almas de la condenación eterna. Es precisamente lo que hacen las almas de esos hombres y mujeres de clausura y contemplación por el bien de todas las almas en el mundo, incluso de las de aquellos que odian insensatamente a Dios.

6º El miedo a la muerte debe desaparecer de todo fiel católico, pues el fiel a Jesucristo vive lo que los santos y santas y lo que los Evangelios llaman, el abandono en la divina providencia, es decir, la plena confianza en Dios. Precisamente es en Dios en el que hay que poner la confianza, y no en políticos que son demonios encarnados mentirosos, manipuladores e hipócritas, que seducen a la gente con sus poderosísimos medios económicos y mediáticos, para arrastrarlos al infierno. El fiel debe dejar de escuchar a los políticos y debe dejar de votarles, so pena de condena eterna, pues los mentirosos sirven solo a satanás. Y esto no lo puede negar papa, cardenal, obispo o sacerdote alguno que ame de verdad a Jesucristo Nuestro Señor, que jamás entró en política ni aspiró al poder (que es suyo y solamente suyo. Nadie salvo Dios puede vencer al demonio, al mundo con sus concupiscencias, a la enfermedad, a las leyes de la naturaleza por Él creada, al pecado y a la muerte). Por eso, la mentira tiene que ser erradicada sin contemplaciones de nuestras vidas. No se puede confiar en el que miente. Hay que mirar el fruto del árbol. Ningún árbol bueno da frutos malos. Ningún árbol malo da frutos buenos. Hay que discernir y desoír a los que nos quieren arrastrar al infierno, sean políticos, magnates de Davos, empresarios de farmacéuticas, sindicalistas, masones, judíos, actores, deportistas, herejes, poderosos del mundo, medios de comunicación, jueces, militares, etc., que no hacen otra cosa que mentir para poder vivir engañando a los demás. La confianza solo ha de depositarse en Dios, sin cuyo permiso no cae un pájaro de la rama de un árbol. Solo Dios lo puede todo.

7º No se olvide nunca que Lucifer y los ángeles rebeldes optaron al poder de Dios, fueron los primeros políticos.
No se olvide nunca que Eva y Adán cayeron por su sed de poder político.
No se olvide que el Señor fue tentado en el desierto con la política: «Todo esto te daré, si postrándote ante mí, me adoras».
No se olvide que el Señor fue víctima de los políticos de su época y de la política, porque le creían un peligro para su estatus y poder: escribas y fariseos, saduceos, herodianos, zelotas, sicarios, etc.
No se olvide que la totalidad de cismas de la Santa Iglesia Católica Apostólica, la de Jesucristo Nuestro Señor, que es única y verdaderamente fiel, vienen de la política y de su seducción.
No se olvide que la simonía política ha hecho un daño atroz a la fe de innumerables creyentes durante los dos milenios de vida de fe en Cristo y, por desgracia, sigue haciéndolo.

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