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Cayetana Álvarez de Toledo ha puesto el tuit estrella de la manifestación. La Constitución no se rinde ha sido el mensaje que ha lanzado la marquesa ninguneada en el PP, con un vídeo adjunto de las calles llenas de españoles con banderas de España.
Me cuesta entenderlo. Como figura literaria se denomina personificación, atribuir a un objeto una cualidad humana. Los españoles nos rendimos y nos hemos rendido desde hace ya mucho tiempo, ¿pero se puede rendir un libro, una ley fundamental, un reglamento? ¿tanta devoción se le puede tener, tanta consideración?
La Constitución no se rinde, como si fuese el Alcázar de Toledo o el frente del Ebro. La Constitución no se rinde como si fuese un matrimonio que no se divorcia, un chaval que no deja la carrera o un atleta que busca clasificarse para las Olimpiadas. Esa devoción casi mariana hacia la Constitución me lleva a pensar que la derecha vive y resiste por la legalidad y no por la legitimidad. Viven dentro de la ley y no creen que nada pueda quedar fuera. Ahora que la izquierda vive fuera de la ley, la respuesta es chiflada, desproporcionada e ingenua.
Se saca la carta de la Constitución para frenar lo que la Constitución ha provocado. La Constitución del 78 nos traído hasta aquí y ha sido el marco perfecto para una izquierda que entiende que la Constitución fue hecha para legitimarles. La izquierda pelea y lucha por valores trascendentales: el bien común, la justicia social, la igualdad… la derecha grita (pero flojito) en favor de un libro, de una legislación por la que es ridículo dar la vida. Como decía el bueno de Agustín de Foxá: «Dar tu vida por la constitución sería tan ridículo como dar la vida por el sistema métrico decimal». La constitución no es un bien moral, la Unidad de España sí. La constitución es algo reformable, la Unidad de España no. La constitución no es sagrada, la Unidad de España sí.
Debemos concienciarnos con que nuestra lucha no es lo efímera que sea una ley, sino que es tan elevada como supone una defensa eterna. El bien, lo bello y lo justo merecen la pena, aun plasmados en un papel, no son tan relevantes como lo son en el alma de quienes albergan estos honorables principios.
La Constitución del 78 pasará, España no debe hacerlo, porque es un bien mayor, una estructuración diversa formada para expandir bondad, belleza y justicia. Alejados de cualquier hermetismo constitucional podremos avanzar y construir una España vertebrada.
Los españoles unidos en Barcelona, más de 300 mil, estábamos hombro con hombro, por la traición perpetrada contra España y la Nación Española. No nos une un papel, un simple contrato, no nos une un manifiesto; nos une un bien eterno, un principio fundamental, una hazaña perpetua, una nación iluminadora: España.
Cayetana puede pensar que la Constitución no se rinde, pero pienso que si seguimos defendiendo ese texto, los que nos rendimos somos nosotros. Nos traicionamos a nosotros mismos si creemos que unos cuantos artículos, en los que cabe de todo, nos salvarán. España es la que no debe rendirse frente a los que ya se han rendido ante la autoridad constitucional. Bildu, ERC y Junts pueden responder a Cayetana: ¡Que la constitución no se rinda nunca!
Sonó la cancioncita en la manifestación a la que he cogido tirria: «Resistiré» del Dúo Dinamico. De resistir nada, a por ellos, a por ellos con vehemencia. Sin tregua, sin descanso, sin medias tintas, sin contemplaciones. La tranquilidad y la moderación han vuelto a caracterizar a la manifestación del 8 de octubre. La izquierda si observase una agresión a sus principios, (a no ser que cobren mucha pasta) quemaría las calles. «Nosotros» cantando: ¡Viva el Rey! No tenemos remedio, nos pinta lo que nos pase. Estamos atentos a lo que le puedan hacer a un papel, que lleva años empanado, antes que a lo que nos hagan como Nación. Por tanto, mi reflexión a modo de resumen: Barcelona, ríndase la Constitución y venza la Nación Española.
Autor
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Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.
Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.
Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Como decía el bueno de Agustín de Foxá: «Dar tu vida por la constitución sería tan ridículo como dar la vida por el Sistema Métrico Decimal». Foxá lo clavó. Ya dije en su momento ¿fue aquí? que yo NO ERA – NI SOY – constitucionalista sino patriota, me cansa ese babear delante de «eso» mal pensado, mal escrito, mal aplicado.
Los partidos políticos han vuelto a utilizar una manifestación para reconducir la posible alarma social que se ha creado y han sustituido a España por la Constitucion en un hábil juego de trileros.
Ya no hay patriotas españoles, hay patriotas constitucionales y los españoles se han tragado el cuento encantados.
Apoyan, precisamente, lo que los esta detruyendo
Quien más hizo por la unidad de España fue Franco y sus generales. Yagüe entrando en Lérida el 3 de abril de 1938, en Tarragona el 15 de enero de 1939, en Barcelona el 26 de enero de 1939 y en Gerona el 8 de febrero de 1939, haciendo perder el trasero corriendo a los de ERC, PSOE-PSUC-UGT, CNT-FAI, PCE, brigadas stalinistas internacionales, etc., camino de la huida por los Pirineos camino de los campos de concentración franceses del hambre y el frío atroz.
Tan grande fue la faena que en Barcelona, aquel glorioso 26 de enero de 1939, la ciudad entera, liberada de la espantosa miseria, hambre y terror rojo y antiespañol, se echó a las calles a abrazar a legionarios, regulares, requetés y falangistas cantando atronadoramente el Cara al Sol y celebrando un multitudinario Te Deum en la Plaza de España (ahora llamada Catalunya), verdaderamente patriota y conmovedor, todo un ejemplo para la Cristiandad contemporánea y la venidera, es decir, la actual y la de siempre. Aquello sí que fue una manifestación de amor a Dios y a España, pues quien ama a Dios no puede dejar de amar a España, ni siquiera siendo extranjero.
Y eso no fue todo, que las celebraciones sinceras y de corazón del triunfo de Dios y España sobre la antiespaña satánica fueron tales en la aquella española región de Cataluña, que hasta las autoridades franquistas tuvieron que poner freno a tanto festejo pasados ya tres meses desde la victoria del 1 de abril de aquel glorioso año de redención de Nuestro Señor. Fue entonces cuando se vio claramente la verdadera España en Cataluña, la inmensa mayoría que allí padeció lo que hoy padecen tantos millones de desamparados y que de nadie obtienen ayuda gobierne quien gobierne, pues ya escasean los católicos y los españoles de verdad en toda España, no digamos ya allí.
Aquello, la Cruzada, y no las manifas, pura pose que todos olvidarán en menos tiempo que les lleve a los manifestantes volver a sus casas, aquello, fue la verdadera defensa de España, y no el exhibir unas banderas constitucionales a son de fiesta y juerga, para luego olvidarse de todo y votar a cualquier partido que «habla catalán en la intimidad», es decir, que rechaza a Dios y a España en la intimidad (no en público, no vaya a ser que no les voten).
Rajoy III jefe pepero interino tardará poco en aceptar cualquier cambalache entre progres e indepes. Política, de hechos consumados del centrocuentismo desde la votación de la Ley de Reforma Política.
Exacto. Ser patriota no tiene nada que ver con ser «constitucionalista». Es más, cuando alguien utiliza la Prostitución…digo la Constitución como argumento del bien, ya se sabe que ahí anda un canalla.