21/09/2024 15:50
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Que nadie se perturbe por el provocador  título de este artículo, porque no hay nadie que apoye más a Zelensky que yo, y que admire su valentía, y es de eso de lo que voy a tratar, de la valentía de un hombre que nadie en occidente creía, y quería que durase tanto. Viendo a Biden chupar el escroto de Maduro podemos formarnos una idea de sobre la fragilidad moral de occidente, pareja de su falta de virtud –entendida en su significado clásico romano vir-hombre, Virtus-hombría-.
 
El jueguecito que yanquis y alemanes se han traído esta semana con los aviones de Polonia es una muestra de cobardía solo equiparable al espectáculo de un Biden emasculado abandonando Kabul con mierda en los pantalones. Eso y no otra cosa es lo que nos ha traído al momento actual, y es que los cobardes son malos compañeros, que es lo que Zelensky debería haber considerado antes de enfrentarse a Putin, que es un diablo con rabo y cuernos, pero con los cojones como un toro.
 
¿Qué Rusia va a bombardearnos con misiles nucleares? Eso a Reagan no le hubiera echo cagarse, pero en tiempos de Reagan la sociedad tenía más testosterona, es decir, más pelotas. Ahora estamos cargados de «ismos» (izquierdismo, feminismo, homosexualismo, animalismo, veganismo…). Que me perdonen los comunistas de antes, que esos por lo menos tenían huevos y eran feroces enemigos. Los rojos de ahora lloran.
 
No hay más que ver al pelagatos que tenemos de Ministro de Exteriores, decir que la OTAN no va a hacer nada que pueda justificar una escalada de Rusia, que traducido a lenguaje proletario quiere decir que estamos acojonados, rezando para que Putin no mande un pepino al mismísimo centro del Ministerio de Igualdad, pero descuiden, que a Putin le conviene todo el rollo emasculador de la igualdad y el homosexualismo. A Putin le conviene que nuestros hombres sean sensibles y lloren, para poder invadir una Europa defendida por florecillas. Nuestros enemigos llevan décadas debilitándonos. Usando nuestras libertades para arrancarnos nuestra fuerza. «Nucleares no gracias», toma dependencia energética de nuestros enemigos. Feminismo y género para denigrar nuestra hombría, hacer que nos avergoncemos de ser hombres, de ser valientes, resolutivos, competitivos, eficaces y brillantes. Hombres, si, que apretamos los dientes, asumimos nuestro destino y arriesgamos la vida comiéndonos al enemigo a mordiscos. De esos hombres ya quedan pocos en Europa occidental.
 
Me hubiera gustado contar a los ucranianos donde se meten pretendiendo ingresar en la OTAN y la UE. Aquí no van a tener libertad ni para decidir quién lava los platos en su casa. Que miren las cifras de natalidad y divorcios de España y verán que aquí ya no pueden ni tener una familia porque el Estado, apoyado por la UE, decide lo que tienes que hacer en tu casa, y te pone a la policía en la puerta para que te corten los huevos a la más mínima desviación. Y de la OTAN, es una pena que hayan tenido que sufrir una guerra con Rusia para averiguar que la OTAN no es más que un club de gallinazas creado para justificar un enorme gasto de defensa, que luego no vale para nada porque las armas no funcionan sin pelotas, y de eso no hay en occidente.
Es verdad que Rusia es una dictadura, pero a un ruso nadie le dice lo que tiene que hacer en su casa, y si yo tuviera claro que los rusos iban a limpiar Europa occidental de florecillas, bien venidos fueran, pero temo que a Rusia le conviene que en occidente crezca la mala hierba.
 
Zelenski, en Europa Occidental no esperaban que fueras un valiente. Esperaban que huyeras, como hacen ellos. Esperaban que Rusia hiciera un paseo triunfal en cuestión de horas o días, porque solo querían tu guerra para justificar sus sanciones, y ni les importa Ucrania ni tus pelotas, que son las que van a cortar. No tienes más que ver el precio de la gasolina para saber que las empresas energéticas occidentales están haciendo negocio con tu guerra. Aquí todos se han apresurado a sancionar a los oligarcas rusos como si no supiéramos que su dinero está a buen recaudo en los mismos paraísos fiscales donde lo esconden nuestros propios oligarcas, esos oligarcas de los que no podemos esperar que voluntariamente recorten sus beneficios en un gesto de patriotismo. Todos esos millonarios occidentales y los políticos que les apoyan están deseando que te mueras, porque cada vez que apareces en televisión les pones en evidencia, y a los pocos hombres que quedamos en occidente la sangre nos hierve y los huevos se nos revientan.

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REDACCIÓN