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Pues claro que todos queremos una justicia garantista, ser juzgados con arreglo a Derecho y tener todas las garantías procesales para nuestra defensa. Ahora bien, el orden disciplinario de las Fuerzas Armadas hay que respetarlo, de lo contrario, podemos encontrarnos de aquí a no mucho con el Ejército de Pancho Villa.
Viene al caso de comentar que el Tribunal Supremo ha absuelto (17 de julio, 2023) a un oficial de la Guardia Civil condenado por abandonar su puesto en El Tarajal antes de una avalancha humana.
La argumentación jurídica afirma, “que cumplió con su horario laboral y que no pudo prever que había una avalancha tras acabar su servicio”.
Analicemos tal argumentación. En primer lugar, el servicio que prestan los miembros de la Guardia Civil no es el mismo que el que presta cualquier funcionario, que cuando llega su hora se va a casa sin importarle las personas que tenga en ventanilla o el expediente que repose en su mesa. Y, en segundo lugar, que la avalancha se produjo a los 10 minutos de que el citado oficial abandonará el servicio, siendo difícil de admitir que la avalancha no estuviera preparándose con bastante tiempo de antelación.
En las Fuerzas Armadas, de siempre, se ha respetado la ley que nos ampara y castiga a todos, porque la ley, entre otras características, es general para todos los ciudadanos, y los comportamientos abusivos de los mandos, de producirse, tenían su correspondiente denuncia, proceso y castigo. Todos los que hemos pasado por el Ejército lo sabemos de sobra, aparte de ser situaciones excepcionales.
El abandono de un puesto en el Ejército es un delito grave, mucho más en un oficial. Y tan censurado es, que quien lo realiza es tachado de ser un mal soldado y en tiempo de guerra o grave situación, de cobarde o de connivencia con el enemigo.
Entre las tías que denuncian “acoso”, como es el caso Lourdes Cebollera, declarada «inadaptada a la vida militar», que ha puesto su recurso de revisión por acoso sexual en manos de la ministra Robles y este guardia civil que ha abandonado su servicio en circunstancias graves, el funcionamiento y la operatividad en las Fuerzas Armadas puede llegar a resentirse muy gravemente.
Y claro que todos queremos una justicia garantista, ser juzgados con arreglo a Derecho y tener todas las garantías procesales para nuestra defensa, por eso se quiebra nuestro ánimo cuando el mismo Tribunal Supremo acaba de absolver (16 de junio, 2023) a cuatro ladrones con condenas de hasta 32 años de cárcel por el motivo de que la Guardia Civil “balizó vehículos” sin autorización judicial.
Respeto a la Ley, por supuesto. Operatividad y eficacia en las Fuerzas Armadas y en los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado, desde luego.
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