25/11/2024 17:07
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El traidor “Kim Yong” Torra ha impedido el montaje de un pequeño hospital de campaña de las FFAA en Sabadell con motivo de la epidemia vírica. De tan miserable individuo no otra cosa se podía esperar, no siendo la primera vez que protagoniza hecho tan deleznable –ni será la última–, dando pruebas del desprecio que tiene por la vida de los demás, incluidos los propios que le jalean, tan alucinados como él.

Lo que llama la atención del hecho es que las FFAA se hayan sometido de nuevo a los caprichos de tan pernicioso personaje. De la ministro de Defensa, la ínclita, sectaria e histérica Margarita Robles, no nos extraña –tampoco es la primera ni será la última–, ya que la ideología que profesa, infame y totalitaria, se caracteriza de siempre por ese mismo desprecio por la vida de los demás que padece Torra. Lo que nos indigna y subleva es comprobar como las FFAA, una vez más, y no es la primera ni será tampoco la última por desgracia, se someten a los dictados de ambos inhumanos especímenes; claro que siendo ahora JEMAD el Gral. Villarroya Vilalta (a) “bien pagao”, tampoco otra cosa debíamos esperar. Hay órdenes que no pueden cumplirse.

Lo ocurrido, aunque parezca baladí, es un eslabón más de los muchos que llevamos contemplados en las últimas décadas que dan fe de que las FFAA han caído en un ensimismamiento y acomodación no sólo preocupante, sino perjudicial; para ellas mismas, pero más aún para los españoles.

El hecho de tragar en el desmantelamiento de dicho hospital –así como en jubilar aquel nuevo y sin estrenar que ordenó Sánchez y que había costado 23 millones de euros y tanta falta hacía ahora–, deja sin su asistencia no sólo a los sedicientes catalufos, allá ellos con su soberbia y estupidez, sino sobre todo a los españoles de aquella región que se saben y sienten precisamente eso, españoles; y que es lo que son todos mal que a algunos como Torra y los suyos les pese.

Las FFAA tienen como única razón de ser la defensa de España, de la Patria, y, por ella, y por mandato directo constitucional, del pueblo español, que es el soberano, según dicha Carta Magna, y al cual se deben. Luego si las FFAA tragan por el cumplimiento de órdenes que manifiestamente van contra tal razón de ser, aunque vengan de la ministro Robles, del mismísimo Sánchez y peor aún de un traidor confeso como Torra, entonces dichas FFAA están vulnerando su principal misión, su única misión, su razón de ser, abandonando a España, a la Patria y al pueblo español en este caso frente a un enemigo que, por invisible que sea, va camino de diezmarnos; pueblo al que han jurado defender con su vida, cuanto más con sus cargos que es lo único en juego, y tampoco si se hiciera bien, en esta situación. Claro que, para la mayoría de los militares de hoy en día, y desde hace mucho, parece que les es más difícil jugarse el carguito que la propia vida. Y es que excepto en momentos puntuales, que muchas veces no llegan a producirse nunca, esta demostrado que hay que tener más coraje, valor y bemoles para arriesgar el cargo o la prebenda que la vida.

Llevamos ya muchos JEMAD, muchos jefes supremos de los tres Ejércitos, muchos Generales, Coroneles y hacia abajo hasta el empleo de Capitán casi todos, siendo testigos de su vergonzosa traición encubierta bajo discursos encendidos, saludos marciales y fanfarrias festivas, pero traición pura y dura al fin y al cabo, traición a la Patria, a España y al pueblo español. Llevamos ya vistas muchas de esas traiciones justificadas por lo que no dejan de ser falsos, desvirtuados y confusos conceptos de la “disciplina”, “obediencia”, “no injerencia en asuntos políticos”, etc. Estamos ya hartos de ver cómo las FFAA, con su silencio, el de sus máximos responsables, se han convertido en cómplices conscientes, necesarios y esenciales de la destrucción de nuestra nación, permitiendo que sus enemigos internos, perfectamente identificados, avancen, mientras el honrado pueblo español es víctima de sus tropelías, ilegalidades y estupideces, abandonado a su mala suerte por esas mismas FFAA. ¿Hasta cuándo? Pues mucho nos tememos que, conociendo a dichos mandos superiores y a los que están en la cola para serlo, y que están cortados por el mismo patrón, la cosa va camino de seguir los pasos del modelo venezolano, país en el que se mantiene el impresentable Maduro, como antes Chávez, solamente gracias al sustento silenciosos y bien remunerado de la FFAA de allí, más las policiales, o sea, como aquí.

Autor

REDACCIÓN