Cuando la patria está por encima de todo. Por Álvaro Peñas

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Hace casi 20 años, Pat Tillman, jugador de fútbol americano de los Arizona Cardinals, abandonó su carrera profesional para alistarse en el ejército de los Estados Unidos a raíz del atentado en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Tillman fue seleccionado por los Cardinals en 1998 y se convirtió en uno de sus jugadores más populares. En mayo de 2002, Tillman rechazó una renovación de tres años con los Cardinals de 3,6 millones de dólares y se alistó en el Ejército con su hermano Kevin, jugador de béisbol de ligas menores. Los hermanos Tillman fueron asignados al 75º Regimiento Ranger y enviados a Irak en 2003 y a Afganistán el año siguiente. El 22 de abril de 2004, Tillman murió por disparos mientras patrullaba en el este de Afganistán, cerca de la frontera pakistaní. El ejército sostuvo inicialmente que Tillman y su unidad fueron emboscados por fuerzas enemigas. Tillman fue elogiado como un héroe nacional, recibió la Estrella de Plata y el Corazón Púrpura, y ascendió póstumamente a cabo. Sin embargo, una investigación posterior reveló que Tillman había caído víctima de fuego amigo y que el Pentágono no había dado la noticia de su muerte hasta el 28 de mayo con el fin de proteger la imagen de las Fuerzas Armadas, lo que generó una enorme polémica en los Estados Unidos. A pesar de la mala actuación del ejército, Tillman sigue siendo un referente del patriotismo en Estados Unidos y un ejemplo en un mundo donde se antepone lo material a cualquier otro valor.

El caso de Tillman es excepcional, pero no es el único que ha abandonado una vida de fama y riqueza para entregar la vida por su patria. Tenemos un ejemplo aun más cercano en Ucrania, donde el pasado martes se conmemoró el quinto aniversario de la muerte de Wasyl Slipak, un cantante de ópera de fama mundial que abandonó los escenarios para ir a combatir en la guerra del Donbass.

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Wassyl Slipak en la Opera de París

Slipak, nacido en Lviv, oeste de Ucrania, en 1974, se formó en el conservatorio y fue solista en el coro de su localidad natal desde 1983 hasta 1994. A los 14 años realizó conciertos en Canadá y Estados Unidos como contratenor. Mientras realizaba sus estudios ganó un concurso en la ciudad francesa de Clermont y durante dos años actuó en distintas ciudades de Francia. En 1996 le ofrecieron la posibilidad de permanecer indefinidamente en el país galo, actuando en la Ópera de la Bastilla y en la Ópera de París. Fue finalista en competiciones en Budapest, Los Ángeles, Nueva York y París, y en 2011 ganó el premio al mejor intérprete masculino en el Concurso y Festival de Ópera Armel en Szeged (Hungría), por su interpretación de la canción Toreador de la ópera Carmen.

Durante la Revolución del Maidan, Slipak, que tenía un contrato con la Ópera de París, organizó acciones de apoyo a Ucrania en la capital francesa y se convirtió en uno de los fundadores de la organización Fraternité ukrainienne. Pero esto no era suficiente para Wasyl. En opinión de Anna Chesanovska, con la que colaboró en estas actividades: “Fue muy útil para Ucrania aquí, en Francia. Era un verdadero intelectual, hablaba siete idiomas. Después de la muerte de Natalka Pasternak, líder de la comunidad ucraniana en Francia, era la única persona que tenía potencial para unirnos, para presionar por los intereses ucranianos a nivel internacional… Pero tenía la necesidad de estar en la vanguardia, donde se estaba escribiendo la historia moderna de Ucrania. Así que abandonó el trabajo, dejó de buscar contratos y sólo cantaba de vez en cuando, para poder enviar algo de dinero a Ucrania”.

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Wassyl Slipak en el frente con el corte de pelo tradicional de los cosacos ucranianos

Slipak regresó a Ucrania en 2015, incorporándose al 7° batallón del DUK, el cuerpo de voluntarios ucranianos del Právyi Séktor (Sector de Derecha), un movimiento nacionalista radical, y eligiendo el identificativo “Mif” como nombre de guerra (“Mito”, una abreviatura de Mefistófeles de su ópera favorita Fausto). Wasyl Slipak fue abatido por un francotirador el 29 de junio de 2016 durante un contraataque ucraniano contra las posiciones de los separatistas prorusos. Su muerte causó una gran conmoción en Ucrania y en Francia, donde varios medios de comunicación escribieron artículos sobre él y la directora de la ópera de París expresó sus condolencias por su fallecimiento. Fue condecorado póstumamente como “Héroe de Ucrania” el 20 de febrero de 2017. Pocos días después de su muerte, el entonces ministro de infraestructuras, Volodymir Omelyan, escribió un elogio en su honor: “Murió como el verdadero cosaco que quería ser, que era, con un arma en sus manos. Luchando”.