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Al globalismo se le puede definir como un sistema ideológico que promueve la concentración de poder a escala mundial, así como la transferencia de la soberanía de las naciones, a entidades supranacionales. Para lograrlo propaga un conjunto de ideas que, de manera directa o indirecta, conllevan a la disolución del Estado-Nación Soberano y las libertades individuales.
Su comienzo se vincula a la creación de la Organización de las Naciones Unidas.
Frente a este globalismo cada vez más promovido y aplaudido podemos contraponer el término glocalismo, siendo este movimiento el que caracteriza a una comunidad que es capaz de «pensar globalmente y actuar localmente”.
Desarrollar un proyecto local, sin caer en los nacionalismos pueblerinos, supone la oportunidad que se nos brinda en un proyecto municipal en el que integremos la globalización con las características propias de cada uno. Y esta oportunidad se puede plantear en la elaboración de los programas políticos municipales para el próximo mes de mayo.
Por primera vez en mi vida voy a participar como candidato en unas elecciones municipales y mi intención es glocalizar algunas propuestas del programa para Torrevieja.
El primer intento para su desarrollo es cambiar la “b” de globalización y de bobo por la “c” de glocalización, de corazón y cariño por lo propio.
Por eso un programa de propuestas glocalizadas deben surgir del corazón y del amor que se tiene a las tradiciones y costumbres propias sin caer en el aldeanismo.
Intentando elaborar un programa glocalizador para Torrevieja, encuentro un informe financiado por fondos europeos (FEDER) para la realización de un estudio técnico-científico sobre los usos terapéuticos de la salmuera y peloides de la laguna rosa de Torrevieja, realizado por la Facultad de Medicina de la Complutense de Madrid, por su Escuela Profesional de hidrología e hidroterapia médica, durmiendo el sueño de los justos desde hace dos años. Este informe puede, si se sabe utilizar, no solo cambiar la economía de la ciudad sino glocalizar Torrevieja, ya que se usaría uno de los símbolos más definitorios de la ciudad como la laguna rosa de la que se extrae la sal y un proyecto para usar los peloides, que son los lodos residuales y la salmuera de dicha laguna, con los cuales y según dicho informe se pueden curar enfermedades de la piel, enfermedades reumáticas y fabricar productos cosméticos naturales con un efecto rejuvenecedor y regenerador de la piel comparable al que se obtiene de los lugares más icónicos en el mundo, como es el Mar Muerto en Israel , Carhue en Argentina, o las salinas de Sečovlje en Eslovenia.
Esto es glocalizar, o sea utilizar un recurso local tan característico como las salinas de Torrevieja como propuesta estratégica para atraer turismo de salud, promover una industria de cosmética del primer nivel o producir productos sanitarios para mejorar las enfermedades de la piel tan graves como la psoriasis. Esa nueva fuente de turismo de salud alrededor de un centro de hidroterapia y talasoterapia no solo generaría un recurso turístico nuevo, cambiando la oferta de sol y playas, por otra de turismo vinculado a la salud. Torrevieja puede transformarse en un centro de investigación y desarrollo de los productos derivados de la salmuera y los peloides, con la posibilidad de construir el complejo desarrollado en unos antiguos barracones abandonados que existen en la zona de las salinas y adaptarlos a esta nueva función de centro de hidroterapia, centro de I+D, y desarrollar industrias de cosmética y productos sanitarios que llevarían el nombre de Torrevieja y su laguna rosa por todo el mundo. Por otro lado, puede ser una sede universitaria con un contenido muy especial, ya que la facultad de medicina puede plantearse que Torrevieja sea el lugar ideal para realizar la especialidad de hidroterapia e hidrología médica, que también glocalizaría a Torrevieja en el mundo de la ciencia y del conocimiento.
De esta forma, y con esta propuesta, estaríamos pensando globalmente al generar un recurso económico a nivel mundial y actuando localmente al aprovechar uno de los símbolos que caracterizan la ciudad de Torrevieja y cambiando así no solo el modelo de ciudad sino pasando a ser un lugar atractivo para el talento, la ciencia y la cultura.
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