24/11/2024 08:16
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¿»ETA, aquí tienes mi nuca»? ¿»Vascos sí, ETA no»? ¿Palomas volanderas, lazos azules ( tras el secuestro de Julio Iglesia Zamora), manos blancas ( tras el asesinato de Francisco Tomás y Valiente? ¿Los siniestros peneuveros en las manifas antiETA? No me jodas. Rendición, patético autosacrificio, moral de derrota. ¿Sinécdoque? Elemental, los etarras también eran vascos.

Derrotas españolas sus propias vascas

Mis amigos filoetarras y yo en algo coincidíamos. Nos descojonábamos con tales lemas hace un cuarto de siglo por razones, obvio, opuestas: para ellos, el maketismo más o menos agradecido corroboraba su sempiterno humillarse, renegaba otra vez de la patria común, agachaba de nuevo la cerviz y presagiaba inapelable derrota de la nación española: verbigracia, de su némesis militar: la soldadesca española.

Yo me cascaba de risa, la verdad, incluso en momentos de tanto dolor: los españoles vascos, en su inmensísima mayoría, habían aceptado el paranoico y falsario (de ficcional a metaficcional) y necio relato de los separratas de dos patas.

Y solo recuerdo un instante mínimamente digno en mi barrio de Santuchu: intentando dar fuego al bebedero etarra (txosna) de la Campa del Muerto (Basarrate) en plenas fiestas del Carmen (ahora los Karmenak, juas, como en mi natal Baracaldo).

Y se limpie aquella tierra…

Veinticinco años después de la salvajada contra Miguel Ángel Blanco, los privilegiados vascos (fiscalmente, ni te cuento) devienen ciudadanos de primera de la nación foral española, valga la aparente y política aporía.

Algunos ya nos largamos hace muchísimo tiempo de semejante e invivible distopía abertzale, con  sus planes lingüísticos, con toda la cantinela simbólica y todos los corruptísimos apaños económicos indepes. El ya difunto jesuita, aita Arzalluz dixit: «ancha es Castilla», graznaba el hijo de Felipe, conductor de autobús que levantó contra la Segunda República al cuartel de la Guardia Civil de Azcoitia el 18 de julio de 1936. Memorias…

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…Tras la violencia etarra y antietarra, todos tapándose mutuamente sus putas vergüenzas, arribó crudelísimo conformismo (¿cloroformismo?) político. La Gran Euskal Herria, el País del Asco del siglo XXI, nuestro vernáculo y pigmeo zeitgeist: desorejado cinismo, inmoralidad sin límites, impía desmemoria. Maite ez dudan lurralde hau egunen batean garbituko da. Popatik hartu, noski. En fin.

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.