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Gabriel García Mármol era sobrino y, desde 1988 hasta su muerte, mánager de Manolo Escobar. A parte de dirigir el Festival de Benidorm, el Festival de San Javier y dirigir la Sociedad Vamm Records. En el año 2016 publicó Manolo Escobar, conversaciones con un hombre bueno. De él extraemos estos dos fragmentos:

“Manolo había conocido a Miquel Roca en la época de la Transición. Jordi Pujol y él le pidieron su colaboración para llegar a los votantes de los barrios emigrantes, y Manolo les contestó que no con un argumento fiel a sí mismo hasta el final de sus días:

Yo me debo a mi público, y entre ellos hay de todas las tendencias y partidos”.

“Ocurrió tras una actuación en Mallorca y durante la acostumbrada firma de autógrafos. Cuando llevábamos ya un tiempo le tocó el turno a un matrimonio de unos cuarenta y tantos años que venía acompañado de su hijo, un joven de unos veinte, sentado en una silla de ruedas.

El joven padecía una enfermedad cerebral neurodegenerativa que, además de impedirle la posibilidad de caminar, así como una escoliosis que le obligaba a permanecer inclinado hacia un lado con la cabeza medio caída, le producía dificultades extremas para hablar. En fin, un caso clínico que inspiraba muchísima pena al ver a un hombre en plena juventud totalmente incapacitado. Al entrar en el camerino, Manolo se puso en pie para saludar al joven y a sus padres. En aquel momento la madre intentó hablar con Manolo de la razón de su visita, pero fue dirigirse a él y la emoción y el llanto no le dejaron avanzar. Entonces tomó la palabra de padre, un hombre fuerte, de aproximadamente 1,90 de altura y que, con ciertas dificultades fruto de la emoción, nos explicó el motivo por el que estaban allí.

Por lo visto su hijo no podía hablar y no era capaz de decir ni papá ni mamá, pero en cambio sí había sido capaz de decir ‘Manolo Escobar’. En aquel momento no eran únicamente los padres quienes lloraban.

Manolo tenía razón en lo referente a nuestra profesión:

– Nuestra profesión no consiste en vender entradas ni en conseguir discos de oro o encabezar las listas de éxitos. Nuestra profesión consiste en repartir trocitos de felicidad tan grandes como se pueda. Hay que devolver a la vida lo que nos da”.

 

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