09/05/2024 04:04
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Al menos a mí. No las he pronunciado nunca y únicamente las “escribo” para  protestar por su uso. Me dañan los heridos cuando estos vocablos: “latino” y sus compuestos– “latinoamericano” “Latinoamérica”…—

Los españoles que las usan deberían lavarse la boca después.  Mi indignación sube en forma exponencial si son los obispos hispanoamericanos quien bautiza a su Conferencia episcopal como  “latinoamericana”. ¿Tanto les avergüenza llamarla “Conferencia Episcopal Hispanoamericana? Y los escritores españoles ¿tienen tan poca dignidad y patriotismo que puedan llamar “Latinoamerica” a las naciones nacidas de la Patria hispana?…, cuando eso ocurre cierro el libro y lo arrincono.

Sinceramente,  no digiero tanta indignidad, cobardía, acomplejamiento, ausencia de personalidad, y…estupidez. Así proceden quienes reniegan de sus padres o no los conocen.

Y la causa es muy simple, son hombres que carecen de los atributos que hacen respetable y respetado al varón, incluso por sus mismos enemigos. También ocurre que, no tienen sangre o corre por sus venas una especie de horchata que anula su virilidad. Y el pueblo –cuya mente  no se diluye en profundos pensamientos filosóficos–  sabe sintetizar, en refranes y versos sencillos, su penetrante intuición como cuando dice: “Si  al oir un ¡viva España!, con un ¡viva!  no responde, si es hombre no es español, y si es español, no es hombre”. Esta afirmación nos puede orientar a la hora de juzgar a quienes usan esos vocablos infectos.

Se diría que este un tema sin importancia pero es un error que explica muchas cosas, por ejemplo, que hoy se posible  ver a la nación –¡única!” creadora  de un Imperio “civilizador” –no explotador,  como el británico– y dueña de continentes sea hoy un país del que se ríe,  con sorna, hasta Bélgica –en otro tiempo apéndice del mismo–, o  comprobar como hasta  las naciones africanas nos faltan al respeto, cruzan nuestras frontera y se ríen de nuestros policías,  incapaces de impedirles la entrada ilegal en suelo español.

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Todo ha sido posible porque hemos ido permitiendo a todo el mundo ofendernos  sin responder adecuadamente, porque nuestros gobiernos de incapacitados o de traidores, vendidos al extranjero. Pedro Sánchez es el perfecto representante de tantos otros que mpara desgracia de España tuvieron en sus manos nuestro destino. Los jefes militares norteamericanos, en la guerra de fines del siglo XIX entre USA y España, — cuando Cuba luchaba por su independencia—lo tenían claro cuando decían del Ejercito español que  lo era de “leones mandados por conejos”. Y todo eso empezó con los nefastos borbones y sus lacayos.  Su última faena ha sido “pisotear nuestra Cruzada”, con la colaboración de los ilustres traidores que engañaron a Franco, — Suárez, García Mellado, Fraga, etc., y la “divina Transición” programada en las oficinas de la Sinagoga de Satanás, y donde se redacto la santa Constitución del 78.

Cuando una nación produce especímenes de esa calidad se explica que sea posible llamar “latinos” a los hispanos…

Por suerte somos, más de los que la gente cree que confiamos en que todo camibie en un futuro, a medida que nuestros jóvenes de uno y otro lado del Atlántico conozcan bien la Historia verdadera de España y de Hispanoamérica.

No lo veré yo pero espero que mis escritos –a lo largo de tantos años-.-  contribuyan a el esperado triunfo de la Verdad histórica.

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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