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El programa de las fiestas de verano de La Coruña, las dedicadas a la heroína María Mayor Fernández de la Cámara y Pita -María Pita- de 1921 habían comenzado el domingo, 7 de agosto, con la tradicional “Función del Voto” en la que el pueblo de La Coruña, encabezado por sus Autoridades, renovó la promesa hecha a Nuestra Señora del Rosario, en mayo de 1589, para que intercediese por la ciudad cercada por un poderoso ejército inglés a las órdenes del Almirante Drake y del General Norris.

Sin embargo, con total seguridad, los ánimos de la población no eran los más proclives para citas festivas al tener los ojos puestos en la zona oriental de nuestro Protectorado marroquí, concretamente en la demarcación de Melilla, donde miles de soldados españoles, muchos de ellos coruñeses, estaban sufriendo uno de los mayores descalabros de nuestra historia militar: el “Desastre de Annual”.

En aquel lejano territorio, tan solo unos días antes, concretamente a partir del 21 de julio, las huestes de Abd el-Krim habían atacado con fiereza a nuestras tropas, causándole miles de bajas a lo largo de unas trágicas jornadas que tendrían su triste epílogo el 9 de agosto con la caída y la traición de Monte Arruit.

Las noticias reflejadas en la prensa aquellos días no podían ser más alarmantes pese a que en ellas no se daba cuenta con exactitud de la cruda realidad de los sucesos. Pese a todo, el anuncio de la salida de Unidades de las guarniciones gallegas con dirección al teatro de operaciones provocaba la consiguiente alarma especialmente en las familias de los Oficiales y Soldados implicados en estos movimientos de tropas.

Sin embargo, tal vez con la intención de distraer la atención de la ciudadanía, todavía no conocedora, en su justa medida, de la gravedad de los sucesos que estaban acaeciendo, aquel verano se programaron, un año más, las Fiestas generales de La Coruña.

Al contrario que en años anteriores, la prensa local se hizo poco eco, relegándolo a páginas de segundo orden y de forma muy escueta, del programa de festejos, en tanto que las primeras planas quedaban reservadas, como no podía ser de otra manera, para el relato de los hechos y las alarmantes noticias que se venían recibiendo de nuestro Protectorado.

Aquellas fiestas de 1921 se rigieron por patrones parecidos a las de años precedentes, con determinados números que se repetían cada año por ser del agrado de los coruñeses, tal era el caso del “paseo” por la calle Real o las “veladas nocturnas” en los jardines del Relleno.

Aquel primer domingo de fiestas, se celebró también la primera Corrida de Toros, actuando los diestros “Torquito”, “Celita” y “Chicuelo”. Tanto por la mañana, en la calle Real, como por la tarde, en Méndez Núñez, actuó la Banda de Música “La Lira” de Rivadavia que vino a sustituir a la del Regimiento de Infantería “Isabel la Católica” nº 54, formación que tradicionalmente concurría a estos actos del programa de los festejos de la ciudad.

La carroza de Aragón escoltada por Guardias de Seguridad (ARG)

El lunes, día 8, en la plaza de Toros se celebró la “Fiesta gallega” que contó con el concurso de grupos folclóricos de La Coruña, Pontevedra, Ferrol y Lugo.

El martes, 9, la plaza de Toros acogió la segunda corrida actuando como matadores “Sánchez Mejías”, “Celita” y “Chicuelo”. Además, tanto la calle Real por la mañana, como el Relleno por la noche, fueron escenario de los populares “paseos y veladas” amenizados por la Banda de Rivadavia que se repitieron a lo largo de todos los días que duraron los festejos.

Otras actividades completaron este programa destacando la bendición de automóviles, el festival olímpico, la verbena popular en la plaza de María Pita que se celebró el sábado 13 para la cual se adornó la plaza con multitud de farolillos a la veneciana que le proporcionó una imagen que la prensa no dudó en calificar de fantástica.

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Sin embargo, el acto más destacado del programa fue, sin duda, la Cabalgata y posterior “Fiesta Española”, prevista inicialmente para el día 12 y que tuvo que aplazarse, por la lluvia, hasta el domingo 14.

Una fiesta que, a buen seguro, sirvió como acicate a la población para elevar la moral y hacer sentir el orgullo patrio en circunstancias tan complicadas como las que se estaban viviendo aquellos días, además de constituir, dado su carácter benéfico, una forma de apoyar a nuestros Soldados combatientes en Africa, motivo por el cual contó, desde el principio, con el apoyo entusiasta del Capitán General y de las fuerzas de la guarnición, así como de la Policía gubernativa y de la población en general.

Este acto constituyó el más importante de los celebrados aquel verano de 1921 de tan triste recuerdo.

La Cabalgata, muy vistosa y que fue presenciada por La Coruña entera echada a las calles, partió de la plaza de Toros a la una de tarde del domingo, 14, recorriendo las calles de Betanzos, plaza de Lugo, Fonseca, Juana de Vega, plaza de Mina, Cantones, Real, Riego de Agua, Fama, Marina, Luchana, Bailén, Barrera, San Andrés, finalizando en la plaza de Pontevedra o lo que es lo mismo, recorriendo las principales calles del centro coruñés.

Cartel de las Corridas generales de La Coruña de 1921

La Cabalgata la abría la Banda de montada de Clarines del Regimiento de Caballería Cazadores de Galicia nº 25; seguía la Guardia Municipal con uniforme de gala que precedía a la carroza representante de Galicia, en la destacaba un vistoso hórreo, acompañada de un grupo folclórico. Tras ella, la Banda de Música del Hospicio que daba paso a la carroza de Andalucía, representada por una gran pandereta, acompañada de un grupo folclórico de la citada Región y de jinetes con caballos enjaezados; seguía la Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento de Infantería “Isabel la Católica” nº 54, seguida de un grupo de jinetes valencianos que precedían a la carroza representativa de su Región en la que figuraba una gran paleta. Continuaba la Banda de Música de Rivadavia y la carroza de Aragón con la imagen de la Virgen del Pilar, acompañada, igualmente, de jinetes y de un grupo de aquella Región.

La última parte de la Cabalgata estaba formada por la carroza representando a España, simbolizada por un gran león y una matrona portando la enseña nacional, y un vehículo en el que viajaban niños y niñas simbolizando al Ejército y a la Cruz Roja. Cerraba el cortejo la Música del Regimiento de Infantería “Isabel la Católica” nº 54 y una representación de efectivos del Cuerpo de Seguridad.

Por la tarde, a las cinco, la plaza de Toros presentó un lleno absoluto, pocas veces recordado, incluso con sillas colocadas en el ruedo, para asistir a la “Fiesta Española” en la que participaron coros y grupos de danza de Galicia, Aragón, Andalucía y Valencia, así como la Música del “Isabel la Católica” y la Banda de Rivadavia, cuya recaudación se destinó a nuestras tropas en Africa, y, por la noche, en la Dársena, se quemó, presenciada por miles de personas, una vistosa sesión de fuegos artificiales a cargo de la pirotecnia Alonso de Palencia.

Las fiestas de aquel verano todavía prosiguieron a lo largo de la siguiente semana con números que habían sido aplazados en su momento por la presencia de la lluvia, pero ya con notable menor intensidad.

En cuanto al Cuerpo de Seguridad, su plantilla en La Coruña estaba integrada por una fuerza de entidad Compañía, a cuyo frente se encontraba un Capitán, teniendo su Prevención en el número 108 de la calle del Orzán.

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Con relación a la uniformidad que visten los Guardias que aparecen en las fotos, pese a que en septiembre del año anterior se había publicado una nueva Cartilla de vestuario, creemos que, debido a los plazos de carencia, de uno o dos años, que se otorgaban para el cambio de las prendas que entraban en vigor, todavía utilizan el uniforme estival en vigor desde 1914, incluso con algunos elementos propios del vestido desde 1911.

En este sentido, destaca la guerrera que presenta bolsillos pectorales, desaparecidos con la Cartilla de 1920, y el pantalón largo también fuera de uso con la entrada en vigor de esta Cartilla.

Incluso, es posible, aunque la calidad de la fotografía no permite una correcta observación, que el cuello de la guerrera sea de pañete grana como lo era en la reglamentada en 1911.

Sin embargo, el modelo de casco, rematado con un ventilador niquelado y provisto de funda blanca, que vino a sustituir a la gorra de plato de piqué blanco de uso veraniego, es el referido en la precitada Cartilla de 1920.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".