03/10/2024 14:26
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Como trapero del relato sigo en Afganistán tratando de que no se olvide el sufrimiento y esclavitud del pueblo afgano y en particular de mujeres y niñas.

Dentro de la insurgencia al W. de Pakistán, en la línea Durand, la mafia/red Haqqani ha sido, a largo plazo, una mayor y mas letal amenaza que la Quetta Shura Taliban. La eficacia letal de Haqqani proviene del amplio espectro de combatientes y de unos abundantes recursos humanos para emboscadas y golpes de mano a convoyes, puestos y centros administrativos de ISAF ademas de sus suicidas voluntarios u obligados. Pero su fama en Afganistan es la del sindicato del terror.

Los hijos del fundador Jalaluddin siguen al frente de la organización. El mayor, Khalifa Sirajuddin, es el principal responsable.

Haqqani pasó de ser un grupo insurgente del SE de Afghanistán a una organización terrorista de ámbito regional con lazos con Al-Quaeda. Haqqani aparecía internacional y regularmente en los foros jihadistas online dando entrevistas y respuestas a sus admiradores. La familia Haqqani recogía fondos en el Golfo Pérsico y propagaba sus “hazañas operativas” de Afghanistan.

¿Darán dinero sus apoyos del Golfo Pérsico para paliar la hambruna actual ?

Haqqani también tiene intercambios con el grupo Islamic Movement of Uzbekistan (IMU), afiliado a Al-Qaeda. Algunos líderes locales tienen doble gorro como comandantes de Haqqani y de IMU, lo que implica lazos estratégicos y operativos estrechos. Haqqani facilitaba al IMU: un santuario para instrucción en Waziristan Norte, el movimiento de combatientes de Pakistan al norte de Afghanistan y apoyo logístico y armas para las operaciones. A cambio el IMU permite a  Haqqani operar en territorio IMU en el norte de Afganistan.

La expansión de Haqqani hacia el N. de Afghanistan fué particularmente preocupante porque los enlaces para transporte con Asia Central eran un objetivo para los insurgentes, ya que conseguían un importante botín del comercio transfronterizo.

Los lazos Haqqani con Pakistán como mercenarios durante décadas, complicaron el conflicto y la solución afganos. Llamadas telefónicas captadas demostraron relaciones del Servicio de Inteligencia Conjunto pakistaní (ISI) con los atacantes a la embajada USA en Kabul. Los Haqqani consideraron a Estados Unidos como potencia ocupante y maniobraron para situarse en el “día después” de la retirada.

En agosto de 2021, cuando Kabul cayó en medio de una retirada caótica de Estados Unidos, los líderes Taliban y Haqqani deberían haber tenido una celebración conjunta.

Dos líderes de Haqqani obtuvieron puestos ministeriales en el nuevo gobierno Talibán: Khalil (ministro de refugiados) y Siraj (ministro del interior). Como Ministro del Interior, Siraj controlaría la seguridad interna y la emisión de pasaportes, además de nombrar gobernadores para varias provincias del E. de Afganistán.

Días después los Haqqani y el viceprimer ministro Talibán Mullah Baradar discutían sobre la asignación de puestos ministeriales y de quién era el mérito por la victoria Taliban: si de las negociaciones políticas del taliban Baradar con Estados Unidos en Doha o de las tácticas brutales de Haqqani. Baradar y los líderes Haqqani terminaron a puñetazos, lo que hizo a Baradar y al Mullah Yaqoob, hijo del mítico Mullah Omar, huir a Kandahar. Baradar habría regresado a Kabul, en octubre, “rechazando una escolta” del Ministerio del Interior dirigido por Siraj Haqqani.

En su momento tanto Haqqani como los Taliban negaron su responsabilidad en el asesinato en 2011 del exPresidente de Afganistan, Rabbani. Los investigadores afganos dijeron que el asesino suicida era un Pakistani y que el asesinato fue planeado en Quetta (Pakistan). La operación sería atribuible a Haqqani, sin informar a la Quetta Shura.

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Haqqani, operando autónomamente desde Pakistan y dentro de la estructura Taliban tuvo un papel desestabilizador en las negociaciones OTAN con los Taliban. El asesinato de Rabbani fué decisivo en el rumbo de las negociaciones de la EEUU/OTAN/ISAF con los Taliban para la salida de las fuerzas extranjeras.

La disputa a puñetazos entre Baradar y Siraj fue tan grave que hizo que el jefe de inteligencia pakistaní, posteriormente relevado, volara a Kabul para supervisar las negociaciones. En esta rivalidad interna, la inteligencia paquistaní, como esperado, respaldó a los Haqqani frente a Baradar. Pakistán ya había arrestado a Baradar en 2010 por intentar unas primeras conversaciones de paz con Estados Unidos. Según un funcionario de seguridad paquistaní al New York Times ese año.“Detuvimos a Baradar y a otros porque estaban tratando de hacer un trato sin nosotros”.

Como proxy (representante) de la inteligencia interservicios (ISI) de Pakistán, HQN ha estado activa en Afganistán desde la década de 1970.

Mediante tácticas brutales y éxitos en combate, HQN, un grupo terrorista aliado y cada vez más integrado en la estructura de liderazgo de los Talibanes, es una pieza clave peligrosa e influyente en Kabul para gobernar.

 

La relación de la mafia Haqqani con el estado paquistaní es más antigua, más profunda y menos polémica que con los Taliban. Khalil Haqqani, tío de Siraj, habría tenido frecuentes reuniones con el Jefe del Ejército de Pakistán en el Cuartel General en Rawalpindi.

La relación de los Taliban con la inteligencia paquistaní, desde que esta vehiculaba ayudas externas contra los soviéticos, ha sido de cooperación táctica y dependencia mutua, pero también con una gran desconfianza.

Cuando los Taliban gobernaron Afganistán en los 90, se negaron categóricamente a reconocer la Línea Durand, -(creada en 1893 como frontera entre Afganistán y Pakistán por el Raj británico)-, pues divide a los casi 60 millones de pastunes en ambos países.

Desde que asumieron el poder en agosto 2021, los Taliban han vuelto a negar el reconocimiento de la Línea Durand, quejándose de Pakistán por vallar la frontera entre Afganistán y Pakistán.

El nacionalismo pastún dentro de las filas de los Taliban preocupa a Pakistán por lo que la inteligencia paquistaní ha tratado de hacerse indispensable para el grupo mientras trata de trufarlo con agentes y facciones más leales, incluida la Red Haqqani.

Los Taliban Afganos han rechazado las solicitudes de Pakistán de presionar a los Taliban Paquistaníes para que cesen los ataques dentro de Pakistan. En Agosto según un portavoz Taliban“El asunto de los talibanes paquistaníes le corresponde a Pakistán y no a Afganistán”.

Por otra parte desde la caída de Kabul, los Taliban Paquistaníes han lanzado una creciente campaña de terrorismo dentro de Pakistán desde su base en Waziristán del Norte; donde Haqqani, por tener base, era considerado por Washington bajo protección de los servicios de seguridad de Pakistán.

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Los esfuerzos del gobierno paquistaní para lograr una tregua con los Taliban Paquistaníes fracasaron inicialmente, pero ya se habría alcanzado un principio de acuerdo de paz a mediados de noviembre. Según el gobierno paquistaní los Taliban Afganos habrían ayudado a actuar como mediadores en las conversaciones de paz, pero un portavoz Talibán afgano lo negó de nuevo: «no hemos estado involucrados en tales conversaciones, ni somos conscientes de ello«.

Como en el pasado, Pakistan probablemente se apoya en la mafia Haqqani para servir como interlocutor con los Taliban Paquistaníes y otros grupos militantes en sus áreas tribales. A Pakistan que apoya el secesionismo de Cachemira, le obsesiona la India y su influencia en Afganistan y Baluchistan y eso le sirve de excusa para intervenir en Afganistán del que algunos se consideran protectores.

 

Desde la salida de las tropas internacionales, los líderes Haqqani y su entorno se enriquecen bajo la dictadura Taliban, en un ambiente de terror, con detenciones, torturas, desapariciones y asesinatos de desafectos y de antiguos miembros de las fuerzas de defensa y seguridad y con una esclavitud femenina olvidada por la ideología política de género occidental. Mientras la hambruna y la miseria que se apoderan del país hacen que la ONU lance una llamada de emergencia, para hacer llegar ayuda humanitaria sin que favorezca al régimen terrorista. De momento los focos están ahora en Ukrania resultado también de la imagen del vacío de liderazgo tras la salida de Afganistan.

 

Y en 2021 vuelven a las andadas. ¿Está esperando Occidente nuevos atentados para intervenir?

De momento los Taliban buscan el reconocimiento internacional empezando por Noruega a diferencia del gobierno aislacionista Taliban 1996-2001, solo reconocido y ayudado por Pakistan, Arabia Saudita y Emiratos Arabes.

 

Muchas de las barbaridades tribales amparadas por una interpretación teocrática recuerdan en España a barbaridades que sostienen determinados grupos políticos,  algunos con raíces terroristas, okupas de la democracia, para mediante la mentira y la corrupción, barrer  la moral e imponer la dictadura del género, de la memoria, de la nutrición, del aborto, de la eutanasia, de la división feudal/regional y partidista…

Aunque he pasado en estos resúmenes de los muy malos Taliban a los peores Haqqani y Al Qaeda (AQ), aun quedan los pésimos, el Estado Islámico (EI)/Daesh que controlaba grandes zonas en Siria e Irak y su franquicia desde 2015, el Estado Islámico del Gran Jorasán, EIK / ISIS-K / ISKP, que se ubicó en el Este de Afganistán, enemigo tanto de Talibanes como de Al-Qaeda.

Un Estado Islámico/Daesh que se dedicó a ejecutar y filmar decapitaciones, amputaciones, ahogamientos y quema en jaulas, aplastamiento con tanques, despeñamiento desde edificios de homosexuales, crucifixiones de mujeres y hombres, degollamientos en masa de hombres colgados como reses en matadero, lapidaciones, esclavizar sexualmente a mujeres,…el TERROR.

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REDACCIÓN