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Bajo el falsario mantra del calentón güebal, intentarán secuestrarnos, otra vez, en nuestras quelis. Y dependerá de cada uno de nosotros, lo único noble: DESOBEDECER. En los municipios valencianas de Alcublas y Andilla (además de desalojar las pedanías de Artaj, la Pobleta y Oset de la misma Andilla), lo intentaron. La primera de ellas, formidable, directa rebelión. Burda y liberticida excusa, como las covidicias, el castellonense incendio de Bejís. Tan alejadísimo de ambas poblaciones.
No me quedo en casa
La consejera de Justicia del gobierno valenciano, Gabriela Bravo, insistiendo en que los vecinos – además, en plenas fiestas – deben permanecer arrestados (sin cometer ningún delito) en sus propios domicilios hasta que se decida lo contrario. Y los vecinos que nones, que te quedas tú en tu puta casa, Gabriela. Asunto de ida y vuelta: muchos vecinos se están saltando la prohibición de acceso a los municipios afectados por el incendio de Bejís y están regresando a sus localidades a través de pistas.
«Manos arriba, esto es un atraco», aseveran los vecinos de Alcublas. Más que un atraco: un horror liberticida, otro más, que bajo ningún concepto hay que cumplir. Utilicen la excusa que utilicen: ni me quedo en casa, ni desalojo mi pueblo porque no sale de los cojones, puritos y sólidos argumentos testiculares. Además, recordatorio a los pikoletos liberticidas, presuntos cumplidores de ley: ¿dónde se halla la «percha» legal/constitucional sobre la que se sostiene tamaña barrabasada despótica.
Absurdos medidas…y ¿pueblo dividido?
Manifas en las calles del pueblo. En la plaza de la iglesia para pedir explicaciones y solicitar que se levante la totalitaria (además de ineficaz) medida. Y reclamando más medidas para mantener limpio el monte. Y un gallifante, albricias, apoyando a parte de la peña: la edil de fiesta María Jesús Cubells respalda el sentir de los vecinos: «Estamos en fiestas. No tenemos ningún riesgo de humo. Hay mucha gente ahora en el pueblo y los establecimiento necesitan volver a la normalidad y el pueblo está muy descontento. Estamos esperando que den la orden de desconfinamiento pero no sabemos nada».
Estas protestas, dizque, están generación división entre los vecinos. Algunos de los residentes destacaron que el referido motín solo han contado con la participación de un centenar de vecinos, frente a las 2.500 personas residentes ahora en esta población, y que muchos de los vecinos no comparten «en absoluto» el sentido y el enfado de los manifestantes.
Pues lo dicho. Abierta insurrección: no queda otra. En fin.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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