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El euríbor a un año, que es el índice más usado en España para calcular el interés de las hipotecas variables, prosigue su particular escalada hacia valores positivos. Su cotización en marzo se sitúa en el -0,237%, notablemente superior a la de febrero (-0,335%) o a la de enero (-0,477%). Según el comparador financiero HelpMyCash.com, esto es una muy mala noticia para los que tienen una hipoteca ligada al euríbor porque pasarán a pagar 187 euros más al año por la subida de este índice.

Afectará a las hipotecas variables con revisión en abril

Esta subida la notarán quienes tengan una revisión del interés en abril. Conviene recordar que el interés de las hipotecas variables se revisa una vez al año o al semestre, en la fecha fijada en el contrato. Ese día, el banco toma el último valor publicado del euríbor para calcular el interés que se aplicará hasta la siguiente actualización. Así, si el euríbor ha subido respecto a la anterior revisión, el interés será más alto y el hipotecado pagará unas cuotas más caras. En cambio, si baja, se aplicará un tipo más bajo y las mensualidades se abaratarán.

El interés de estos hipotecados, hasta ahora, se calculaba con el valor que registró el euríbor hace un año (-0,487%) o hace un semestre (-0,492%), dependiendo de lo establecido en el contrato de cada préstamo. Pero en cuanto se actualice con la cotización de marzo de 2022 (-0,237%), ese interés aumentará notablemente y las cuotas mensuales subirán de precio.

Por ejemplo, pongamos que una persona tiene una hipoteca media de 150.000 euros con un plazo de 25 años y un interés de euríbor más 1%. Según los cálculos realizados por HelpMyCash, si su interés se revisa anualmente con el euríbor de marzo, pasará a pagar unos 198 euros más al año (16,51 euros más al mes). Si se actualiza una vez cada seis meses, ese encarecimiento será de unos 101 euros en el conjunto del semestre (16,83 euros más al mes).

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¿Euríbor por encima del 0% en 2022?

Las perspectivas tampoco son halagüeñas para los hipotecados a los que se les revise el interés en los próximos meses. La tendencia de este índice es claramente ascendente: tras cerrar el mes de diciembre de 2021 con una cotización del -0,502%, subió en enero (-0,477%), febrero (-0,335%) y marzo (-0,237%).  La previsión, según apuntan cada vez más expertos, es que siga aumentando este año hasta alcanzar valores positivos, algo que no ocurría desde 2016.

El Departamento de Análisis de Bankinter, por ejemplo, espera que el euríbor ronde el 0,40% en diciembre de 2022 y que se sitúe alrededor del 0,80% en 2023. CaixaBank Research, por su parte, pronostica que este índice subirá este año hasta el 0,13% y que cotizará sobre el 0,85% para el que viene.

La principal culpable de esta subida es la inflación de la eurozona, que está disparada (5,9% en febrero) por la guerra en Ucrania. Si no baja en los próximos meses, el Banco Central Europeo se verá obligado a aumentar sus tipos de interés para contenerla, que es la medida estrella que suelen tomar los bancos centrales en este tipo de circunstancias. Ante este escenario, las entidades financieras europeas ya están aplicando unos intereses más altos a los préstamos que se conceden entre ellas, lo que provoca que el euríbor cotice al alza.

Momento idóneo para pasarse al tipo fijo

Con estas perspectivas en mente, este puede ser un buen momento para cambiar la hipoteca variable al tipo fijo. De este modo, el cliente se librará del euríbor y podrá pagar una cuota estable y asequible, con un interés medio de alrededor del 1,50% durante todo el plazo de vigencia de su préstamo. Como subrayan los expertos de HelpMyCash, conviene llevar a cabo esta operación cuanto antes porque cada vez más bancos han empezado a encarecer sus tipos fijos para redirigir las contrataciones a la modalidad variable (con la que obtendrán más beneficios si el euríbor continúa su tendencia alcista).

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La operación más rápida para formalizar el cambio es mediante una novación, es decir, llegando a un pacto con el propio banco. Si este se niega, el cliente también puede traspasar su préstamo a otra entidad dispuesta a asumir ese paso del tipo variable al fijo, una acción conocida como subrogación de acreedor. En ambos casos, el cliente tendrá que pagar el coste de la tasación de su vivienda (unos 300 euros) y la comisión asociada a esta modificación, que puede costar un máximo del 0,15% sobre el importe pendiente (0% si han pasado más de tres años desde la contratación del crédito).

Autor

REDACCIÓN