28/04/2024 03:11

Como este moro hable, la hemos cagado”

Los suculentos puntos de vista del chota ´Cartagena’ prueban fehaciente y sobradamente que los maderos controlaban a la “cúpula” del 11-M. Una trama de pringados y jefazos militares en la sombra, grosso modo. Destruyendo pruebas reales, creando «islámicas» pistas a lo Pulgarcito, a grandes rasgos. Abdelkader el Farssaoui, el nombre real de ‘Cartagena`, desentraña con su solo testimonio todas las paridas, inconsistencias y falsedades oficiales que han rodeado el espanto del 11-M.

Pringados, maderos y militronchos

Pringadetes (moros y asturianos) que son elegidos para configurar las diversas tramas. En el caso de Cartagena, relevante papel: reclutador de “islamistas” radicales (a la carta) para el 11-M. Vino a España como un inmigrante más, primero arribando en la ciudad murciana de Cartagena y más tarde en la Villa y Corte, ocupándose de encabezar (como Imán) la mezquita de Takoua en el barrio madrileño de Villaverde.

A partir de ahí, los maderos (la denominada UCIE, Unidad Central de Información Exterior) hacen el resto: persuadir al ‘imán’ para que les haga un trabajito: criminalizar a musulmanes mediante la captación y creación de falsas células “yihadistas” e incitando a su «radicalización» de manera progresiva.

Cartagena, de esta forma, se infiltra en un grupo considerado yihadista formado por Serhane Ben Abdelmahid el Faket, más conocido como el “Tunecino”, Mustafá Maymouni, Said Berraj, Afallah, Lamari y otros que “conformarán” el «núcleo duro» del 11-M. A partir de aquí, todo será digno de una entrega policial hollywodense verdaderamente alucinógena(por falsaria, sucia y criminal).

Jamal Zougam y otras (tóxicas) hierbas de confites

Uno de los trabajos que le encomendó la bofia fue introducir a Jamal Zougam (el chivo expiatorio condenado como autor de la colocación de las bombas en los trenes de Atocha) en el círculo de Maymouni (el presuntamente más «radical» del grupo y condenado por el atentado de Casablanca, otra más que falsa bandera) para imputarle “un marrón” que se estaba ya bosquejo desde las cloacas del Estado, previo diseño del Pentágono . Pero Cartagena llegó a la conclusión de que no era factible ya que Zougam tenía en Lavapiés un estilo de vida demasiado “normal” (demasiado occidental, bebercio y puterío de vez cuando). Esto ocurrió en 2002 y la policía española ya tenía, entonces, en ‘cartera’, el nombre de Zougam para meterle un paquete yihadista avant la lettre. A la carta, como dijimos antes.

La supuesta (y muy forzada) radicalidad de los “moros”, cuyo líder era Mustafá Maymouni, se iría incrementando y Cartagena, tras un encuentro con el grupo “islamista”, alarmado, avisa a la policía sobre los planes de El Tunecino de movilizar a mártires, algo que no es tenido en cuenta por la UCIE, que le resta (sospechosamente) importancia y le envía, de paso, un recado al argelino, con tácitas amenazas, para que se “abra de la investigación”, por lo que éste, acojonado, coge los bártulos y se da larga fuera de Madrid.

Como este moro hable, la hemos cagado

Pero antes de la partida, Cartagena vio algo que le hizo darse cuenta en qué trama estaba envuelto: ve pasar por la zona de Atocha una moto con dos inquilinos conocidos a bordo: Berraj y el Tunecino, dos de los miembros del grupo islamista radical creado meses atrás. Les sigue hasta el conocido local VIPS (donde él había estado otro día con su controlador policial) y allí estaban ambos con, oh sorpresa: un agente policial de la UCIE. La deducción y conclusión fue demoledora para Cartagena: el Tunecino y Berraj también eran confidentes de la policía. La pregunta que surge es: ¿realmente en el grupo “radical” islámico de El Tunecino existían alguien que NO fuera confidente policial? Ya saben, Chesterton y el hombre que era Jueves.

El argelino prosigue su relato. Tras destruir la policía pruebas que obraban en poder de Cartagena, le requieren a éste para que se pire a Madrid a una reunión con maderos de la UCIE, junto a la comisaría de Canillejas. Una vez allí, le comunican que han “localizado” a El Tunecino y sus cuates, supuestos autores de la masacre de las estaciones de tren de Atocha, en un piso de Leganés. Cartagena, a colores: “¿Pero no les detuvisteis? ¡Os avisé de que iban a cometer atentados!”. El argelino no era capaz, todavía, de ver en su integridad en qué siniestro montaje estaba enfangado. Pero entonces escuchó una conversación de un, al parecer, comisario por el móvil con otra persona con una frase del policía, tan reveladora, que le abrió definitivamente los ojos: “Como este moro hable (refiriéndose a Cartagena), la hemos cagado”.

La pamema de Leganés

Una vez que cuelga el móvil ese supuesto comisario se acerca a Cartagena y le comenta qué es lo que tiene que hacer a partir de ese momento: ir a Leganés y subir a un piso situado en la calle Carmen Martin Gaite para informar de lo que allí acontezca. Cartagena no se traga el arpón, sospecha algo muy turbio y dice que ni hablar, que si aparece por allí, después de dos años de ausencia, el Tunecino le dará jaque mate porque sabrá que es confidente. Intuitivamente, o no, esta estratagema le salvó la vida, sin poder enviar al reino de Alá con sus 72 huríes (imposible al ser «suicidados») al resto del comando

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El testimonio de esos “terroristas suicidados” de Leganés hubiera sido decisivo para tumbar la pamema policial del 11-m que describe ‘Cartagena’, pero lógicamente este era un cabo que no podía quedar suelto (pero han quedado tantos, gentuza del Pentágono). Los colosales interrogantes que flotaban en el ambiente tras el testimonio de Cartagena, tantos, a saber: ¿Cómo aparecieron por allí (piso de Leganés) los otros falsos “yihadistas” del grupo del Tunecino, incluido éste? ¿Fueron enviados al piso del mismo modo que pretendían hacerlo con Cartagena? ¿Alguien les estaba esperando en dicho piso para darles pasaporte rápido al reino de Alá según fueran entrando en el piso de la calle Carmen Martín Gaite? ¿Se suicidaron de verdad cual “sacrificados” guerreros yihadistas/yigladistas?

…Quién sabe dónde, soltó en alguna ocasión Paco Lobatón. O qué sabe nadie, Raphael dixit. O P2OG, desde luego. En fin.

REVELADOR TESTIMONIO DE ´CARTAGENA` EN EL JUICIO-FARSA DEL 11-M

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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Dacasper

«El agente de la Unidad Central de Información Exterior, Antonio Jesús Parrilla, controlador del confidente ‘Cartagena’ en los años previos al 11-M, ha desmentido algunas de las afirmaciones que éste hizo ante el tribunal el 7 de marzo, como que la UCIE conocía de sobra la radicalidad y los movimientos de Serhane ‘El Tunecino’, principal organizador de los atentados, según la investigación.

El policía ha negado que conociera a ‘El Tunecino’ antes de los atentados y dice desconocer si alguno de sus compañeros lo conocía. Sin embargo, Cartegena, que era imam de la mezquita de Villaverde, aseguró que él había informado de Serhane y que, además, un día de 2003 vio cómo Serhane se entrevistaba con sus controladores de la UCIE.»

Eso es lo que decía Cartagena…

Dacasper

Un confidente muy mentiroso07 DE MARZO DE 2007

«El testigo protegido 11304 se llama Abdelkader el F., ejerció de imán en la mezquita de Villaverde y colaboró durante años con la Policía, quien el apodó ‘Cartagena’. Si menciono la identidad del sujeto es porque es casi una celebridad y su nombre y su fotografía aparecieron en mayo de 2005 en el periódico de los agujeros. De aquellos polvos, estos lodos.

Cartagena envío el pasado mes de diciembre una carta de 16 folios al Juzgado desdiciéndose de anteriores declaraciones suyas porque –explicaba- fueron fruto del miedo que tenía a la Policía. Hoy ha mentido como un bellaco y si el Tribunal no ha deducido ya falso testimonio contra el ex imán es porque corresponde hacerlo en la sentencia.»

José Luis Fernández

Esta versión de los atentados del 11M es tan poco creíble como la que defiende Luis del Pino. Ningún policía, en su sano juicio, permitiría jamás que los yihadistas siguieran adelante con sus planes para asesinar a cientos de españoles.

BdT

Muchos policías permitirían eso y mucho más. Es complicado aceptarlo y puede seguir pensando que vivimos en un mundo ideal, pero así son las cosas.

Puede usted empezar por los GAL, por los chivatazos a ETA, por Mozarowsky, etc. como comportamientos ejemplares de las cloacas del Estado. Y no digo si lo que sostienen los Royuela es cierto, que no digo que sí, ni que no, aunque en un país corrupto y totalitario como España me parece factible.

En el 11-M, por ejemplo, interesan las «pruebas» que no estaban y que luego aparecieron, por ejemplo, las que dijeron que estaban en la Kangoo. Solamente las cloacas del Estado pudieron dar el cambiazo.

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