21/11/2024 15:15

Porque solo controlando el Tribunal Constitucional y el CGPJ ya puede cambiarlo todo y cargarse desde la Monarquía, la Constitución del 78 y cerrar todos los periódicos o grupos de Prensa que no le sean afines. Porque su rastrero y vendido señor Conde Pumpido avalará todo lo que haga sin despeinarse, que por algo “las togas” también deben coger polvo al pasar por el camino.

Yo les aseguro que leo todo lo que escribe mi viejo compañero en “El Mundo”, Federico Jiménez Losantos, pero especialmente leo la “bomba” que publica cada domingo en “Libertad Digital”… y no tengo que decir, ya que lo he dicho repetidas veces, que ahora mismo Jiménez Losantos es el periodista español que más y mejor se conoce el comunismo actual y sus andanzas para desvirtuar o desvirgar las democracias liberales.

Por tanto, no me extraña que don “Federico” esté alarmado e intentando alarmar a todos los Poderes que estén libres del virus, casi asustado de ver el avance que aquí está tomando el comunismo escondido con el rostro de un Sánchez que se vende al mejor postor y de unas marionetas femeninas, que piensan más en lo que piensan, que en España.

Y como no juro en vano, les reproduzco el artículo de la semana pasada porque más claro y más alto no se puede decir. Aunque este pueblo sea ya como la rana que se deja morir con baños de agua templada:

Sánchez se proclama presidente del Tribunal Supremo y del Constitucional e Intérprete infalible del Código Penal y Gestor del Civil, o sea, Dictador

Una sola frase de Sánchez debería bastar para que hasta los ciegos de conveniencia vean que el huésped de la Moncloa ha decidido convertirse en dictador. De hecho, ya actúa como tal, aunque el estrecho traje del Estado de Derecho no acabe de ajustarse a sus dimensiones despóticas. La frase no sólo «pide mármol», es la fría tumba del sistema constitucional:

«Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo. No lo es. Y, por tanto, con este proyecto de ley, yo estoy convencido, y así al final lo van a concluir los tribunales, que van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados, porque no son terroristas».

La premisa del que parte el Sumo Sacerdote del Culto a Sánchez es típicamente comunista y subordina lo legal a lo que «todo el mundo sabe», salvo los jueces, ayunos de esa sabiduría, quizás por recentísima. De hecho, ni siquiera el Jehová del Socialismo del Siglo XXI tenía noticia de novedad tan importante cuando, hasta julio, juraba por Sí Mismo, que nunca jamás habría amnistía, porque era manifiesta y evidentemente anticonstitucional.

«Todo el mundo» es una mentira real y una gran verdad dictatorial. Significa que apartarse de esa creencia equivale a convertirse socialmente en Nadie. Pudo añadir que «la Ciencia lo ha demostrado sin ninguna duda», como ya ha hecho con el cambio climático, el genocidio de palestinos, la entrega del Sáhara a Marruecos o la Ley del Sí es sí, que tendrá una versión agravada con la reconsideración del terrorismo, ya no basada en lo que la ley dice, sino en lo que «todo el mundo sabe»… que conviene a Sánchez.

Será terrorismo lo que diga Sánchez

No «todo el mundo sabe» lo que definen como «terrorismo» la legalidad española y europea, que son inseparables. De hecho, Sánchez pensaba lo contrario que ahora cuando, siendo ya presidente, visitaba en el hospital a los policías malheridos por los terroristas de 2019. Pero digo «pensaba» y debo dejarlo en «decía». Le convenía ayer lo que le perjudica hoy, pero ni ayer ni hoy «pensaba» nada: ajustaba su discurso a su interés. Sánchez, como buen psicópata, disfruta de una total indiferencia semántica. El significado de las palabras es el que, en cada situación, se ajusta a sus deseos, que son los de manipular a los demás en su exclusivo beneficio.

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El problema para Sánchez es que, en España, «todo el mundo sabe» lo que es terrorismo. Y sólo una parte de la población, la que está a su lado tras el Muro que ha levantado contra la otra parte y contra España como patria común e indivisible de los españoles, prefiere olvidarlo. Sánchez puede decir que Pumpido borrará la condición de terroristas de sus aliados, y será verdad, porque para eso está Pumpido, el Jefe Técnico del Golpe de Sánchez, pero los terroristas seguirán siendo terroristas porque sus delitos existieron, sus víctimas lo padecieron y él mismo pidió su represión.

Sánchez puede decir que hay un terrorismo humanitario, el catalán, pero nadie creerá que los que asaltaron el Prat y rompieron la cabeza a los policías en «la batalla de Urquinaona» defendían los derechos humanos. Claro que lo creerán los psicópatas golpistas, condición que esta semana han acreditado en las Cortes, respaldados por la complaciente Francina Armengol, todos sus aliados, los pilares de su Poder, su apoyo para impedir la alternancia democrática que votaron los españoles, insultando, en los mismos términos repugnantemente mafiosos y despóticos, a los jueces.

Cándido Golpe-Pumpido, el primo de Zumosol del dictador Sánchez

La calaña del Gobierno Sánchez la retratan perfectamente esos aliados, mezcla de abyección moral y analfabetismo irredento. Sánchez decir que el terrorismo no es terrorismo y que el Golpe de 2017 nunca lo fue, porque ese discurso, la negación esquizofrénica de la realidad, es el del separatismo catalán, que dice que «lo volverá a hacer» pero que nunca hizo nada, o nada delictivo, o sí pero no, qué pasa. Pero la Ley de Amnistía y el borrado absoluto de su realidad delictiva sería incompleto sin el invento del lawfare contra los mismos jueces que condenaron a los golpistas, que son los redactores de la ley, con la colaboración de Pumpido y sus pumpidettes. El presidente del Constitucional es el primo de Zumosol de Pedro Sánchez.

El Preámbulo, exposición de motivos o simple excusa del delito de prevaricación en la Ley de Amnistía lo demuestra, como ya comentamos aquí apenas se hizo pública, en las ocho veces, ocho, en que la Ley asegura sobre sí misma que es constitucional. Nunca jamás ha dicho ni puede decir una ley si es o no es constitucional, salvo que, prevaricando a lo bestia, sea el Tribunal Constitucional, o sea, su presidente, quien la haya redactado. Y, en el fondo, lo que hace el pórtico pumpidiano es lo mismo que Sánchez: identificarse con el discurso delirante del separatismo catalán, que asegura estar perseguido por el Estado español desde hace varios, muchos siglos.

Y eso exonera de cualquier delito a cualquier catalán, siempre que sea separatista. Del terrorismo al latrocinio o la compra de árbitros, porque Sánchez también ha puesto su fiscalía de presa al servicio del FC Barcelona para evitar la persecución judicial del Caso Negreira, el mayor caso de corrupción en la historia del futbol y de todo el deporte español. Nada es casual en Sánchez, a nada le hace ascos, y si tiene que favorecer a Laporta, lo favorece, si tiene que amnistiar a Puigdemont, lo amnistía, si tiene que indultar a Junqueras, lo indulta, y si tiene que soltar a los etarras, los suelta. Basta llamar «apuesta por la convivencia» a la corrupción más descarada de toda la historia política española, que consiste en borrar cualquier delito de los que le ayuden impedir la alternancia democrática y lo hagan presidente.

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Sánchez lleva a España por el camino de Cuba y Venezuela

El gesto de ponerse por encima de la Ley y corregir lo que hayan decidido los jueces identifica a Sánchez con dictadores como Fidel Castro, que obligó a repetir el juicio que absolvía a dos aviadores de Batista y a condenarlos en un espectáculo de masas televisado. O al Hugo Chávez del «¡exprópiese!», como si el Gorila Rojo fuera el Tribunal Supremo. Lo era, gracias a los fiscales y jueces expulsados o corrompidos por su dictadura.

Se han cumplido 25 años de la dictadura bolivariana en Venezuela y este año se cumplen 65 de la dictadura castrista en Cuba, una modelo de la otra, ambas comunistas y ambas parte del Cartel de Puebla al que pertenece el gobierno de Sánchez en sus dos facciones: la socialista y la comunista, ambas apadrinadas por Rodríguez Zapatero, embajador de la Narcoesfera y defensor, esta misma semana, del «reconocimiento de la realidad nacional de Cataluña», mientras en Cataluña se niega la realidad nacional de España.

El sanchismo burriciego, encampanado en la plaza

La república plurinacional que, siguiendo a ZP, busca Sánchez, junto a los separatistas y comunistas que le prestan la fuerza que no tiene y a los que él les presta la legitimidad de la que carecen, tiene como gran objetivo acabar con la monarquía parlamentaria, el régimen constitucional y su base, que es la única nación que legal, histórica y políticamente ha existido desde nuestra primera Constitución en 1812, la española. Ese ese el envite. Ese es el mortal desafío. Y la cabeza de ese morlaco burriciego es la de Sánchez. Muchos confían en que el Florito europeo lo devolverá a los corrales. Pero incluso condenado a banderillas negras, la lidia nos corresponde a todos los españoles amigos de la libertad. Enfrente, encampanada, la fiera burriciega. Y por cierto, el presidente de la corrida también es un tal Pedro Sánchez.

Por la transcripción

Julio Merino

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Merino, en efecto, P.edro S.ánchez O.dia a E.spaña, porque para los rojos, ESPAÑA, su grandeza, su unidad y su libertad (Arriba España, una, grande y libre) es el ideal de FRANCO, FRANCO, FRANCO (que sigue sin gritarse por valientes en presencia de todos sus enemigos, PP incluido), el que les derrotó militar, espiritual e implacablemente en la santa Cruzada de 1936/1939 con la ayuda de los verdaderos cristianos de España y del mundo entero, los que no solo honran a Dios con los labios: Falange, Requeté, Legión, Regulares, Infantería, Ejército nacional, Legión Cóndor (de Adolf Hitler, quite usted, Merino, esa similitud con el gran Führer alemán, que defendió la España católica y patriota con sus armas y los miembros voluntarios de su movimiento), CTV, Viriatos, etc., junto a millones de españoles católicos y patriotas contentos de serlo y agradecidos a Dios de serlo.

No iguale a Adolf Hitler, Führer del III Reich alemán, con el bastardo presidente (y demás presidentes) de la puta democracia española surgida de la reanudación del odio y la guerra de 1976, por los medios que sean. Si uno evalúa los 27 libros del NT y compara las democracias y los regímenes como el de Franco y Hitler, hay que ser profundamente imbécil, subnormal y malnacido bastardo, aparte de puta vendida por un plato de lentejas, para no darse cuenta o no querer darse cuenta de la abismal diferencia entre unos y otros en cuanto al cumplimiento de la Santísima Voluntad de Dios o su radical incumplimiento. Así que, Merino, en lugar de sacar esa analogía del bastardo socialista con nuestro aliado alemán, rectifique su imagen y ponga la que sí que es fiel a la historia y no a las mentiras. Equipare a P.edro S.ánchez O.dia a E.spaña con el líder del que tanto se ha jactado su admirado Lenin español, STALIN. No manipuléis y mintáis, ñtvespaña. No seáis embusteros como los rojos. Quita esa imagen y sustitúyela por el comisario soviético georgiano. Sea usted más fiel a la verdad. Y no manipule más a los imbéciles de derechas, muy culpables aunque su soberbia se lo impida reconocer, que la imbecilidad la paga España entera mientras Dios no se lo haga pagar con la compañía eterna del padre de la mentira y de la política, de Stalin, de Churchill, de Roosevelt y de Eisenhower.

Aliena

La mamarrachada sin sentido, fácil, políticamente correcta, de meter a Hitler donde nadie le había llamado. Será que el Sr. Merino quiere hacer méritos con sus amigachos socialistas, que aunque el infame Rubalcaba ya no esté, quedan muchos, todos viles como el mismo partido. Ahora me entero, gracias al inefable Sr. Merino, de que Hitler no protegía las fronteras de su país, que mimaba a los invasores, que tenía a su país sumido en la miseria y hacía más que subir los impuestos, que regalaba a sus vecinos porciones de tierra alemana desde hacía siglos, que se humillaba de forma abyecta frente a otras potencias y dejaba que éstas legislasen sobre Alemania, que tenía un ejército birriático y lo ponía a las órdenes de EEUU, etc.

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