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El hombre blandengue es un artificio creado por el mal denominado progresismo para facilitar la conquista, la posesión y el sometimiento.
Para ello necesitan de lo denominado “deconstrucción” masculina, o sea, destrucción de lo varonil y viril, para en su lugar generar un afeminado, un “lila”, un sarasa, un hombre blandengue, un tipo débil, o lo que es lo mismo, un progre de pro agenda 2030 y gran reset.
Es imperativo para la agenda transhumanista el castrar a todos los hombres y en especial a los blancos occidentales.
A los hombres los quieren volver femeninos y a las féminas, masculinas, o mejor dicho, “gorilinas”. El mundo al revés mediante ingeniería social. Control a través del caos, o lo que es igual, gestar el caos para destruir todo y así poder construir el templo ese que tanto anhelan.
El hombre blandengue es ese que es maleable cuál plastilina de color rosa fuxia. Es un ser bonachón y bobalicón que se deja castrar cuál perro fiel e incauto por su sátiro amo.
Es la inmensa parte de la población occidental que está hipnotizada por el aparato lobotomizador progre y su gobierno mundial en la sombra.
Son esos aliados feministas de la izquierda que cierran filas en las manifestaciones de las brujas trastornadas de «potemos» y sucedáneos como “sumar” – de sumar mendrugos homofílicos -.
Son los pagafantas que siguen la corriente esperando recibir una palmada en su cocorota de caniche por parte de las femilocas progres de axilas peludas.
Y los negratas entran a raudales. Y las golfas se relamen ante tanto espécimen asilvestrado. Ellos, los mandingas e islamistas lo saben perfectamente, mientras que los muchachitos adoctrinados de camisetas del “che”, sonríen cuáles piolines mientras se las birlan en sus caretos bobalicones.
El plan kalergi en pleno rendimiento. Rendimiento de rendirse y ponerse a “cuatro”, y si te hace daño, llora que es sano. “Orgulloso de ser blandengue” promueve el gobierno.
Mientras ellas -las femilocas – gritan desquiciadas y hacen bailecitos horteras, ellos, -los más obtusos del lugar-, las aplauden como focas mientras acusan a todos los hombres – blancos – de violadores.
¿Se puede ser más imbécil?
No creo.
Son los memos que siguen todos y cada uno de los dictados con que se adoctrina a la población. Desde esos programas cutres salchicheros donde salen analfabetos detestables tipo el Evole, el Buenafuente ,el anormal de Berto Romero, o ya el “borderline” de Broncano y sus secuaces, diciendo majaderías en formato chiste para ovejas iletradas y hámsteres domados.
Ración de vaselina mentolada para una eugenesia más amigable. Gentileza de la secta.
Todos ellos cortados por el mismo “patrón” y con el mismo aspecto de huelebragas emasculados progres en formato de liliputienses, disléxicos y narigones – como sus amos -.
Y es que la mayoría es incapaz de discutir lo que la masa amorfa supone. La masa, de viscoso “blandiblub” verde fluorescente y radioactivo, late al son de las ondas que absorbe reiteradamente desde las televisiones del régimen mundialista.
Los capataces de la granja entienden perfectamente la mejor manera de controlar a estos esperpénticos bonobos actuales.
Y es que antes no podían haberlo hecho, ya que los hombres de antaño no permitían ser abusados y las mujeres eran normales: (1)
Y si la cosa se ponía negra, actuaban. Aquí cuando los calabreses se hartaron de los invasores y los corrieron a palos en el 2010:
https://www.reuters.com/articl
O cuando en el 2008 los napolitanos perdieron la paciencia y se deshicieron de un campamento de gitanos prendiéndolo fuego. La chispa fue que una gitana intento secuestrar a un bebe en la propia casa familiar. Creo que se les pasaron las ganas y ya no lo volverán a intentar más.
Hoy en día, llegan estos malnacidos a España, y en 4 días ya están violando a ancianas o a niñas por todos los orificios posibles: https://www.libertaddigital.co
¿Y qué hacen los blandengues? Mirar la tele y aplaudir a los payasos. Los hay todavía más deprimentes y cobardes, que son los que hacen cursos para deconstruirse. Sería humor negro si no fuera real.
¿Que pasaría si esto mismo ocurriera en Albania? ¿O en Rumania? ¿O en Moldavia? ¿O en Rusia? ¿O en Serbia? Ya te lo digo yo, no durarían vivos ni un fin de semana, ya que los hombres, ahí, todavía tienen cojones y no como los occidentales progresistas de esta parte del mundo que han sustituido sus pelotas por compresas absorbentes.
Son ellos los culpables, los “blandengues” de que hablaba el “Fari” y la mamarracheria progre intentaba ensalzar mientras se burlaba del cantante haciendo un patético anuncio (2).
En ese spot, aparecían lloricas desquiciados con apariencia de estarse medicando con ansiolíticos potentes, vestidos de payasos y con el pelo cortado a mordiscos de caballo. A eso, los zurdos, la horda roja, lo tildaba de masculinidad sana. ¡Tócate los pies!
O sea, sano es comportarse como una nenaza y en lugar de solucionar los problemas, ponerte a llorar como si tuvieras 8 años… Y no es casual que al final del anuncio, el chavalín periférico lacrimógeno terminara abrazando a otro jovenzuelo tiznado.
El mensaje quedaba muy claro: “welcome refugees” y de paso, si tienes algún problema en la vida, vete a una sauna gay y que te consuelen unos señores muy cariñosos que esperan en los cuartos
oscuros.
Saunas – por cierto – como las que tenía el papá de Begontxu, la mujer -o lo que sea- de Antonio. Esto va por ti querida Pilar Baselga:
Pero la cosa es más grave, ya que estamos presenciando una invasión de tipos que no son blandengues precisamente. Vienen de otras sociedades donde estas gilipolleces de pijos sensibleros son inexistentes.
Ahí se soluciona a machetazo limpio.
¿Te puedes imaginar como ven a los blancos y a sus problemas de niños de papá? ¿Eres capaz de imaginarte su desprecio y su sentimiento de superioridad ante una sociedad de destripaterrones progres incapaces de defenderse?
No, muy pocos son capaces de entender como ven los invasores a los “finocchios” occidentales…
Para que tengas una idea de como lo ven ellos, es la misma que tendría un pederasta hasta arriba de coca, encerrado en un parvulario con 40 nenes de 3 años…
O hagámoslo un poquito más gráfico para qué quede más claro: Ellos ven a la sociedad occidental como una boa constrictor hambrienta observaría una camada de cachorros recién nacidos y huérfanos en un rincón solitario.
Los abandonados perritos gimotearían mientras se arrastran ciegos buscando a su madre, sin percatarse que una bestia de enorme tamaño, lengua viperina y fauce feroz los observa en silencio con la mirada clavada en ellos y relamiéndose.
Y es que yo mismo lo he experimentado en propia piel. Yo viví en la República Dominicana ( Santo Domingo ) durante el tiempo suficiente para acostumbrarme a su carácter e idiosincrasia. Para resumirlo, me volví un sátiro de mucho cuidado y aunque me divertí lo mío, adquirí algunas mañas bastante perversas por decirlo con un eufemismo.
Cuando volví a España vi a todo el mundo como si caminaran con el lirio en la mano. Dicho de otra manera, me parecía estar entre tontos más inocentes que el “tubo de la risa” a los que se les podía tomar el pelo y engañar con absoluta facilidad. Era República Dominicana, no era ni Siria, ni Argelia, ni Marruecos, ni el África negra (donde también viví una temporada, pero ya con el antídoto).
Eso mismo es lo que está ocurriendo en toda Europa mientras los hombres blandengues son adoctrinados por un estado traidor. La idea es que se dejen sodomizar con orgullo por morenos que además se van a follar – y posiblemente degollar – también a sus hijas. Multiculturalidad lo llaman.
Y es que estos trastornados son incapaces de ver lo que se avecina. Ni ellas, las bobas del toto que se han convertido en meretrices sin mérito, tampoco pueden entender lo que están facilitando con su feminismo, castración sistemática y su sistema ginocentrista.
A ninguna mujer le gusta un hombre afeminado, deconstruido, blandengue o como lo quieras llamar. A ninguna en todo el «puto» planeta tierra, le pone un beta.
El beta tan solo sirve de pañuelo – o de Kleenex – cuando estas aprendices de “Popea” – la de Nerón, pero en versión zafia – son descartadas por los alfas. Aquí, una mujer de bandera (Ramsey Ferrero) explicando perfectamente la manipulación:
Pero ellos, tanto los cabestros como las vacas lilas, no pueden llegar a ver lo que están facilitando con su estupidez supina. Y mientras los morenos salvajes van entrando en tropel, las y los anal-fa-betas siguen votando a sus verdugos sicópatas…
(1) https://www.youtube.com/watch?
(2)https://www.youtube.com/wat
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«La culpa de todo la tiene el hombre blandengue.»Una verdad como un templo que ha destruido la sociedad europea