07/05/2024 15:17
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Hace ahora 37 años que «Diario 16» denunciaba la existencia de una mafia policial que daba cobertura a unos atracadores. La desaparición de Santiago Corella, ‘el Nani’, el primer «missing» de la democracia, provocó el escándalo más importante jamás descubierto en el seno de la Policía.
      Gracias a la tenacidad de cuatro jóvenes mujeres fue descubierta una red criminal en los cuerpos de Seguridad del Estado. Funcionarios corruptos que no dudaban en quitarse de en medio a cualquiera de los delincuentes que utilizaban a su servicio.
      Decididas del todo, se les enfrentaron sin miedo, tras la tortura y muerte de uno de los detenidos. Consiguieron que el caso saltara a la palestra de la actualidad, terminando con algunos de los implicados en prisión. Fueron muy valientes.
      Soledad Montero, y sus cuñadas Consuelo, Inmaculada y Lourdes Corella llevaban siete meses luchando para que se aclarara la desaparición de Santiago, marido de la primera y hermano de las otras. Habían recibido serias amenazas para que permanecieran en silencio, pero no cesaron en el empeño pese a lo mucho que se jugaban. Quizá, hasta la vida.
      Al fin lograron que les escuchara un redactor de dicho periódico, Gregorio Roldán. «Me han amenazado con ahorcar a mis hijos», se lamentaba Soledad. Letras impresas que, junto a la extensa información que publicó el rotativo madrileño, hizo que saliera a la luz un grave escándalo.
ESCÁNDALO POLICIAL 
      Toda una bomba de relojería periodística que saltaba desde las cloacas del poder. Sirvió para destapar un escandaloso caso de corrupción policial, de crimen organizado, que impactó grandemente en la sociedad. Salieron a relucir un montón de irregularidades que se habían desarrollado en la Dirección General de Seguridad durante unos interrogatorios.
      El comisario Fernández Álvarez y los inspectores Victoriano Gutiérrez Lobo y Francisco Aguilar González fueron sentenciados a veintinueve años y varios meses de prisión. Se les consideraba autores de delitos continuados de falsedad y detención ilegal con desaparición forzada, amén de otras penas menores por torturas a su mujer y a Manzano. Les denominaban como «los Reyes Magos».
    Los otros cuatro encartados quedaron libres. En total, era una treinta la plantilla de policías implicadas en esta trama de atracos a joyerías. Demasiados los que consiguieron eludir la acción penal. Todo esto ocurrió en la última etapa del Gobierno de UCD y en la primera del PSOE.
      Pese al tiempo transcurrido, el cadáver aún no ha aparecido. Años más tarde, José Emilio Rodríguez Menéndez, declaró desde Argentina, donde se encontraba prófugo de la justicia, que «el detenido salió muerto de la DGS». Reconoció que estaba enterrado en Córdoba. Pidió a las personas que lo inhumaron que envíen sus restos a la familia.
      Apuntó directamente hacia Jaime Messía Figueroa, «el Lagarto» y los reptiles policiales a los que defendió ante los tribunales. Una vez de regreso a España, tras que prescribieran los delitos por los que había sido condenado, no ha vuelto a hablar del tema.
      La última versión de este truculento caso, que parece la definitiva, es que fue enterrado en cal viva. Lugar: la finca del citado  Messía en Córdoba. Dos años después, cuando los policías corruptos vieron que iban a juicio, regresaron para llevarse los restos. Pensaban tirarlos en algún desfiladero de Despeñaperros, aunque al final decidieron subirlos hasta Santander. Los incineraron en el horno de la joyería de su compinche Venero, con el que todavía, pese a lo ocurrido, mantenían buena relación. La ‘omertá’ debía imperar.
UN CASO SIN CERRAR
      Y hasta ahora. El espectro del ‘Nani’ sigue vagando. Y ciertas mafias policiales también, como se ha visto en los tribunales con nombres tan sonoros como el del comisario y delincuente José Manuel Villarejo.
      Un muerto sin cadáver. Y un cadáver sin tumba. Un caso sin resolver que ha puesto muy en entredicho a nuestra democracia.
      Mientras, unas mujeres animosas continúan a la espera de que fructifique su esfuerzo y algún día conozcan el paradero definitivo de los restos, si los hay, del Nani. Al fin, que puedan ir a llorarle y depositar unas flores.
      (En mi libro «Perfume peligroso» cuanto ampliamente este retazo de la reciente historia criminal de nuestro país con policías como principales protagonistas y con políticos que, en su momento, miraron para otro lado).

EXTRAIDO DEL PERFIL DE FACEBOOK DE JUAN RADA

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Antón

Lo que no se puede hacer es mentir, descaradamente, no sé si por ignorancia o qué…
Los autores, varios jefes de la Policia Nacional, inspectores, inspectores jefes, y hasta algún comisario, fueron identificados, procesados y condenados.
Asimismo se les expñulsó del Cuerpo, y pasaron X años en prisión.
Si todo lo que usted dice es del mismo «rigor histórico» que esta gansada, es para echarse a temblar.

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