Que os voten Chapote y Bolinaga. Por Eduardo García Serrano

Pues Dios jamás se presentó a unas elecciones, nunca fue político, incluso rehuyó ser nombrado Rey, por supuesto insistiéndonos siempre que abandonásemos toda hipocresía, vanidad y mentira, rechazando a los falsos profetas (políticos) y su levadura. Se enfrentó a todos los partidos de su época (fariseos, escribas, saduceos, herodianos, zelotes, etc.) y le crucificaron, ignorando sus incontables milagros (obras de Dios), porque cada vez más le seguían y eso era un peligro político para el sanedrín (parlamento de su tiempo), es decir, que Jesucristo fue declarado inconstitucional, por así decirlo. Bien se puede decir que político es lo contrario al santo, como el demonio a Dios y como la mentira es opuesta a la Verdad. A Dios le presentaron los judíos y el cobarde Poncio Pilato a la fuerza a unas elecciones entre Él y Barrabás (el que nos eligió para vivir, sometido a elección. Mayor ultraje no cabe concebir). Y las perdió el Señor. Pero todavía queda gente que cree que puede mejorar los resultados electorales de Dios, que a la respuesta de Quis ut Deus?, responden que su partido político sin duda alguna. Es gente que no cree realmente en Dios, ni lo conoce ni le ama, que no le deja hacer según su Santísima Voluntad ni en sus vidas ni en las de los demás, prefiriendo la soberbia de creer que la vida de cada cual y los latidos de su corazón dependen en exclusiva de sus «merecimientos», gente que cree poder «cambiar el mundo, transformarlo» para «bien común» (aunque este tal «bien común» divide totalmente en cuanto a su concepción y concrección. Y eso que el Señor nos advirtió que nuestro lenguaje fuera claro y diáfano), aunque siempre lo transforman, en efecto, para mal o para peor incluso, gente que piensa que sin política, ese ídolo abominable sinónimo de mentira, engaño e hipocresía, ya no habrá futuro, gente que «justifica» al Iscariote o a Caifás porque satanás es incomparablemente peor que esos dos. No piensan que la política es precisamente el mal que nos ha traído a la situación actual. Y nada, no hay manera de apearles del burro. El 23 de julio próximo, más del 50% de los españoles mayores de edad, volverán a caer en las redes de satanás votando. Luego se quejarán entre las llamas del infierno, porque ya no habrá otra expulsión del Paraíso como la de Adán y Eva. Como decía el P. Pío, «creerán, sí, pero cuando ya sea tarde».

Lo malo es que a Sanchez y a Feijoo les votaran los secuaces de Chapote y de bolinaga…y una pila de millones de españoles detras

Lo mismo pienso yo.

¿Y porqué se presenta Falange o las falanges a las elecciones?¿Acaso son ahora demócratas como todos los otros? Mal presagio. Lo mejor que ese grupo podría hacer es instrucción militar y dejarse de circo de mentiras y engaños.

Don Eduardo García Serrano, si usted es verdaderamente valiente (o en términos militares, si usted tiene cojones, que estoy seguro de que sí), es decir, fiel a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, usted verá lo que hace censurando estos asertos. Le reto a que los rebata uno a uno o los que ud. crea erróneos, antes de censurar como a ud. le han censurado lamentabilísimamente en una cadena de televisión que más que toro, ahora es vaca lechera.

Votar es un acto de confianza en quien miente, en satanás y sus vástagos. Y el que miente y admite la mentira sirve a satanás.
Votar es desconfiar de Dios, del abandono en la divina providencia.
Votar es negar que sin Dios nada podemos hacer.
Votar es un acto propio de herejes pelagianos, que ven la salvación en la acción de hombres de probado carácter embustero y pervertido.
Votar es adorar la mentira, el engaño, la manipulación y la hipocresía.
Votar es actuar como Eva y Adán en el Paraíso.
Votar es un acto de idolatría, un acto similar a quemar incienso por un césar.
Votar es dar consentimiento a la mentira, el engaño, la manipulación y la hipocresía, sinónimos todos ellos de política de cualquier signo.
Votar es un acto de estadolatría, de elevar la democracia a categoría de «dios» o ídolo intocable.
Votar cercena la libertad del crucificado, le ata las manos para que actúe y reine Él.
Votar no es un acto desinteresado ni caritativo, no es acto de donación alguna, quien diga lo contrario es siervo fiel de satanás, que no de Dios.
Votar es aceptar y consentir la locura de la elección entre Jesucristo y Barrabás, cuando es Dios el que nos elige a nosotros.
Votar es propio de los que no ven más vida que la terrenal y presente, no para los que miran a la vida eterna.
Votar es usurpar el trono y el poder que solo corresponde al Rey de reyes y Señor de señores.
Votar es vender la propia alma, prostituirse, por un plato de lentejas.
Votar es engañar y engañarse, pero a Dios nadie le engaña.
Votar es emitir un juicio cuando el Juez es Dios.
Votar es abusar de la Infinita Misericordia de Dios.
Votar es elevar a papas políticos, que no de Dios, por encima de Dios mismo, es papolatría a conveniencia de cada opción política conservadora o progresista.
Votar es apoyar el aborto, la eutanasia, el divorcio, las parejas de hecho o concubinatos y amancebamientos, la manipulación de embriones, la pornografía, la prostitución de todo tipo (incluida la infantil), la corrupción de menores incluso en los colegios, la perversión generalizada, el sexo como artículo de consumo, el odio a la familia, la maternidad, la paternidad, el gravísimo ultraje al matrimonio (sacramento que unió a la Santísima Virgen María y a San José entre muchísimos santos y santas casados).
Votar es condenar al hambriento, al sediento y al menesteroso por interés puramente egoísta.
Votar es quitar libertad a otros, don de Dios, Verdad encarnada, en exclusiva.
Votar es apoyar la sodomía y la ideología de género y la lgtbi+, espantosamente impíos e inmisericordes con el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, todo por conveniencia electoral.
Votar es servir al dinero y al becerro de oro completamente cegado.
Votar es un acto cobarde y miserable que nada tiene en común con la valentía de los mártires cristianos, que no se sometieron a idolatría a césar o comisario rojo alguno con apostasía ni aún teniendo que morir por ello.
Votar es traicionar a Dios mismo cambiándole por un ídolo demoníaco, reconocer que el poder ha de estar en manos de un siervo de la mentira y de satanás y no de Dios.
Votar destruye la sinceridad de la oración, los ayunos, la mortificación, los sacramentos (especialmente la Eucaristía) y la vida de fe.
Votar es un acto de contra fe y contra esperanza.
Votar es un acto contra la Santísima Voluntad de Dios, cambiando su Palabra y sus mandamientos por una ley precepto de hombres que es vana y que conduce al infierno.
Votar es hacerse responsable y cómplice de los crímenes, delitos, corrupción y latrocinios que los políticos no paran ni han parado de cometer.
Votar es cometer un acto de irresponsabilidad contra la propia salvación eterna.
Votar es prolongar la agonía del mundo, impidiendo a Dios reinar en nosotros.
Votar es un acto propio de ateos o apóstatas, de personas que no creen en Dios, por mucho que lo invoquen solo con los labios.
Votar es despreciar y desobedecer a Dios Todopoderoso, a su Santísima e Inmaculada Madre y confiar en la diplomacia y la política frente a amenazas para toda la humanidad, como aquella de la que se nos advirtió en Fátima en 1917.
Votar es alejarse del Señor Jesucristo, que nunca fue político ni aspiró a poder terrenal alguno.
Votar es tener las mismas aspiraciones siempre frustradas como las de los que gritaron ¡crucifícale!.
Votar, siendo uno católico, es tratar de instrumentalizar a Dios en beneficio propio y de su partido político.
Votar es un acto de interés puramente materialista y mundano.
Votar no es propio de corazones puros, que no toleran la mentira y que aman la Verdad, que es Nuestro Señor Jesucristo.
Votar es unirse a la corriente mayoritaria que va camino de la perdición y que no es lo suficientemente valiente y noble para seguir el estrecho y tortuoso camino de cruz a la salvación.
Votar es un acto de hipocresía e incoherencia con la fe en Cristo.
Votar es un acto de insensatez e irreflexivo, es propio de personas drogadas o «medicadas» que están impedidas para meditar la Palabra de Dios y para amarle cual merece.
Votar es un acto irresponsable en cuanto a las consecuencias presentes y futuras que puede acarrear el voto sobre el votante y sobre todas las demás personas.

«Dios jamás se presentó a unas elecciones,»
A unas elecciones NO, pero a un plebiscito si lo presentaron con Pliatos…y lo perdio

NO
Solo se presenta una FE-JONS
Y a hacer instruccion militar vas tu que en el Tercio cogen a cualquiera

Así es. Poncio Pilato bien sabía que el Señor es inocente de todo cargo, que fue entregado por envidia, porque muchos le seguían y mostraban mucho más cariño que a los fariseos hipócritas, que veían en Jesucristo no al Hijo de Dios esperado, no, sino a una amenaza política a su status privilegiado político.

Poncio Pilato intentó desprenderse del Señor de tres maneras para evitar condenarle por presión de los fariseos. Primero lo envió a Herodes, luego lo ofreció como indulto por Pascua, y los judíos prefirieron a Barrabás, un asesino, y, por último, intentó «reblandecer» a los fariseos azotando cruelmente al Señor. Finalmente, presionado por masas cada vez más enfervorecidas, optó por el gesto de lavarse las manos.

El mismo Señor le confirmó a Poncio Pilato que su pecado no era tan grande como el de aquellos que le entregaron y que su Reino no es de éste mundo, luego no es el «rey de los judíos» que Poncio Pilato le puso como título blasfemo, sino Rey de reyes y Señor de señores, el que detenta el Nombre sobre todo nombre, ante el cual toda rodilla se doble en Cielo, tierra y abismos. Aún así, Poncio Pilato fue un cobarde, pues no hizo lo que debía en conciencia, soltar a Jesucristo sin cargo ni castigo alguno.

Lo importante es que los judíos tenían en Cristo expectativas de mesianismo político que vieron frustradas, y eso que habían sido testigos de milagros que solo Dios podía hacer, incluido el de mostrar que tiene poder sobre la muerte (resurrecciones de Lázaro, de la hija de Jairo, del hijo de la viuda de Naím y la de innumerables difuntos tras su Muerte santísima) y sobre el demonio (exorcismos). Pero los judíos intentaron aprovechar ese Poder de Dios en beneficio de sus expectativas mesiánico políticas mundanas. Hoy se vuelve a incurrir en el mismo error, tratando de instrumentalizar la Palabra de Dios en beneficio de partidos políticos e ideologías, de ahí la teología de la liberación y la mal llamada doctrina social de la Iglesia, que no son de Dios ni vienen del Espíritu Santo ni son revelaciones en absoluto y que sí son una herejía gravísima pues instrumentalizan la Palabra de Dios, añadiendo preceptos que son de hombres bajo el nombre de su Santa Iglesia. Y eso sí que es mucho más grave que Xi Lin Ping imponga un obispo falso o que Ortega encarcele a obispos en Nicaragua, mártires por Cristo en aquella tierra hermana de España en sangre y fe.

Y que el Señor fuera despreciado frente a Barrabás, debería hacer pensar en dar respuesta, especialmente a los que confían en los políticos, a ¿Quién como Dios? de cara a una elección pública por un lado, y a pensar en que no es Dios el elegido, sino que es Dios el que nos eligió para la vida presente y eterna, dándonos la opción de rechazarle, pues nadie ama a nadie a la fuerza. Así lo enseña su Apóstol amado San Juan en su Evangelio. Es Dios el que elige, no nosotros.

Invito a leer el capítulo 3 del Génesis desde el principio y meditando varios aspectos:

1º La serpiente (serpiente antigua según el Apocalípsis, Bestia o demonio) se presenta a Eva con una mentira y con cizaña, acusando a Dios de no dejar comer el fruto de ningún árbol.

2º Eva comete el error de entrar en conversación con la serpiente o demonio, cayendo en su seducción. Pero lo importante es que Eva desconfía de Dios y de su Palabra, dando crédito a la tentación del demonio: «seréis como dioses». ¿No es la democracia una tentación de este tipo, un endiosamiento de las criaturas, encubierta bajo el pretexto de «gobierno del pueblo, elegido por todos, de derecho a elegir el gobierno en las urnas, de elegir al Rey presidente de gobierno», con todo tipo de mentiras, instrumento del demonio…?

3º Adán y Eva son las primeras criaturas de Dios, pero no se afirma que fueran las únicas (humanas se entiende). Y en el lenguaje alegórico del texto, uno puede suponer que el pecado original lo cometió la humanidad primitiva, siendo Adán y Eva los modelos de la misma.

4º El pecado es comer el fruto del árbol del bien y del mal, algo así como atribuirse o usurpar el discernimiento moral, lo que es bien y lo que es mal, que solo corresponde a Dios, no a nosotros, sus criaturas según nuestra subjetividad o relativismo moral, debilidad, inconstancia, fragilidad…. ¿No es precisamente esto lo que hacen los votantes al respaldar el aborto, el divorcio, la eutanasia, el llamar «matrimonio» a cualquier unión, la contra naturaleza de todo tipo, la perversión, el engaño, la mentira, la coacción, etc. (hoy son los políticos los que establecen qué está bien y qué está mal, nada menos, qué es derecho y qué no, mintiendo como el demonio, por supuesto)?

5º El pecado es también contra la humildad de saberse criaturas y no creadores, es un pecado de soberbia y vanidad, el mismo que cometió Lucifer y los ángeles rebeldes expulsados del Cielo por el Arcángel San Miguel y los ángeles fieles. ¿No es éste el mismo pecado que cometen los políticos alzándose en una especie de «dios» o ídolo que tiene el poder de encumbrar a sus votantes para que «sean como dioses» y puedan eludir las consecuencias del pecado (lograr el pan con el sudor del propio rostro, las espinas y abrojos, el dolor del parto, la pobreza, la muerte…) con todo tipo de engaño, mentira, manipulación e hipocresía?

Ya estuve, y sin cobrar de tus impuestos carpintero. Tú supongo que no, como Abascal, el escudero de Feijoo. ¿Hizo la mili Abascal, por cierto?

Ya que tu no podrías hacer instrucción, y muchísimo menos en el Tercio, quizá si en las oficinas de logística del ministerio de defensa, te reto a hacer algo mucho más útil para España si verdaderamente eres valiente y patriota: deja de pagar todos los impuestos que puedas. Declárate INSUMISO FISCAL y propaga la insumisión fiscal. Sin dinero, sin «combustible» para hacer el mal, veremos si los políticos genocidas que nos gobiernan, rojos y conservadores, pueden cometer los crímenes que cometen totalmente impunes. Al fin y al cabo, son los conservadores y derechistas los que hacen negocio, tienen clientes, proveedores, trabajan para y contratan a los rojos y antiespañoles, ¿o no? Entonces, ¿a qué viene tanto llanto si lo que se critica por un lado se apuntala y respalda por el otro?

Y si no tienes lo que hay que tener para ser un INSUMISO FISCAL, cómprate toneladas de clínex, llora como mujer democrática todos los latrocinios cometidos por Sánchez, patalea mientras te expolian y demás, y, si hay justicia en este mundo, que te expolien hasta el cabello, ya que vuestras quejas contra el gobierno y sus satánicos votantes, son pura pose farisea e hipócrita.

Ya tenéis qué empezar a hacer: INSUMISIÓN FISCAL. Una guerra sin matar. Que la CARIDAD VERDADERA no está proscrita en nación ni lugar alguno.

8 de agosto de 2023. ¿Qué dices ahora Geppetto? VOX entrega incondicionalmente todos sus diputados al PP para la investidura de Feijoo.
Lo dicho, Abascal, escudero de Feijoo. Ahora emite tus recetas y relincha todo lo que quieras.