30/04/2024 01:36

Soy partidario de la libertad, al menos de aquella que no conculque los pilares básicos por los que debemos regirnos. De hecho, creo que, una vez establecidas las reglas del juego, cualquier opinión o parecer cabe, siempre y cuando no sirva para coartar o limitar los derechos de los demás y, siempre y cuando, esas normas sean de igual aplicación para todos, cosa que no sucede actualmente.

Por lo que he sabido, la alcaldesita de La Coruña, una déspota totalitaria como así lo viene demostrando, además de una inepta a la hora de gobernar el rumbo de la ciudad, ha autorizado el uso de un local municipal para que los comunistas o quienes sean homenajeen a Lenin, con motivo de la conmemoración de no sé qué aniversario.

Realmente, se trata de un acto que ni me molesta ni me importa toda vez que no voy a asistir a él por propia convicción y por el significado del personaje al que piensan homenajear, un tipo que me parece deleznable. Sin embargo, si alguien, en el ejercicio de su libertad quiere ensalzarlo, tampoco tengo que poner el grito en el cielo pues, como he señalado, es su derecho.

Incluso, no me molesta y mucho menos me sorprende que la alcaldesita ceda, para este fin, un espacio municipal siendo conocedor, como soy, de su trayectoria política al frente del Ayuntamiento coruñés en el que hasta sus propios correligionarios están hartos de ella.

Sin embargo, me gustaría saber si ese talante, en apariencia, democrático lo observa esta señora con los demás, algo que dudo muchísimo. Por ejemplo, me gustaría saber si mañana autorizaría, en una dependencia municipal, la celebración de un homenaje a José Antonio o a Francisco Franco ya que de no ser así ese supuesto e inexistente talante democrático pondría de manifiesto, una vez más, el sesgo totalitario del que hace gala esta señora.

Hemos vivido tiempos en La Coruña en los que, pese a gobernar los socialistas, en este caso Francisco Vázquez, se respetaban, de forma escrupulosa, los derechos de unos y otros. Es verdad que, durante aquellos años, muchas calles y plazas coruñesas se bautizaron con los nombres de destacados socialistas y republicanos -Pablo Iglesias, Azaña, Indalecio Prieto, los hermanos de la lejía, etc.-, sin embargo, también se respetó la nomenclatura callejera existente y, de esta suerte, calles como General Sanjurjo, General Mola, Alférez Provisional, etc., convivían, en armonía, con las antes mencionadas al formar todos parte, nos guste o no, de la historia de España.

Incluso, a lo largo de aquellos años, en el acceso al viaducto de salida de La Coruña seguía presente el monolito en el que figuraba la leyenda “viaducto del Generalísimo”, en la misma medida que en el inmueble número 2 del Cantón Pequeño seguía visible la placa que denominaba aquella avenida como “Cantones de José Antonio”. Sin duda, era otro talante que propició la reiterada permanencia de Francisco Vázquez al frente del Ayuntamiento, al que yo mismo voté en todas las ocasiones, por tratarse de alguien que sabía sumar, en lugar de restar, algo poco frecuente en los socialistas y en la izquierda en general.

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Hoy vivimos otros tiempos. El totalitarismo, al más rancio estilo bolchevique/bolivariano, se está engullendo una buena parte de nuestros derechos y libertades sin que parezca que cause la mínima preocupación entre una buena parte de los españoles. La corrupción domina España hasta el punto de convertirse en la comidilla de cada día y eso que una buena parte de la prensa -aquello que pomposamente denominaban el “cuarto poder”- está comprada por el poder político y se cuida muy mucho de poner al gobierno contra las cuerdas.

En España, no despertamos cada día con una novedad capaz de insultar nuestra inteligencia. Hoy hemos sabido, por ejemplo, que la mona esa presumida de Ferrol, la “tucán”, pretende, aduciendo la salud del planeta -siempre la misma cantinela- que la gente se vista con ropa de segunda mano, en tanto que ella estrena, cada día, un modelito de Prada. Es el colmo del cinismo comunistoide, ese que se está llevando a España por delante.

Igualmente, la MEMA, otra que tal baila, sale a la palestra declinando toda responsabilidad al respecto de las consecuencias de la inoculación de la supuesta vacuna covid, aduciendo que la gente se la puso de forma voluntaria. El colmo del cinismo. Claro que se la puso de forma voluntaria, pero se olvida de las llamadas a casa para darte hora y lugar para la vacunación e incluso la exigencia para poder disponer del pasaporte covid con el que se abrían puertas que, de otra manera, estaban cerradas, amén de la campaña de propaganda subliminal para que todo el mundo se vacunase.

Y, mientras tanto, a ese pobre hombre de 80 años, por defender su vida y su hacienda contra un delincuente, lo condenan a siete años de cárcel y a satisfacer una multa. Solo falta que le exijan que le lleve flores al cementerio.

Pobre España en manos de quien está y lo malo es que nadie le pone remedio.

Eugenio Fernández Barallobre

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".
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Observador

‘cualquier opinión o parecer cabe». Pues no. El mal no tiene derechos, el error filosófico y teológico que genera errores políticos y sociales no tiene derechos.

«la libertad, al menos de aquella que no conculque los pilares básicos por los que debemos regirnos» ¿Cuáles, lo que establezca una mayoría (además manipulada) por ser simplemente mayoría? Eso ya pasó hace un poco más de 2000 años y por esa primer pilar básico por el que debían regirse, fue condenado a la muerte el Justo entre los justos». El primer acto de democracia mayoritaria que abrió lel.mundo a la modernidad satánica.
«Hoy vivimos otros tiempos». No hoy vivimos los mismos tiempos de aquellos de poncio pilato

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