01/10/2024 00:35
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Mientras la izquierda no deje de dividir a los españoles, empezando por Pedro Sánchez, España no levantará cabeza. La 1ª de TV, fue esta noche vieja con la actriz de izquierdas Blanca Portillo, el paradigma de lo que no se debe hacer. Y menos en televisión, donde mejor se puede, manipular, engañar y delinquir; y para eso la usa la izquierda y la tiene a su cargo. La actriz se lució tristemente con su sesgo ideológico de la utopía revolucionaria marxista, hoy con otros nombres, en el resumen que dio del año que se iba. Con su monólogo teatral, a veces parecía que hablaba bien, y otras lo dejaba en la duda. Mostraba un gran parecido físico con su pelo cortado y disposición de mal encare y poco femenina, a la diputada de EH Bildu, partido directo heredero de ETA, que sale en el Congreso como portavoz del partido etarra. Qué cosa, ya tenía pinta de la extrema izquierda renegada y radical. Terminó hablando con la estatua de Federico García Lorca, con su panegírico intencionado y propagandístico de izquierdas que incluye las medio verdades y las mentiras enteras, para decir que lo habían asesinado por maricón. Con este golpe medido, ya tuvo pie para desarrollar veladamente las bondades de la izquierda frente a la malvada derecha criminal, en la clásica división que la izquierda hace con los españoles, con el «nosotros» y el «ellos», que terminó usando con profusión. Los malos, -ellos- donde la derecha por cantarles las verdades del barquero es la que crispa y engendra odio. Aunque todo eso sea exactamente lo que hace la izquierda apedreando a la derecha, y haciéndole toda clase de judiadas, protegidas por el gobierno. En la izquierda todo es al revés: la paz es la guerra; la luz es la sombra. Así mantienen su revolución constante de la que viven y donde roban impunemente. «Contra los cuerpos la violencia; contra las almas la mentira». (Lenín) lo siguen al pie de la letra. Concluyó diciendo que somos muchos más nosotros que los que odian, poniéndose deliberadamente en el lado de los buenos. A Federico García Lorca, no lo asesinaron, eso solo lo hacéis vosotros, lo fusilaron por vuestra culpa, que es decir que lo matasteis vosotros.

Los que odiáis sois vosotros; nadie más que vosotros; los que prenden fuego y salen corriendo echándole la culpa a la derecha. Vosotros no tenéis la culpa por vuestra falta de razón y cordura, por vuestra falta de consciencia y conciencia, por el falso e injusto buenismo que predicáis, para situaros en el lado favorable; nada más injusto que vuestro relativismo siempre a favor, pero tampoco tenéis perdón de Dios por vuestra maldad radical de inspiración diabólica. Vosotros sois inferiores en todo y por eso reaccionáis así. Porque por vuestra soberbia sois incapaces a resignarnos a vuestro destino.

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Poco antes sacó a Luis García Montero, el marido de la finada recitándole un poema. No os dais cuenta de que nos metéis hasta en la sopa a la finada Almudena Grandes? Sí os dais cuenta porque lo hacéis a propósito como todas vuestras maldades. Una pobre mujer como escritora que sólo triunfó en las filas de la extrema izquierda, diciendo burradas. Nunca se habló tanto de ella, en los 61 años que vivió, como después de muerta que es a diario. (Murió el 27 de noviembre pasado)

¿No se os pasa por la dura mollera que tal manoseo repugna y que lo poco agrada y lo mucho enfada? Vosotros no tenéis sentido de nada, ni de la ética ni de la estética, ni distinguís la cantidad de la calidad. Ni una peña, de una piedra. No tenéis sentido común. Sólo de la manipulación en el sectarismo maquiavélico que ejercéis y en el fanatismo absurdo que practicáis. Solo de crear un enemigo para vivir a su costa. Vuestra habilidad solo es para lo malo; nuca para resolver un problema; sólo para crearlo. Por eso sólo habéis traído odio, división y mierda, en la que con grandes gruñidos os revolcáis como los cerdos.

Y van presumiendo de lo divino y humano; todo lo contrario que es su realidad y que son estos indeseables borricos y borricas y borriques. Y borriquetes que no quieren entender ni los géneros gramaticales, pues con decir borricos ya se sabe sin necesidad de explicarlo que incluye también a las hembras o sea a las borricas y borriques que os habéis inventado.

Que tras el daño que lleváis haciendo persistáis en el empeño de seguir y culpar a los demás de lo que sois y hacéis vosotros; ya hay que echarle valor para digerir esto. Vosotros sois indigeribles. Por eso no hay año nuevo vida nueva, sino vida vieja con más de lo mismo. Con vosotros, de tan negros, el día no amanece porque hasta el sol se apaga.

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Dos mujeres que no las conocía nadie saltaron tristemente a la fama. La primera Blanca Portillo por este reportaje en la 1ª. O sea, por pasar por la televisión; la segunda por pasar a mejor vida, cuyo nombre ya no hace falta repetir. Era la última esposa del poeta Luis García Montero, y con la cual tuvo una hija que es falangista. La camarada Elisa, la llaman. Seguro que se metió en falange asqueada del ambiente de extrema izquierda que respiraba con sus padres. Seguro que si es falangista como Dios manda, será la única de su familia que rece una oración por el alma de su equivocada madre.

Empezamos el año con el mismo vicio de la izquierda en acusar a los demás de lo mismo que hacen ellos. Vicios quizá los tenga todos porque virtud no se le conoce ninguna. Cuando no se es constructivo se es todo lo contrario y de la destrucción sólo se puede esperar la muerte. La miseria, el hambre, la guerra y la muerte que es donde termina la hoja de ruta de la maldita izquierda. Siguen viviendo de Franco, desde antes de morir. Ya dejaron el papel de ir de víctimas para desarrollar todo su rencor, y maldad, e imponer su odio que revienta en la olla de presión de su cabeza. Carecen de la empatía que tanto predican, y de amor y perdón, como tuvo la derecha y mi familia con ellos, cuando perdieron la guerra que iniciaron. La conmiseración con el enemigo, y la misericordia que como último recurso Dios da a todos sus hijos, por muy descarriados que sean. Nada bueno anida en su corazón corrupto.

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REDACCIÓN