14/05/2024 09:10
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3º).- Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán

Se trata de uno de los grandes hombres que ha dejado, en el cenit, la historia militar de España. Comenzó su carrera apoyando la causa de Isabel I de Castilla y se destacó durante la guerra contra el reino de Granada no solo por su habilidad y coraje, sino también por su astucia y capacidad estratégica. Virrey de Nápoles y responsable de las grandes victorias conseguidas en la campaña en Italia revolucionó el funcionamiento del ejército con sus técnicas innovadoras en las que se combinaba caballería, infantería y artillería y se cambiaba el modelo medieval de choque por una estrategia basada en la defensa-ataque. Sabedor de los altos costes que ocasionaba la guerra, siempre intentaba reducir al máximo posible las bajas de cualquier enfrentamiento y esto hizo que se ganara el respeto y la admiración de sus hombres.

Quien cambiara la forma de hacer la guerra a principios del siglo XVI y creara un cuerpo de arcabuceros precursor de los míticos Tercios acabó siendo cuestionado y rechazado por el rey Fernando el Católico a quien tantas veces había servido. Su fama era tal que el propio monarca acabó temiendo que le arrebataran su protagonismo y lo apartó del frente, le negó las recompensas que se le habían prometido y que se había ganado (entre ellas la Maestría de la Orden de Santiago) y le dejó pasar sus últimos momentos como alcalde de Loja, un puesto menor alejado de la corte y del frente. Murió el 2 de diciembre de 1515 a causa de unas fiebres cuartanas que contrajo luchando por el mismo rey que le dio la espalda.

Gonzalo Fernandez de Córdoba – El GRAN CAPITAN

4º).- Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, Gran Duque de Alba

Líder histórico de los imbatibles Tercios y azote de turcos, piratas y protestantes, se dice que el Duque de Alba provocaba tal temor en el enemigo que los holandeses amenazaban a los niños con que vendría para llevárselos si no se dormían como si se tratara de algún tipo de Hombre del saco.

Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel venía de una familia de militares y, como tal, acabó uniéndose al ejército y luchando por primera vez en tiempos de Carlos I, destacando por su coraje y por las grandes victorias que logró. Se convirtió en una de las personas de confianza de Felipe II, le acompañó a Inglaterra durante su matrimonio con María Tudor y encabezó a los ejércitos españoles en las luchas de religión contra los protestantes y las rebeliones de los príncipes holandeses. La leyenda negra habla de un hombre sádico y cruel pero parece que la realidad no era exactamente esa, sin quitar que reprimió a los protestantes con dureza y que no le temblaba la mano cuando tenía que dictar sentencias y ejecuciones.

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La guerra no parecía terminar por mucho que se sangraran las arcas del reino y la corte empezó a llenarse de rumores e historias sobre las atrocidades cometidas en el frente. Felipe II decidió sustituir al Duque de Alba por Luis de Requesens y mandó desterrarlo y exiliarlo en Uceda. Lo curioso es que, en 1580, el rey volvió a solicitar sus servicios para tomar Portugal y asumir así la corona lusa.

El Duque de Alba

5º).- Ambrosio Spínola

Considerado como el último gran militar español del siglo XVII y representado para la posteridad en Las lanzas de Diego Velázquez, Ambrosio Spínola fue uno de los grandes militares que consiguieron las últimas victorias en una guerra que se sabía perdida. De amplia formación académica, fue un gran estratega y hombre capaz que no solía embarcarse en empresas que sabía imposibles. Respetaba a sus hombres y les acompañaba en la lucha como uno más. Entre sus éxitos militares se destaca la toma de Breda en 1625. La vida en el ejército era todo lo que Spínola conocía y a lo que había dedicado tantos años de su vida. En determinado momento llegó a gastar todo lo que había ganado en la guerra y la fortuna de su familia para pagar a su tropa.

Enfrentado con el Conde Duque de Olivares, a quien consideraba un político nefasto que estaba arrastrando a la ruina al país (cosa que era verdad), el valido del rey acabó por sobreponerse e hizo que Spínola fuera relegado y vilipendiado. Olvidado por la corte, arruinado y ridiculizado por su rival político, la salud de Ambrosio de Spínola se deterioró rápidamente y murió el 25 de septiembre de 1630. Se dice que sus últimas palabras fueron ‘Honor y Reputación’.

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Spinola. Capitán general de los Tercios.

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Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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