22/11/2024 01:00
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Cómo sé lo que nos jugamos en las elecciones del próximo 4-M y estoy de acuerdo en que aquí las cartas ya están sobre la mesa, o sea que esto más que unas elecciones es un PLEBISCITO, dado que lo que se decide es COMUNISMO O LIBERTAD, me ha parecido «de primerísima necesidad» tratar de abrir los ojos a esa buena gente que todavía creen que los Iglesias y demás ralea son, eso que ellos dicen, «casta política», porque eso no es verdad, ellos son COMUNISTAS y como tales defensores de la DICTADURA comunista (la de ayer en Rusia y hoy en Venezuela,  Cuba y etc). Es decir, que cuando ellos hablan de Democracia no están hablando de la Democracia que tenemos desde el 78, sino de la DEMOCRACIA POPULAR, o sea, de la Democracia comunista, la Democracia en la que sólo pueden hablar, pensar, escribir e incluso vivir, los que sean comunistas, y no sólo comunistas, sino comunistas con carnet (carnet del Partido, por supuesto).

             

Y por ello creo de interés para los madrileños que todavía tengan dudas sobre su voto para el 4-M («Comunismo o libertad y España») mostrarles algunas «pruebas» de lo que es el Comunismo.

       

 Hoy la anécdota que se cuenta de la inauguración de las Cortes Constituyentes de la Segunda República:

 

 

“¡¡PUES NO ME DA LA GANA!!”

 

Sucedió a las siete de la tarde del domingo 15 de marzo de 1936 en el Congreso de los Diputados, donde se celebra el acto protocolario de constitución de las nuevas Cortes, es decir de las Cortes, Cortes Constituyentes,  que habían salido de las elecciones generales del 16 de febrero que, como es sabido, ganaron ampliamente las izquierdas del Frente Popular. Entonces hubo que constituir la llamada “mesa de edad” habitual en estos casos y que se forma con el diputado electo más viejo y los cuatro más jóvenes. ¡Y qué casualidad!… el diputado de más edad en aquellas Cortes radicalmente republicanas era Don Ramón de Carranza, almirante de la Armada y Marques de Villa Pesadilla, y naturalmente monárquico ferviente, que había alcanzado el acta por las minorías en Cádiz.

Don Ramón, miembro militante de “Renovación Española”, el partido monárquico, llegado el momento ocupó la Presidencia de las Cortes, hizo que se leyeran los artículos relativos a la constitución de las mismas y después de preguntar si estaban de acuerdo en que las sesiones comenzaran al día siguiente, pronunció las palabras protocolarias: “Señorías, se levanta la sesión”.

Pero quien se levantó en ese instante rápido como una centella fue el diputado de Izquierda Republicana y subsecretario del Ministerio de Trabajo, Don Bibiano Fernández Osorio-Tafall, que gritó al “presidente de edad”: ¡Señor Presidente: hay que dar un viva a la República! Entonces Don Ramón, un anciano de cabellos y barba blancos replicó con la misma rapidez y contundencia: “¡Pues no me da la gana!”… ¡Y se armó la de Dios!

“La crispación irrumpió en el congreso –según cuenta Luis Romero– y se inició un tremendo escándalo con intercambio de improperios; se vitoreaba a la República y al Frente Popular sin faltar los vivas a Asturias, que eran contestados por las derechas con algunos vivas a España. El presidente de edad se mantenía en pie, impertérrito, mientras diputados socialistas y comunistas se levantaron y puño en alto cantaron La Internacional. La confusión era grande y sólo cuando el escándalo amainó algo, el cedista Dimas Madariaga aproximóse a Carranza y consiguió convencerle de que, como el acto podía darse por terminado, bajara del estrado; así lo hizo y abandonó lentamente el hemiciclo.” ¿Se imaginan la escena?

Bueno, aquí, afortunadamente, todavía no se ha cantado “La internacional” puño en alto… aunque como sigamos por el camino que vamos no ha de tardar mucho que se cante. El Marqués de Galapagar ya está preparando a sus muchachos, a sus muchachas y a sus muchaches para ello.

Autor

REDACCIÓN