22/11/2024 00:39
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Durante las últimas semanas han circulado noticias, cuanto menos sorprendentes, de un posible acercamiento de La Lega de Matteo Salvini al Partido Popular Europeo. El poder ablanda las convicciones y la presencia de La Lega en el gobierno de Mario Draghi parece haber seducido a la “moderación” a algunos dirigentes del partido. El pasado miércoles, Giancarlo Giorgetti, ministro de Desarrollo Económico, vicesecretario federal de La Lega y número dos del partido, abogó por un giro europeo durante una entrevista realizada por Bruno Vespa en “Porta a Porta”, el programa político de mayor audiencia de la televisión italiana. Ese “giro europeo” significaría, nada más y nada menos, que alejarse de los soberanistas, los demonizados húngaros y polacos, y un acercamiento a las posturas políticamente correctas del Partido Popular Europeo.

Al día siguiente, La Lega celebró una reunión extraordinaria en la que Matteo Salvini reafirmó su compromiso con la derecha conservadora y patriótica, y rechazó de plano cualquier posible acercamiento al Partido Popular Europeo, un partido que, según Salvini, está completamente escorado a la izquierda y que defiende las mismas políticas que los socialistas: “Es impensable unirse al PPE porque se ha subordinado a la izquierda”. Un giro político que ha provocado que el PPE “nunca haya sido tan débil”. Tras la reunión, Giorgetti dio todo su apoyo a Salvini dando la impresión de que la cuestión estaba zanjada. No obstante, Salvini convocó una conferencia nacional los días 11 y 12 de diciembre para definir la dirección a largo plazo del partido.

Pero una cosa son las declaraciones oficiales y otra la realidad, y parece claro que el sector “moderado” de La Lega no da por resuelta la cuestión. Sólo así puede explicarse la contundente reacción de Matteo Salvini el pasado sábado, durante la jornada de la Escuela de Formación Política: “Me dicen: ‘Tienes que unirte al Partido Popular’. Vamos a ver… yo entro donde me sale de la p**a. ¿Entro, salgo, toco el telefonillo, como si fuese un truco o trato en Halloween? Pero ¿podré decidir yo? Si el centro-derecha en Italia y en Europa está esclavizado por la izquierda, mi tarea no es ejecutar lo que ellos quieren, sino crear una alternativa y hacer que el centro-derecha vuelva a estar orgulloso de sí mismo. Conservador, liberal (*), revolucionario y constructivo. Y en esto mi relación con Silvio Berlusconi y Giorgia Meloni siempre será lo más importante”. Una mención necesaria a sus aliados con los que, a pesar del revés de las elecciones municipales, sigue sumando una mayoría en todas las encuestas para las generales.

Salvini tiene muy claro qué dirección debe seguir La Lega y, a principios de la semana pasada, se reunió por videoconferencia con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. La reunión se enmarca en las conversaciones para la formación de una nueva agrupación política europea capaza de sumar a las fuerzas conservadoras y patrióticas europeas. Una nueva formación que ha empezado a gestarse con la declaración sobre el futuro de Europa firmada en julio por partidos como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, VOX, Fratelli d’Italia o el FPÖ austríaco. Es decir, con partidos que pertenecen a los grupos europeos Identidad y Democracia (ID) y Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), a los que se suma el Fidesz, que abandonó el PPE, y que en el futuro podría incorporar a otros partidos conservadores de Europa Central y Oriental que hoy día están en el PPE, pero que no comparten el entusiasmo progresista de sus contrapartes occidentales. Un grupo que podría plantar cara a las políticas globalistas y antinacionales de la Unión Europea y que, sobre todo, podría hacer mucho daño al equipo suplente de los socialistas, el Partido Popular Europeo. Como señaló Viktor Orban en abril, millones de europeos se han quedado sin una representación política adecuada y efectiva en Europa tras el compromiso de los populares con la izquierda.

La última voz en sumarse al debate fue la de Lorenzo Fontana, eurodiputado de La Lega y una de las figuras clave de la organización, que fue entrevistado ayer lunes por “La Verità”: “La Lega no tiene que complacer al sistema. Liga significa coraje para trabajar, incluso con aquellos que no gustan a los grandes medios de comunicación, como Hungría y Polonia, para construir otra Europa, una que pertenezca a los pueblos”. Fontana, que se define como “identitario” apoyó rotundamente la postura de Salvini: “La Lega no es un partido de centro”. 

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Es evidente que La Lega sufre una división interna en cuestiones ideológicas y estratégicas. En este sentido, la figura y el papel de su Matteo Salvini serán determinantes no solo para la política italiana sino también para la europea. Los acontecimientos y el tiempo dirán cómo acaba esta “rebelión de los moderados”, pero lo cierto es que La Lega ha perdido fuerza y apoyo popular a raíz de su inclusión en el gobierno de Draghi y que un giro al centro sólo favorece a los partidarios de Bruselas y sus políticas globalistas. Estas “crisis de partido” y las que sin duda surgirán en los próximos años hacen más urgente aún la unidad de los patriotas europeos defendida por Orbán, Salvini y Morawiecki.

(*) En Italia, el concepto político liberal refiere al resguardo de las libertades y los derechos del ciudadano frente a las injerencias del Estado en general, y no al laissez-faire o la “mano invisible que autorregula el mercado”, concepto económico que se conoce como liberismo).

Autor

Álvaro Peñas