Una reciente patente de Pfizer admite que las “vacunas” sirven para rastrear por control remoto a todos los timovacunados. Por Luys Coleto

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Porque nada hay oculto que no haya de ser manifestado (Lucas 8,17)

Solicitud de patente, imprescindibles 53 páginas, de esta nuclear pieza de la criminal FARMAFIA. Aprobada el pasado 31 de agosto de 2021. Es la primera en una larga lista de más de 18.500 patentes diseñadas para rastrear remotamente a todas las personas timovacunadas, en el orbe terrestre entero, que están o estarán vigiladas y controladas mediante el óxido de grafeno alojado en todo su tejido graso.

Lo reconoce Pfizer y sigues sin creerlo

Todas las personas que han recibido el mortífero chute transgénico y transgenizador- lo pone negro sobre blanco Pfizer, repito- devienen ahora nodos de un enlace cuántico que utiliza frecuencias de microondas pulsadas de 2,4 GHz o superiores desde torres de telefonía móvil y satélites. Completo control digital sobre cada uno de los timovacunados, pues.

Ya ni se cortan, la verdad. Secretean, pero a la vez van revelando paulatinamente sus deletéreos propósitos. Saben que la mayoría de la peña jamás se lo creerá. Prefiere no creerlo. Se matará antes al mensajero, todo esto es tan delirante.

Pero la alquímica hechicería masónica que maneja la PLANdemia, y que ha embrujado a casi todo el personal, lo tiene meridianamente «luminoso»: tan solo custodia los secretos menores, los más grandes se mantienen en la más abyecta oscuridad debido a la irreversible incredulidad (“no quiero creerlo, Luys”) de la inmensa mayoría de la gente. En fin.

https://patentimages.storage.googleapis.com/68/80/73/6a17a66e9ec8c5/US11107588.pdf

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

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