21/11/2024 14:48
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El segundo díptico, titulado Del ayer remoto, incluye dos ensayos: La España romana y lo hispano y Silueta del Reino asturleonés. Exponen las principales tesis de Sánchez Albornoz sobre la historia y la esencia de España, especialmente el segundo, desarrolladas en sus obras más famosas: España: un enigma histórico y Orígenes de la nación española.

En el primero, La España romana y lo hispano, leemos cosas como estas:

Y Roma tuvo que luchar en ella por espacio de dos siglos con una serie de pueblos inconexos o enemigos, que no se cuidaban los unos de los otros y que si no se ayudaban entre sí tampoco se dejaban abatir por las derrotas del vecino.

Roma unifica Hispania, hace a España.

Se unifican los trajes y las costumbres y, lo que es aún más importante, la lengua, las ideas y el derecho.

No resucitaron jamás tras ella las viejas lindes entre las viejas tribus. Se falsea la historia cuando se quiere enlazar con estas divisiones tribales prerromanas los reinos de la Reconquista o los extremos regionalismos de hoy.

Pero tras la caída de Roma:

Una parte de esas gentes jamás se sometieron a los godos. Los historiadores latino-góticos llamaron vascos a esos pueblos rebeldes y los arábigos les presentan hablando una lengua dispar de la que oían a los otros españoles y practicando bárbaras costumbres.

Un suceso especial hará que la historia de España sea única y diferente de la del resto de Europa:

Pero el acero de la espada española se ha forjado en la lucha multisecular con el Islam. Ha sido en el curso de la misma cuando se han acentuado, superado o cambiado las calidades hispanas primitivas. Ha sido a través de esas rudas jornadas cuando se ha hecho en realidad España… Sin esa invasión ocurrida en el momento crítico en que la monarquía hispano-goda se deslizaba deprisa hacia un estado de tipo basállatico, el siglo VIII español hubiese conocido, como conoció el siglo VII franco, el surgir de una sociedad nueva basada en puras relaciones beneficiales y de vasallaje.

Y unas reflexiones para la actualidad:

Hay menos diferencias entre un barcelonés y un madrileño que entre un marsellés y un bretón o un normando en la vecina Francia.

Y un juicio de valor discutido y discutible:

La falla ha estado en la desgraciada caída del gobierno de España en manos de los Austrias… caída que les impidió ver claro en el problema de la unidad política de la península y procurar su inteligente fusión regnícola.

La caída fue desgraciada, porque el destino de España estaba en la unión con Portugal y en la conquista del norte de África, que era la continuación de la Reconquista más allá del Estrecho, y no en enredarse en los problemas del centro de Europa, multiplicados por la Protesta. Pero al fin y al cabo los Habsburgo acabaron siendo españoles. Mucho más desgraciada fue la caída en manos de los Borbones, y aún no han acabado en la labor de deshacer el Reino.

El ensayo tiene también varias referencias de los romanos a la belicosidad de las tribus prehispánicas:

No como Italia ni como parte alguna de la tierra, España era a propósito para prolongar las guerras por la naturaleza del país y de sus habitantes; Tito Livio.

Prefieren la guerra al descanso de modo que si les falta enemigo exterior lo buscan en casa; Pompeyo Trogo. Del mismo: Tienen preparado el cuerpo para la fatiga y la abstinencia y el ánimo para la muerte. Dura y austera sobriedad en todo.

Dureza de los cuerpos, vehemencia del ánimo; Plinio.

Silueta del reino asturleonés es un ensayo largo en el que, como dicho, se exponen las ideas de Sánchez Albornoz sobre el nacimiento y diferenciación de España respecto del resto de Europa, a causa de la Reconquista:

Si los musulmanes no hubiesen conquistado España en el siglo VIII, los españoles no habrían conquistado América en el XVI.

El Islam se extendió por muchas y muy diversas tierras, solo de España fue expulsado. Pero me parece igualmente seguro que la Reconquista afirmó nuestras características ancestrales y que esa afirmación nos permitió, podríamos decir mejor, nos empujó a realizar la gran aventura americana. Creo haber logrado demostrar en mi España un enigma histórico como antes de 1492 eran los castellanos proclives a las bélicas y caballerescas hazañas. Fueron ellas los prolegómenos de las magnas y a veces inverosímiles de los conquistadores.

Solo desconociendo la realidad de nuestra historia medieval ha podido caracterizarse a España como fruto de la simbiosis entre cristianos, moros y judíos. ¿Simbiosis? No, cien veces no. Batalla, áspera batalla. La Reconquista, lo he dicho repetidamente, fue un brutal y terrible enfrentamiento entre cristianos e islamistas. Entre españoles norteños, fieles al hijo del hombre, y los conversos al islam regidos por una minoría de orientales… y no solo entre las dos Españas, sino entre la España cristiana y tres oleadas africanas. Están tintas en sangre las páginas de estos largos, largos siglos. Especialmente desde Covadonga hasta la hasta el Salado (722-1340).

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Ahí está contradiciéndo las tesis de Castro.

Repito, el islam extendido y arraigado en multitud de tierras, desde el Atlántico a la India, solo de España fue expulsado. Grande y difícil aventura. He calificado la Reconquista de clave de la historia de España y he probado que lo fue.

Fue la Reconquista la ambiciosa pretensión de conquistar de nuevo la tierra madre de España. La idea de realizar esa restauración surgió pronto en las montañas de Asturias pero antes de que surgiera había ya comenzado a ponerse por obra.

La idea de la reconquista del solar nacional hispano, como ideal supremo y suprema esperanza de la guerra contra los islamistas había cuajado, por tanto, en Asturias en el último tercio del siglo IX.

Ese fue el “hecho diferencial”, y estas las implicaciones: España fue el escudo guardó a Europa y además la maestra:

Un siglo, 2, … 7, y no solo se afirmó durante ellos nuestro áspero talante histórico ancestral. Maduró una extraña sociedad sin feudalismo primero y sin burguesía luego…
…. Durante esos siglos la cristiandad hispana fue la rodela de Europa y su maestra.
¿Rodela de Europa? Sí, sin nuestro sacrificio no hubiese podido cuajar la Europa abuela de la nuestra… No habría dispuesto del sobrante de vitalidad que vertió en las cruzadas, de acción decisiva en su transformación social y económica.
Pero España fue, además, maestra de esa Europa cuyas proyecciones culturales han llegado hasta hoy.
¿Rodela y maestra de Europa? Sí, sin nuestro sacrificio la Europa abuela de la nuestra, no hubiese podido madurar, pero ¿cómo pudimos ser a la par su maestra?… Sí La España cristiana transmitió a la Europa ultrapirenaica los saberes de los musulmanes orientales y españoles.

Dos procesos históricos facilitaron el contagio de la cristiandad española por las creaciones espirituales islámicas. Hace décadas que conocemos bien la inundación humana del Reino de León por catervas de mozárabes durante los siglos IX y X.

Además del contacto con la civilización musulmana es necesario también el contacto con la cristiandad para la transmisión de los saberes. Eso tiene lugar mediante el culto jacobeo que integra a España en la cristiandad:
… Fueron las peregrinaciones a Compostela el vínculo inicial que unió a Occidente con la cristiandad hispana.

He dedicado un libro a estudiar ese maestrazgo y explicarlo, a explicar y estudiar el maestrazgo de la España cristiana sobre Occidente, maestrazgo que llega hasta las altas cumbres de Santo Tomás y Dante… Es frecuente hablar con embeleso de los traductores de Toledo… pero se olvida que ese maravilloso trasvase espiritual no habría sido posible sin la previa conquista de Toledo.

El artículo trata ahora de las diferencias entre los tres reinos del noroeste (Galicia señorial, León cortesano, Castilla separatista…):

Tres regiones diferenciadas histórica e institucionalmente surgieron en la cristiandad norteña. Galicia, pérdida siempre en los confines del noroeste hispano; León, en la tierra de fuera como decían los galaicos, con el nuevo centro político de la monarquía establecido en la antigua Legio Septima Gemina, y el oriente, castilla toma hija de cántabros, de vascones y de godos.
Galicia había apenas padecido la invasión islámica. Había conservado su vieja organización social y económica y vivía enclada en el ayer lejano como había vivido siempre al correr de la historia.

León recibió corrientes migratorias de la Galicia del noroeste y de la Asturias norteña. Pero establecida la Corte al amparo de los viejos y fortísimos muros de la antigua ciudad romana, atrajo, empero, masas de gentes de categoría que medraron en torno a la realeza.

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Fue la lejana Castilla la que más sufrió de los zarpazos musulmanes. Había surgido en un cruce de caminos; los que procedentes del Mediterráneo avanzaban hacia el Cantábrico y Galicia, y podía recibir fácilmente ataques islámicos. El valle del Ebro facilitaba el acceso hasta ella de las huestes sarracenas… podría recibir duros zarpasos y los recibió sin intervalos desde fines del siglo VIII hasta principios del X… Solo a fines del siglo IX se pobló la lejana Burgos. Al sur quedaba siempre la llanura desierta. Hasta el 1912 no se logra alcanzar la orilla del gran río. Alejada del umbilicus regni – de León – no atrajo a la aristocracia, hechura de la realeza, y vio surgir y perdurar masas de hombres libres, pequeños propietarios o enfiteutas.

Galicia señorial, León cortesano, Castilla separatista…

Castilla, la llanura vacía pero sin el reservorio galaico astur que tenía León… Y contra lo que la leyenda ha pretendido -aludo a la fábula del conde único y soberano- regido por una baraja de condes, por la realeza designados pero de ella muy distantes…

Ya a comienzos del siglo X se inició la resistencia de los condes castellanos… la decadencia vital de los reyes leoneses de la segunda mitad del siglo X -León llego a estar regido por un niño y una monja- facilitó la aventura de Fernán González y de sus sucesores…

Las diferencias históricas de Galicia y Castilla en esta época hubieron de apartar, andando el tiempo, las creaciones literarias de ambos pueblos. En tierras gallegas triunfó la lírica, y en la Castilla batalladora y joven históricamente nacieron y triunfaron los cantares de gesta, en una atmósfera de silencio lírico….

Sánchez Albornoz también se refiere al mayor poder de los reyes en los reinos del Occidente español en relación con los del centro de Europa, lo que evitaría que cuajara el feudalismo:

… fuera de los períodos de aguda crisis del poder soberano como consecuencia de los temibles zarpazos de Almanzor y con excepción de la época de secesión de Castilla, la autoridad regia fue, empero, bastante fuerte para que el régimen señorial no alcanzase fuerza ni siquiera lejanamente pareja, de la que había conseguido allende el Pirineo.

Y concluye:

… la Reconquista, clave de la historia de España y muy especialmente clave de la historia astur leonesa… ¿Clave de esos tres primeros siglos de la cristiandad española enfrentada con el Islam y aún de toda la historia hispana? Sí, no me cansaré de repetirlo. Lo he probado en mi España, un enigma histórico y en mis Orígenes de la nación española. E invitó a contradecirme a quien pueda hallar otro motor a nuestra vida nacional…

Y más aún:

… hasta 1492 el Mundo director de la vida de la humanidad había vivido en torno al mar Mediterráneo. Porque España fue como fue a través de ocho siglos, Occidente dio un salto por encima del océano tenebroso y convirtió al Atlántico en el mar de la civilización y en eje de la vida del hombre.

Interesantísimo.

Autor

Colaboraciones de Carlos Andrés
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