Quería despedir el año haciendo un regalo a los lectores de Ñtv España. Primero quería agradecer a su director Ignacio Fernández Candela, su confianza depositada en mí y el ejemplo de resistencia que representa. Y agradecerles a ustedes su cariño y sus lecturas.
Les traigo una carta que puede ser que, en medio de este año de zozobra y malestar político, sea un alivio y una manera de recuperar una esencia que nos han robado. Saben ustedes que el amor y la música son temas fundamentales para mí. Hoy traigo esas palabras que pueden ustedes utilizar con su amada, su novia, su mujer o su amante. Verán cómo un toque de música alegra aquello que parecía frío y enquistado. Yo se las dedico a la mujer que quiero, ustedes hagan con esta carta lo que quieran, una lista de Spotify o la oportunidad de que al leerlas y cantarlas, estas palabras consigan que les den ese beso que llevan todo el año esperando:
Eres preciosa. ¿Sabes que nunca nadie me recordó tanto a la música como tú? A la buena música. Eres pura armonía, ritmo, acompañamiento, sonoridad, compás, simetría. Eres puro solfeo. Cada nota de tu cuerpo forma una composición tan perfecta que podrías ser perfectamente la “Novena Sinfonía” de Beethoven, el “Requiem” 626 de Mozart, o el “Hallelujah” de Hendel.
También podrías ser el mejor rock and roll de Elvis Presley, “Burning Love” por ejemplo. El «Great Balls of Fire» de Jerry Lee Lewis o el «You Never Can Tell» de Chuck Berry. Eres también el mejor flamenco de Camarón de la Isla, el mejor Pasodoble como «Suspiros de España» de Estrellita Castro o la mejor rumba de Peret, «Una lagrima cayó en la arena». Eres un tango de Gardel, una zarzuela de Luis Cobos, una ópera de Verdi, un blues de Brian Jones, «Under my thumb».
Eres también una Valkiria de Wagner, una copla de Manolo Escobar, «Sólo te pido». Una canción de los 80 de Alaska o de Nacha Pop. Eres una balada de los Scorpions o un bolero de Machín, «Dos gardenias para ti» o de los Panchos. Eres el mejor éxito de U2 o de Europe. Eres la nota más alta a la que llegó Pavarotti.
Eres el verso más bonito de Sabina, «de estufa corazón te tengo a ti» o la historia más mediterránea de Serrat, eres “Lucía” y “Penélope”. Eres la última canción que tocaron los músicos del Titanic, eres los últimos acordes que escuchó Manolete en su mente antes de morir en Linares. Eres la voz de Amy Winehouse, eres la voz de Sinatra, de Witney Houston y de Prince. Eres la guitarra de Jimi Hendrix y de Paco de Lucía. Eres como un viaje en coche escuchando a la Creedence Clearwater Revival.
Eres la chica del “Muelle de San Blas”, la que recibía versos de Manzanita, eres la del rosario del “Emigrante” de Juanito Valderrama; eres la “María” de Bisbal, la del “Jardín con enanitos” de Melendi. Eres la “chica yeye”, eres Massiel en Eurovisión, eres la “Salomé” de Chayanne. Eres “la chica de ayer”. Eres “Lady Madrid” de Leiva. Yo te quiero cantar todo esto y mucho más toda la vida.
Gracias por ser la chica que siempre estará “Mañana” de Erentxun. Eres la de los ojos del color de la Coca Cola de Fito y eres por la que muero si no siento el roce de tu cuerpo de Platero y tú. “Eres tú” de Mocedades, esa eres tú y siempre lo serás. Eres la del velero de Perales y por la que parto “Un beso y una flor” de Nino Bravo, eres “Noelia” y “Eloise” de Tino Casal.
Eres “Roxanne” de Police y eres a la que siempre estaré observando. Eres la “Layla” de Eric Clapton y me tienes de rodillas como a él. Eres esa increíble sensación que tuvieron los Ketama cuando no se acostaron porque venían de borrachera. Eres la chica que hubieran elegido los Chunguitos si les hubieran dado a elegir entre tú y ese cielo. Eres “La Flaca”, las dos, la del beso de Jarabe de Palo y la de Calamaro. Eres la que puedes ayudarme a ocupar mi mente como cantaba Black Sabbath en “Paranoid”.
Por eso, por ti, ya no vivo en el número 7 de la “Calle Melancolía”, ya no te veo igual que a una estrella como Chiquetete, ya no me preguntan qué me pasa como a Manolo Tena y ya no me envenenan los besos que voy dando. Ya no bebo hasta perder el control como los Secretos ni me siento vulgar al bajarme de cada escenario. Ya no sintonizo a los Stones cuando dan las seis como Burning. Ya no cierro los ojos como en el primer beso de Melendi, ya no doy “La media vuelta” como Luis Miguel ni me he cansado de vivir como Julio Iglesias. Ya te grito “Help” como Los Beatles y Tony Ronald, ya no tengo el “Corazón partío” como Alejandro Sanz, eso sí, yo te pintaré de primaveras este enero y bailaré pegado a ti como Sergio Dalma. Yo no te pido la luna ni creo que haya una cosa más bella que tú como Eros Ramazotti.
Te canto «Cachito, Cachito» de Nat King Cole o «Se me enamora el alma» de la Pantoja. Mi gato ni hace ay ay, ni está triste y azul. Mi gata no está bajo la lluvia como la de Rocío Durcal. Sé que probablemente de mí nunca te vayas a olvidar, ni me echarás la culpa de lo que pase. “Sueño contigo que me has dado, sin tu cariño no habría enamorado” como cantaba Camela.
Eres el «Wonderful Word» de Amstrong. Ya no te pregunto «¿por qué te vas» de Jeanette y sí me importa que digas o que hagas, no como a Luz Casal. «Antes que llegue el sol prefiero escuchar tu voz» como Coti, y quiero besarte en mi Cadillac, que ya no es solitario, como el de Loquillo. Quiero ser tu “Pandillero Juvenil”, tu Héroe del Silencio, tu “duende cómplice del viento”, tu “Delincuente habitual”, tu confidente y “los ojitos azules que ahora van a tu lado” de la Oreja de Van Gogh, tu “Torre de Arena” de Marife de Triana, tu “Amante bandido” de Miguel Bosé; quiero ser tu “Minero” de Antonio Molina y quiero llevarte en el caballo de doce cascabeles de Joselito. Quiero que me des tus manos y que sientas las mías como Miguel Ríos en “Santalucía”. Quiero ser tu “Lobo hombre en Paris”.
Quiero ser “metálico en tu jardín botánico” y llevarte a la «Escuela de calor». “Quisiera ser el eco de tu voz paras poder estar cerca de ti” como cantaban el Dúo Dinámico. Quiero ser ese «Somebody to love» de Queen y tu Dean Martin. Quiero que seas «la madre de José» y «Besos, eso es lo que quiero que besos». Quiero que seas el canario de «No me pises que llevo chanclas» y mi «Mescalina mi amor» de Los Rebeldes. La verdad es que quiero “Sorprenderte” y te estaré eternamente “Agradecido” como Rosendo.
Quiero pelear por ti como Alex y Bustamante y quiero mirar como Juanes, tu fotografía. Quiero quererte como quería Cecilia a su querida España. Quiero “pasármelo bien” como Hombres G, mirar siempre «la raja de tu falda» de Estopa y por las noches hacer contigo lo de siempre como Los Ronaldos. Porque «no puedo vivir sin ti, no hay manera», porque eres la música de mi vida. Porque como decía Mágico González: «yo no pienso, solo tengo música en mi cabeza» y tú te has colado en mi cabeza para siempre. «Solo pienso en ti» cantaba Víctor Manuel porque “seis vidas ya he quemado y esta última la quiero vivir a tu lado” que cantaba Antonio Flores, porque sin ti me siento como diría el maestro Bob Dylan, «like a Rolling Stone”
Feliz 2024. Escuchad mucha música, amad mucho y rebelaos a lo que el poder imponga. Os quiere mucho y sobre todo a ti, Josué Cárdenas.
Autor
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Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.
Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.
Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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