Capitanes de invierno. Por Pablo Gasco de la Rocha

¿Ven ustedes alguna relación entre la retirada del nombre de Franco a la 1ª Bandera de Tercio “Gran Capitán”, 1º de la Legión con base en Melilla y la declaración del presidente de la Generalitat en la Cumbre Hispano-Francesa? Yo también.

    Les reconozco que me muevo entre afirmar enfáticamente… ¡Olé los cojones de Pedro Sánchez y el tesón encomiable de la chusma! O calificar solemnemente de “cautos, pálidos, escurridizos y sonrientes” a los componentes de esa Bandera (excluyo a las mujeres, si la hubiera en dicha Bandera, y si son extranjeras con más motivo) y, por ende, a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, de quienes sinceramente dudo que sean capaces de encenderse por el entusiasmo de la Patria.

    Por lo que parece, y parece que está muy claro, aquí sólo queda la REACCIÓN a un régimen concebido para vulnerar la legalidad constitucional con todo tipo de artificios y albergar todo propuesta u ocurrencia, por más descabellada que sea, como es el caso del reconocimiento, la defensa y el apoyo que constitucionalmente tiene la opción independentista.

    Inmersos en una crisis judicial de gran calado, que muestra y demuestra hasta dónde se ha llegado en la manipulación del Poder Judicial por parte de los diferentes Gobiernos que se han sucedido, y que ha llegado con el actual a su cénit. Una crisis económica que se intenta endosar a la guerra de Ucrania. Y el índice más alto de pobreza de Europa entre la población. Queda evidenciado de forma fehaciente que el relato de este modelo político ha entrado definitivamente en crisis, y que el régimen ha sido devorado por una realidad excesiva, convirtiendo su proyecto en una prueba palpable de su fracaso. Fracaso evidenciado con este Gobierno que llegó al poder sobre artificios y patrañas, que se ha juntado con la peor de las chusmas y que ha impuesto su fortaleza en el pillaje, la osadía chabacana y la ley del más fuerte.

    Por lo que parece, y parece que está muy claro, aquí sólo queda la REACCIÓN a un modelo político que en origen se concibió como un régimen de convivencia capaz de concretar todas las bondades democráticas que España atesoraba (régimen del 78), pero que ha terminado convirtiéndose en una suerte de escombrera oligárquica. De lo que se deduce, que el género del asalto a los espacios del poder, que tiene ya su estética en Estados Unidos y en Brasil, en breve puede tener un nuevo escenario en España, donde hay razones suficientes.

    Y porque hay razones más que justas para una REACCIÓN, convengamos en poner solución a los problemas antes de que sea demasiado tarde…

    -Someter nuestra actual forma de Estado de “pasarela” a referéndum.

    -Redistribución de las competencias a las Comunidades Autónomas, muchas de las actuales tienen que pasar a la competencia exclusiva del Estado.

    -Elecciones directas y separadas para el Ejecutivo y el Legislativo, y autorrenovación del Poder Judicial.

    -Retirada de subvenciones y donaciones a los Partidos Políticos, Sindicatos, Asociaciones Profesionales, Colegios privados y ONG´S, y posibilitar la concurrencia a la Elecciones de candidatos sin partido.

    -Creación de una ley de comunicación en la redistribuir del espacio radioeléctrico, y regulación de los contenidos éticos y estéticos.

    -Plan integral urgente de erradicación de la pobreza.

    -Creación de una Banca Pública con competencia en concesión de créditos a la 1ª vivienda. Y obligación a la banca privada a reinvertir sus ganancias, dando créditos a sectores productivos en condiciones positivas.

    -Racionalización de los recursos, y persecución del fraude fiscal.

    -Aplicar un plan radical de repoblación a la España vaciada, aumentando las infraestructuras…

    -Ayuda a la familia: conciliación laboral efectiva y suficiente, priorizando de forma muy suficiente a las madres en la crianza de sus hijos hasta la edad de 7 años.

    -Política de extranjería en función de nuestras necesidades, priorizando el tipo de extranjeros que más convenga a nuestra religión y cultura.

    -Legalización de la pena de “cadena perpetua” y endurecimiento de los delitos más grave.

    -Subida del Salario Mínimo Interprofesional (1.200 euros) y de la pensión mínima (1.000 euros).

    -Imposición del Servicio Militar Obligatorio para todos los varones, con una permanencia en el Ejército de un año.

    -Ayuda y subvención a la Religión Católica.

    Estuve en Huesca no hace mucho. Rece a los pies de sus sepulturas por su eterno descanso, porque, acertados o no, hicieron lo que creyeron que era mejor para España.

Autor

Pablo Gasco de la Rocha

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