Entrevista a D. Ángel Benito, director del Museo Ulpiano Checa. Por Santiago Prieto Pérez

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Colmenar de Oreja es un pueblo pequeño pero con un peso propio indiscutible en el panorama cultural de Madrid, merced, en gran medida, a la encomiable labor de la “Asociación de Amigos del Museo Ulpiano Checa y de la Historia de Colmenar de Oreja”. No sólo en la divulgación de su ilustre paisano, sino del Arte en general.

Hoy entrevistamos al presidente de la citada asociación y director del Museo Ulpiano Checa, don Ángel Benito García.

¿Cuándo se fundó la Asociación de Amigos del Museo?

La Asociación se creó en 2012 con el propósito de ofrecer al Ayuntamiento de Colmenar de Oreja, propietario del Museo, la posibilidad de realizar la gestión técnica del museo profesional y gratuitamente y, sobre todo, para desligar la gestión del museo de los avatares de la política, tomando como ejemplo el éxito que se obtuvo en el Museo del Prado cuando se adoptó una medida similar.

¿Cuántas obras integran actualmente la colección del Museo? ¿Puede visitarse durante todo el año?

Las 200 obras actualmente expuestas en el museo, entre óleos, acuarelas, lápices, tinta china, grabados, esculturas y litografías, procede en un 70 por 100 de la colección permanente del propio museo, y el resto son obras cedidas en depósito temporal por diferentes coleccionistas privados, como dos obras de la colección privada de la baronesa Thyssen, y por otros museos, como el Museo del Prado, el Museo de Historia de Madrid, o de la colección de la Comunidad de Madrid.

Ulpiano Fernández-Checa vivió mucho tiempo en París, donde adquirió fama y riqueza, pero siempre guardó un profundo cariño por la tierra que le vio nacer y por sus vecinos. ¿Cómo y cuándo surgió la idea de construir un museo que guardase viva su memoria?

La idea surgió en 1945, cuando el Ayuntamiento decidió abrir un museo con un par de obras donadas en vida por el propio pintor y con diversa documentación histórica. Unos años después, el Secretario del Ayuntamiento, don Constantino Hurtado, contactó con la mujer e hijos del pintor, y consiguió una primera donación de pinturas, con las que se formó el primer museo dedicado a la memoria de Checa, inaugurado en 1960 con apenas una quincena de obras. El museo fue ampliado en la década de 1990, añadiéndose alguna pieza adquirida por el Ayuntamiento y otras donadas por un grupo de teatro de aficionados de Colmenar de Oreja; exponiéndose entonces no más de treinta obras. Y, finalmente, el museo fue ampliado entre 2005 y 2009, incorporándose más de 100 nuevas pinturas, adquiridas por el Ayuntamiento.

Aunque todos los artistas formados en las Academias eran grandes dibujantes y con frecuencia dominaban varias técnicas, normalmente se especializaban. Una vez escogido su camino profesional como pintores, escultores o grabadores, era raro que se salieran de él. Sin embargo, Ulpiano fue pintor y escultor, brillando profesionalmente en ambos campos. Salvando las distancias, su caso se asemeja, en ese aspecto, al del francés Léon Gérôme. ¿Existe alguna carta o testimonio que indique, como en el caso del galo, que Ulpiano tuviese el deseo de dedicarse por entero a la escultura?

No, no existe, pero sí crónicas y reportajes de la época en los que se anima a Checa a seguir cultivando esta disciplina. Pero Checa no se detuvo ni en la pintura ni en la escultura, sino que también fue un magnífico grabador, litógrafo y fotógrafo, además de un demandado diseñador de vestuario y escenografía, como quedó de manifiesto en su aportación a la representación teatral de Quo Vadis en París.

Entre las obras de Ulpiano Checa hay un protagonista: el caballo en movimiento, al galope. Sin embargo, su interés por el mundo ecuestre no iba más allá; él no montaba ni apostaba en las carreras, por decirlo llanamente. ¿De dónde procede su interés por los caballos? ¿Frecuentaba los hipódromos para inspirarse? ¿Se conservan cuadernos con apuntes del natural? Y, si es así, ¿se prevé su recopilación en un libro?

Él mismo manifestó, quizá medio en broma, que su pasión por los caballos se debía al legado árabe de su pueblo, Colmenar de Oreja. Y sí, en el almacén de obra del museo conservamos varios apuntes de caballos, alguno de ellos en óleo.

Nos hemos planteado abordar este asunto de los caballos de Checa, porque efectivamente no es fácil encontrar a otro pintor con un conocimiento tan profundo de la fisonomía del caballo como Checa. Pero realizar este ejercicio podría abocar a encasillar a Checa en una sola faceta, como pintor animalista, cuando su obra destaca por muchos otros motivos.

No obstante, puedo adelantar que el Palacio de Versalles, en cuyos jardines de celebrarán las pruebas hípicas de las Olimpiadas de Paris de 2024, ha organizado una magnífica exposición sobre el caballo, para la que nos ha solicitado el préstamo de dos obras de Ulpiano Checa que exponemos en nuestro museo.

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Siguiendo brevemente con la cuestión, en el Museo Ulpiano Checa podemos disfrutar de dos de sus famosas bigas (carros romanos tirados por dos caballos), cuya influencia es palpable en la película Ben-Hur de William Wyler, del año 1959. De hecho, el reputado sello británico de discos de vinilo DECCA publicó la banda sonora de la película –a cargo del compositor húngaro Miklós Rózsa–, con una biga de Checa en portada. ¿Podría decirnos si Ulpiano Checa o, en el caso del citado disco, sus herederos recibieron alguna remuneración en concepto de derechos de autor?

El asunto de los derechos de autor ya preocupó al propio Checa, pues en 1894 protegió su obra La Naumaquia con el copyright, pues tenía constancia de que abundaban por España regulares cuadros con su firma que no se debían a su pincel, por lo que mandó publicar esta advertencia en los más importantes periódicos españoles. Pero hemos de imaginar que si hoy es complicada la protección de los derechos de los autores, a pesar de la abundante legislación que hay al respecto, más lo sería entonces. Pero, en todo caso, desconocemos si sus hijos recibieron alguna remuneración por el asunto que nos comenta.

El conocimiento del Dibujo y de los fundamentos técnicos de la perspectiva eran esenciales en la formación de los pintores de su época. Muy temprano, hacia 1882, Ulpiano ejerció como profesor ayudante de Perspectiva en la misma Real Academia de San Fernando. Más adelante, en 1900, Checa publicó en francés un interesantísimo Tratado de Perspectiva. ¿Se sabe si Ulpiano dio clases de Dibujo Técnico en París? ¿Se tradujo su libro al español? ¿Existe alguna edición accesible? ¿Han contemplado la posibilidad de publicar una edición facsímil de dicha obra desde la asociación?

No, no tenemos noticia alguna de que Checa diera clases de perspectiva en París, aunque algo de ello tuviera que explicar en su taller de pintura para señoritas que mantuvo en Bagnéres de Bigorre.

Su libro no se tradujo al español, si bien formó parte de la asignatura que su amigo el pintor colombiano Acevedo Bernal incluyó durante el período en que fue director de la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Aun hoy puede encontrarse algún ejemplar del libro, del que por supuesto hemos contemplado hacer una edición facsímil, pero por el momento no hemos podido abordar esa empresa por falta de presupuesto.

La colección del museo ha seguido creciendo tras la reciente pandemia con algunas nuevas adquisiciones: “Départ pour la fantasie” (1909); “Plaza de la Concorde” (1890) y “Crepúsculo” (1912). ¿Es cierto que la llegada del “Crepúsculo” fue resultado de una suerte de trueque? ¿Podría contarnos algún detalle de esta negociación?

Sí. Fue durante el rodaje de la película de Wes Anderson, Asteroid City, que se realizó parcialmente en Colmenar de Oreja. Se propuso a su productora, Pop-87 Films, que adquiriera esa obra –que en esos momentos estaba en subasta en la sala Durán de Madrid– para el museo, a cambio de facilitar el rodaje de la película en determinados edificios públicos, como así sucedió finalmente. En este sentido tenemos que agradecer la sensibilidad y generosidad del productor Fernando Victoria de Lecea.

Como ya hemos mencionado, la “Asociación de Amigos del Museo Ulpiano Checa y de la Historia de Colmenar de Oreja” aglutina las voluntades de numerosos vecinos en defensa de su patrimonio histórico-artístico. Una labor encomiable que desde hace años ha situado el pueblo en el mapa cultural de Madrid. ¿Quiénes integran la asociación?

La Asociación está formada por personas muy distintas y de muy diferente formación, desde arquitectos, ingenieros o físicos, hasta agricultores, electricistas o amas de casa, a todos los cuales les une tanto la pasión por la obra de Ulpiano Checa como el innato cariño por Colmenar de Oreja.

El Museo cuenta con una página web muy completa. Háblenos un poco más de la actividad de la asociación. ¿Cuáles son las funciones de sus miembros? ¿Hay algún tipo de especialización?

La faceta en la que más miembros intervienen es en el seguimiento de la obra de Ulpiano Checa que se vende y compra en subastas de todo el mundo. También invertimos mucho tiempo en la investigación de la vida y obra de Checa y de la historia de Colmenar de Oreja. Asimismo, atendemos a las cuestiones que sobre ambos asuntos nos plantean estudiantes, investigadores, instituciones, etc. Pero también nos ocupamos personalmente de realizar los montajes de las exposiciones temporales, del mantenimiento de las salas, cartelas, iluminación, distribución de obras… es decir, que cada uno aporta la parte de su tiempo que puede, aunque su solo apoyo como miembro de la Asociación nos reconforta y da apoyo moral para seguir trabajando.

Recientemente, ustedes han adquirido también un retrato del compositor Gaetano (o Cayetano) Brunetti, músico al servicio de Carlos IV e ilustre vecino de Colmenar de Oreja. Si es tan amable, cuéntenos algo de este personaje y de su vinculación con Colmenar.

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Durante gran parte del siglo XX, el período clásico de la música se consideró un fenómeno centroeuropeo, marginando las contribuciones de otros países, incluida España. Afortunadamente, esta perspectiva estrecha ha sido corregida. De hecho, investigaciones recientes han constatado que las últimas décadas del siglo XVIII fueron testigo de un período dinámico de modernización de la cultura musical española debido a la intensa creación, difusión y copia de música. Cayetano Brunetti (1744-1798) fue un contribuyente vital en el resurgimiento musical de España.

Muy pocas de las obras musicales de Brunetti se publicaron durante su vida y, en consecuencia, permanecieron prácticamente desconocidas durante casi dos siglos. Después de un puñado de ediciones musicales, grabaciones y artículos de revistas de finales del siglo XX, el profesor Germán Labrador publicó en 2005 un catálogo temático completo que incluye un resumen biográfico, detalles relacionados con las fuentes manuscritas y ensayos sobre los diversos géneros de las obras de Brunetti. Su trabajo, el de los profesores Raúl Angulo y Gustavo Sánchez de la Universidad Autónoma de Madrid, Toni Pons de la Asociación Ars Hispana, y de la Camerata Antonio Soler, ha sacado a la luz la ingente y extraordinaria obra del, acaso, mejor compositor español de todos los tiempos.

La vinculación de Cayetano Brunetti con Colmenar de Oreja es estrecha, pues aquí se casó (1762), aquí tuvo su casa y hacienda, aquí crió a sus hijos y aquí murió y fue enterrado (1798), lo que convierten a nuestra ciudad en el referente mundial de la vida del compositor. Para los amantes de su música –hoy ya conocida y demandada en los cinco continentes– Brunetti es indisociable de Colmenar de Oreja.

¿Tienen ustedes algún tipo de convenio con la Comunidad de Madrid para incluir el Museo Ulpiano Checa en un circuito de visitas culturales para colegios, institutos o universidades?

No, no lo tenemos, pero esperemos que en algún momento los responsables culturales caigan en la importancia de nuestro museo para promocionarlo como realmente se merece.

En el Centro Municipal Ulpiano Checa puede contemplarse actualmente, además de la colección permanente, la exposición titulada “El beso que no es de Rodin. La escultura en Europa de Gérôme a Benlliure”. Una muestra fantástica que nos ofrece una magnífica selección de esculturas de finales del siglo XIX y principios del XX pertenecientes a la colección particular de don Julio Alberto Plaza. ¿Han recibido algún tipo de apoyo económico del Ayuntamiento de Colmenar, Comunidad de Madrid u otras instituciones públicas o privadas para hacer posible esta exposición?

Afortunadamente, don Julio Alberto Plaza ha cedido gratuitamente sus obras para esta soberbia exposición, que ha sido montada, también gratuitamente, por la Asociación Amigos del Museo, de la que don Julio es miembro de su Junta Directiva. El Ayuntamiento ha financiado las peanas de las obras, y la empresa minera SULQUISA, radicada en Colmenar, financió los magníficos catálogos.

¿Tienen previsto albergar en sus salas otras exposiciones temporales en un futuro cercano? ¿Podría adelantarnos algo acerca de sus próximos proyectos?

Claro. Una vez termine la presente exposición en diciembre de 2023, tenemos ya comprometida la siguiente, que se hará con la obra pictórica de Eduardo Martínez Vázquez (1886-1971), quien en 1915 obtuvo la segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes con La plaza del Feudo y en 1924 la primera con Las nieves del Cirbunal. Y aunque a lo largo de su vida realizó gran número de exposiciones, tanto en España, como en el resto de Europa (Londres, París, Berlín Venecia, Bruselas) y América (Filadelfia, Pittsburg, Panamá, Buenos Aires, Rosario, Santiago de Chile, Montevideo), no ha sido valorado como realmente se merece.

Muchísimas gracias, don Ángel, por su impagable labor en la promoción de las Artes, por dar a conocer su bello pueblo, por honrar al egregio artista Ulpiano Checa y por su generosidad al compartir su tiempo y saber con nosotros.

Por nuestra parte, hasta aquí hemos llegado, no sin antes recomendar a nuestros lectores que visiten el Museo Ulpiano Checa de Colmenar de Oreja y disfruten de la gastronomía, del hermoso paisaje y del magnífico patrimonio histórico-artístico¹ de este precioso pueblo del sureste de Madrid.

Santiago Prieto Pérez 22-08-2023

1 Véase la iglesia de Santa María la Mayor y el convento de la Encarnación.